Por Pedro Bussetti
La situación es de incertidumbre, sobre todo, porque no se ve una respuesta del Gobierno nacional sobre cómo continuará, aunque ya ratificó que continuará con el mismo rumbo económico: comprando deuda y con tasas de interés del 80 por ciento. Esto es generar más endeudamiento.
Nosotros hacemos un relevamiento de precios en La Matanza. De 31 productos alimenticios, notamos en el último mes en los comercios de proximidad, que atienden la mayor demanda de los consumidores, una importante caída de consumo. Hoy, para traer algo del supermercado, hay que disponer de 80.000 pesos, por lo que las compras son más cotidianas y ya no hacen compras quincenales.
El mes pasado, notamos un aumento de entre tres y cinco por ciento en la mayoría de las compras de los productos alimenticios, pero esto no se registra en las grandes cadenas de supermercados. A pesar de lo que dice el INDEC, los aumentos en los alimentos pueden haber sido de entre ocho y nueve por ciento.
Si hay una razón por la que los precios no aumentan de forma inmediata es por la caída del consumo. El consumo se desplomó en un rumbo fundamental, como es el transporte, que es usado por la gente para ir a trabajar y/o a estudiar.
Desde junio del año pasado, la luz, el gas y el agua aumentan todos los meses, aplicando el índice de inflación mensual que informa el INDEC. En el caso de la energía eléctrica, los aumentos son mayores para los más pobres. Porque, mientras los usuarios de ingresos altos tienen subas promedio en las tarifas de uno por ciento, los usuarios de ingresos bajos tienen ajustes del 2,19.