[BUENOS AIRES, SciDev.Net] La Organización Panamericana de la Salud (OPS) ha publicado una guía de recomendaciones para el tratamiento de la Tungiasis —enfermedad tropical desatendida— que afecta a millones de personas en América Latina, el Caribe y África subsahariana, especialmente en comunidades vulnerables.
Es causada por la “pulga de arena” (Tunga penetrans), un parásito que se incrusta en la piel, especialmente en pies y uñas, y provoca inflamación intensa, dolor, ardor y picazón. En casos graves puede producir complicaciones crónicas, deformaciones incapacitantes y estigmatización social.
Según la OPS, infantes y adultos mayores son los más afectados por la enfermedad, comúnmente llamada pique o nigua.
“Los estudios disponibles permiten caracterizarla como una enfermedad de distribución heterogénea, asociada principalmente a comunidades que viven en condiciones de pobreza y marginación en áreas tropicales y subtropicales”, afirmó a SciDev.Net Ana Luciañez, asesora regional de Enfermedades Infecciosas Desatendidas de la OPS.
El parásito se incrusta en la piel, especialmente en pies y uñas y causa una inflamación muy dolorosa que puede dar lugar a complicaciones crónicas y crear estigmatización social. Crédito de la imagen: OPS. Imagen en el dominio público.
Directrices clínicas
Los lineamientos indican el uso de dimeticona de baja viscosidad —compuesto de silicona que al aplicarse sobre la lesión mata a la pulga—, más sencillo de aplicar y menos costoso que una extracción quirúrgica. Si no hubiera acceso a ese medicamento, recomiendan la ivermectina.
El organismo desaconsejó la extracción del parásito “sin medidas antisépticas adecuadas o personal capacitado”. La extracción es una práctica generalizada en los países endémicos, usando diversos objetos punzantes, incluyendo agujas, tijeras u horquillas para el cabello.
“Es una enfermedad que deja estigma, entonces [los pacientes] no asisten a centros de salud y la tratan en sus casas, las extraen manualmente [a las pulgas] con una aguja sin ninguna asepsia, lo que puede producir infecciones y tétanos, incluso hubo muertes por esa razón”.
Manuel Calvopiña, Grupo de Elaboración de las Directrices de la OPS
También desalentó el permanganato potásico, que puede provocar quemaduras y cuya aplicación causa pigmentación oscura o violácea que puede “aumentar la estigmatización social”.
Además, rechazó el uso de peróxido de hidrógeno, que no demostró beneficios y puede producir irritaciones, quemaduras o ampollas en la piel.
“Constituye el primer documento de alcance global basado en evidencia científica para la atención de la tungiasis, lo que la convierte en un aporte no solo para la región de las Américas, sino también para la comunidad internacional”, agregó Luciañez.
Aunque la OPS publica ahora sus primeras directrices, la tungiasis sigue sin estar incluida en la mayoría de los planes nacionales de salud pública.
“El objetivo es sensibilizar a pacientes, personal sanitario y autoridades para que desarrollen políticas de salud”, afirmó a SciDev.Net el médico especialista en Medicina Tropical Manuel Calvopiña, uno de los expertos del Grupo de Elaboración de las Directrices de la OPS.
“La dimeticona no está disponible en todos los países. Entonces la mejor opción es la extracción quirúrgica. La tercera alternativa es la ivermectina”, consideró.
Por su parte, la OMS aconsejó en 2023 “aumentar el uso del jabón en el lavado diario de los pies y sellar o rociar suelos con insecticida” como prevención. También aplicar repelentes de aceite de coco que “evitan que las pulgas penetren la piel”.
La OPS aconseja la extracción del parásito por personal capacitado para ello. Crédito de la imagen: OPS. Imagen en el dominio público.
Tungiasis, una enfermedad desatendida
La OPS incluye a la tungiasis en el grupo de enfermedades tropicales desatendidas, caracterizadas por escasa investigación, baja inversión, ausencia de protocolos internacionales y poco interés de la industria farmacéutica.
El informe destaca obstáculos para aplicar tratamientos eficaces, falta de datos epidemiológicos y condicionantes económicos, y advierte que “es posible enfrentar esta enfermedad mediante un abordaje integral”. También aconseja “combinar medidas clínicas, comunitarias y ambientales”.
“Es una enfermedad endémica. Si bien disminuyó su incidencia en los últimos 20 años, hay personas que quedan incapacitadas”, dijo Calvopiña.
Qué sucede en la región
En la región, los contagios se concentran en diez países. El 71 por ciento de casos reportados entre 2010 y 2022 correspondieron a Brasil (2.689), la mayoría en pueblos del Amazonas. Allí “la población infantil y las personas mayores tienen la mayor carga de morbilidad”, según la OPS.
Colombia también detectó casos graves en poblaciones indígenas de la Amazonía. Además, se notificaron contagios en Ecuador, Guatemala, Guayana Francesa, Haití, México, Bolivia y Argentina. 450 millones de personas viven en zonas de riesgo potencial.
Sin embargo, no todos los contagiados acuden a hospitales, por lo que hay un subregistro, advierten los especialistas.
“Es una enfermedad que deja estigma, entonces no asisten a centros de salud y la tratan en sus casas, las extraen manualmente con una aguja sin ninguna asepsia, lo que puede producir infecciones y tétanos, incluso hubo muertes por esa razón”, explicó Calvopiña.
Además, dijo que “la falta de acceso a la salud es un factor crucial por el cual esta es una enfermedad olvidada”.
La dermatóloga Cynthia Rossi afirmó a SciDev.Net que es un problema serio en América Latina y destacó la guía de la OPS. “Al no ser una enfermedad conocida es muy importante y es bueno tenerla presente”, dijo la especialista, integrante de la Sociedad Argentina de Dermatología, quien atendió casos de tungiasis en el hospital argentino Melchor Posse.
Remarcó que el tratamiento aconsejado es extraer la pulga en condiciones de asepsia. “Produce inflamación, ardor, dolor y molestia. Tuve pacientes que no podían caminar por la cantidad de lesiones”.
También señaló que puede ser una “puerta de entrada a otros gérmenes y propicia una sobreinfección bacteriana”.
Para Calvopiña, es esencial alertar a gobiernos y médicos y consideró fundamental la “educación al personal y las comunidades” e impulsar “políticas de salud para la compra y disponibilidad de dimeticona”.
Este artículo fue producido por la edición de América Latina y el Caribe de SciDev.Net.