Leyendo el ida y vueltas de los lectores Guardia Bosñak y Pérez Cleip sobre los radicales y peronistas, mi pregunta es: ¿qué se gana discutiendo sobre eso? A esta altura del partido es en vano seguir con lo mismo. Traigo a la memoria de ellos el apretón de manos entre el Gral. Juan Domingo Perón y Ricardo Balbín en 1972. Seguir así no lleva a ningún lado; para sacar adelante a este país la única manera es estar unidos de una vez. La política argentina está podrida, queda en nosotros decirles no o sí a esta gente. No se puede seguir culpando a una persona que murió hace 40 años y vivir con esa historia; les recuerdo a ambos que la dictadura dejó una deuda externa impagable, que fue lo que luego le explota al ex presidente radical Raúl Alfonsín, el cual no la tuvo fácil porque todavía tenían poder los militares. En fin, Alemania es un ejemplo a seguir; un país que quedó en ruinas por un hombre desquiciado y hoy volvió a ser la potencia que era no sólo por los buenos dirigentes que tuvo desde que empezó Konrad Adenauer y termina con Angela Merkel, sino porque su sociedad los ayudó a dar vuelta de página. Seguir con lo mismo no lleva nada. Perón tuvo sus cosas buenas y malas como los presidentes radicales Raúl Alfonsín y Arturo Illia; pero si una sociedad presiona para otro lado o hace cantos como “alta coimera” haciendo referencia al hit de Guantanamera escrito por el escritor cubano José Martí, demuestra que todo es una jarana.
Fernando Saade