
Barcelona
La unanimidad es un fenómeno muy poco habitual en el Ayuntamiento de Barcelona. Suele darse en la concesión de medallas a título póstumo (y no siempre), pero rarísimo es el caso en el que un asunto de ciudad genera consenso. El Tramvia Blau parece haberlo conseguido, con matices, después de conocerse los detalles del proyecto constructivo que debería permitir recuperar el menudo ferrocarril de Sant Gervasi. El plan incluye la reforma de la avenida del Tibidabo, elemento con el que no toda la oposición comulga. Reclaman, además, concreción y plazos al gobierno.
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Carlos Márquez Daniel

Este diario les compartió el domingo los pormenores de esta transformación que tiene un coste total de 46 millones de euros, incluida la restauración de los tranvías y la infraestructura (vías y catenaria), la mejora de la cochera y los talleres y la renovación de la arteria que sube a la plaza del Doctor Andreu desde la plaza Kennedy. Según los técnicos, son obras que no pueden desvincularse las unas de las otras. Es decir, o todo, o nada. Al coste, superior al esperado, tal y como admite el propio gobierno, se le une el largo calendario previsto: no menos de cuatro años. Jaume Collboni y el PSC lo defienden, pero claro, falta el dinero. La Vanguardia ha preguntado sobre el asunto a la oposición.
Junts cree que el cierre fue “poco transparente” y ERC insta a restaurar “un patrimonio único”
El presidente de la bancada de Junts, Jordi Martí, lamenta el cierre “poco transparente del Tramvia Blau”, en enero del 2018, y reclama al PSC que acabe “con la provisionalidad actual y sea claro con los plazos y la voluntad de ejecutar el proyecto”. “No puede ser que el coste de la macrourbanización del espacio, que nadie pide, sea la excusa para mantener parado el proyecto. Basta de excusas, queremos el Tramvia Blau en marcha”, concluye el concejal Martí.
Barcelona en Comú se posiciona a favor del plan y aprovecha para reclamar la conexión de otro tranvía, el de la Diagonal. Un portavoz de la formación indica, además, que echan de menos un carril bici de subida que conecte con la carretera de las Aigües. Por parte de Esquerra, la concejala Rosa Suriñach también pide que se desvincule el regreso del tranvía de la reforma de la avenida y recuerda que hay siete tranvías “en condiciones para volver a circular”. “El Tramvia Blau es un patrimonio histórico y cultural de Barcelona, único en el país, y es una pieza que queremos preservar y devolver a la ciudadanía. Además, creemos que su recuperación es funcional para el transporte público, por eso mantenemos nuestro firme compromiso con su recuperación”, añade Suriñach.

El Tramvia Blau, en enero del 2018, en su último día de servicio
Mané Espinosa
Daniel Sirera (PP) defiende que el Tramvia Blau “no es ningún capricho, es parte de la identidad de Barcelona”. A su modo de ver, debería estar funcionando ya, “pero la incapacidad y la desidia de la izquierda en el Ayuntamiento han condenado a la ciudad a perder una parte de su historia”. “Condicionar la vuelta del tranvía a una reforma urbanística que ni siquiera saben cuándo comenzará es un insulto a la ciudad y una demostración más de la falta absoluta de previsión. Por parte de Vox, un portavoz define el Tramvia Blau como “una seña de la historia de Barcelona” y reclama “optimizar recursos y poner en marcha este atractivo proyecto con un presupuesto menor”.
La coincidencia es total y cristalizará hoy en la comisión de Movilidad y Urbanismo, donde está previsto abordar el tema a petición del grupo de Junts.