En Roma, Italia, ya hay personas que están juntando firmas para que deje de estar prohibido que los niños usen sus celulares en el aula. Aseguran que aumenta la “ansiedad infantil”.
El debate entre docentes, estudiantes y familias se da en vísperas del comienzo del nuevo ciclo lectivo, en septiembre.
«Esta ley no solo es ineficaz, sino que también contribuye a aumentar la ansiedad estudiantil», argumenta el promotor de la petición en Change.org, quien exige su derogación.
En dos días, la petición reunió cerca de cuarenta firmas contra la prohibición impuesta por el ministro de Educación y Mérito, Giuseppe Valditara.
«En una era donde la tecnología es parte integral de nuestra vida diaria, es importante enseñar a los estudiantes a usarla de manera consciente y responsable, en lugar de impedirles que lo hagan», continúa el documento, que enfatiza la salud mental de los estudiantes privados de sus teléfonos durante las horas de clase.
Los firmantes de la petición creen que el uso adecuado de los dispositivos debe ser un elemento central de la educación moderna. Un grupo de docentes de Turín también coincide con este aspecto: más de siete de cada diez en un instituto de la ciudad.

Como escribe una estudiante en X, aproximadamente el 75% del profesorado de su centro se opone a la prohibición de los teléfonos inteligentes en el aula.
Los pro y los contra de que los chicos usen sus celulares en clase
De norte a sur, algunos docentes, a pesar de su descontento con la ley, decidieron leer la circular que contiene la medida con su clase después del timbre escolar de hoy, para luego analizar los pros y los contras.
Según Christian Raimo, el docente suspendido durante tres meses el año pasado tras comentarios sobre Valditara considerados ofensivos, esta prohibición refleja «un principio de sentido común que ya habíamos adoptado». Pero, al mismo tiempo, «varía según la clase», agregó.
En algunas, «ni siquiera hace falta mencionarlo, mientras que en otras, tendremos que crear cuidadosamente un ambiente de concentración y respeto por las normas», subrayó.
El profesor, entrevistado por ANSA, observó que, como ocurre con todas las reglas, es necesario «entender su significado, medir su eficacia y saber qué hacer cuando no se respetan». Al respecto, señaló que estas indicaciones «no las da el ministerio».
Sin embargo, la clave es que haya atención en el aula, con o sin smartphone. Para Raimo, la cuestión no es tanto «la prohibición de los celulares, sino cómo conseguir que los niños se interesen en reflexionar sobre un canto de Dante o la metafísica de Aristóteles en lugar de jugar a Crash Royale».
Es decir, cómo mejorar la concentración y la cooperación en el aula. Con un reto que considera gigantesco: «Comprender cómo enseñar el uso consciente de todas las formas de tecnología digital».
Con información de ANSA.