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miércoles, octubre 8, 2025

Diego Guelar: «El gesto de apoyo del Tesoro norteamericano fue más bien moral porque todavía no llegó un dólar»

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Diego Guelar habla con la vehemencia de quien conoce el recorrido y el mapa. Abogado, exdiputado y diplomtico, fue embajador en la Unin Europea, en Brasil, en China y dos veces en Estados Unidos —primero con Carlos Menem y luego con Eduardo Duhalde—. Actualmente es candidato a senador nacional por la Ciudad de Buenos Aires por la Unin del Centro Democrtico (UCeDe).

Su obsesin es que sin unidad nacional —coalicin para gobernar y pacto de convivencia con quien se quede en la oposicin— la Argentina seguir atrapada en su pndulo.

Naci en la Capital, pero la infancia fue entrerriana, en la localidad de Villaguay. Hijo de productor agropecuario y madre ama de casa, bisnieto de inmigrantes judos llegados desde Rusia, su itinerario vital condensa una trayectoria completa por la educacin pblica, militancia juvenil y una larga carrera de servicio exterior.

—Cmo recuerda la experiencia de formacin en la Facultad de Derecho de la UBA?

—Fundamental. Toda mi educacin fue pblica. Por eso estuve en las distintas marchas en defensa de la universidad: cmo no voy a defender la educacin pblica, si es la ma?La educacin y la salud pblica, en un pas que lleg a tener mejor nivel que Europa en esas reas, son un orgullo para todos los argentinos. Una cuestin son las limitaciones presupuestarias, pero el Presidente tendra que mostrar empata con aquellos que representa parte de nuestra identidad nacional.Educacin y salud pblica son el corazn de la Argentina liberal.Hoy me siento profundamente nacionalista y profundamente liberal.En la Argentina, en esencia, todos somos liberales.

—Es un desafo al peronismo, que suele repetir: «Todos somos peronistas».

—En realidad,todos somos liberales. Pern nunca fue antiliberal. En realidad, fue todo lo contrario.

«Todos somos liberales»

En los pasillos de la universidad comenz la poltica: primero en mbitos vinculados a la CGT de los Argentinos, luego en una agrupacin peronista, hasta desembocar en Montoneros. Se fue de la organizacin tras el golpe de 1976, con disidencias abiertas frente a la conduccin de Mario Firmenich. La clandestinidad dej marcas: amigos asesinados o desaparecidos, documentos falsos, un miedo permanente que —dice— nunca niega.

—Ha sentido miedo?

—Siempre. Cuando tena 21 o 22 aos, mis chances de sobrevivir una semana eran mnimas. Y tengo 75. El que dice que no tuvo miedo, miente. Soy un sobreviviente. El 80% de mis amigos de juventud fueron asesinados o desaparecidos.

En 1981, ngel Federico Robledo —peronista de fuste, quien haba sido ministro de Defensa y del Interior en gobiernos de Pern— lo incorpor a su estudio jurdico. «ngel Federico Robledo era una gran figura, lo venero. Lo hizo sabiendo el riesgo que implicaba. Yo me recib en 1971, con 21 aos», detalla Guelar.

—Y cmo pas de la militancia a la poltica institucional?

—Recin en 1983. Fui coordinador de la Coordinadora de Accin Justicialista, la corriente interna que encabezaba Robledo.

—Qu destaca de Robledo?

—Su brillantez. Fue el que entendi que frases como «combatiendo al capital» y los viejos eslganes eran prehistricos. Que el peronismo deba transformarse en un partido socialcristiano. En mi caso, judeocristiano, porque soy de origen judo pero con una mirada socialcristiana. Era una mente clarsima.

En 1983, Guelar llegara al Congreso en el retorno democrtico. Ese cruce entre biografa y poltica —la sobrevivencia, la insistencia, el afn de reconstruccin— estructura su mirada actual.

—Cmo recuerda aquella primera etapa parlamentaria entre 1983 y 1987?

—Extraordinaria, fundacional. Mandamos detenido por quince das al general Luciano Benjamn Menndez —uno de los jefes militares ms duros de la dictadura— por amenazar con un cuchillo a un periodista. Derogamos por aclamacin la autoamnista. Fue un momento clave. Tengo enorme respeto por Alfonsn: ha sido el refundador de la democracia y estadista.

A fines de los ochenta, el diputado y dirigente peronista Guelar tambin fue periodista: en 1987 asumi la direccin editorial deLa Razn mientras era secretario general del bloque peronista en el Congreso. Mesa de redaccin diaria, edicin a las siete y madrugadas con dos horas de sueo: «Un esfuerzo fsico e intelectual enorme», recuerda. Ese que l reconoce como «triple sombrero» —poltico, diplomtico, periodstico— aparece como marca de ADN en el recorrido de quien salta de la mesa de cierre a la mesa de negociaciones internacionales.

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Ese que l reconoce como «triple sombrero» —poltico, diplomtico, periodstico— aparece como marca de ADN en el recorrido de quien salta de la mesa de cierre a la mesa de negociaciones internacionales.

El tramo diplomtico lo llev a las ciudades de Bruselas —Unin Europea—, Brasilia, Washington —dos perodos— y Beijing. Guelar acepta, con una mezcla de orgullo y oficio, que en la calle lo llamen «embajador Guelar».

Ese recorrido convive con la escritura de libros como: «Concertacin o disolucin nacional?» —editado porSudamericana en 1985— un ensayo de posdictadura que propone una concertacin estable entre la UCR y el PJ;El robo de la Gioconda: una historia argentina —publicado en 2004— una novela que toma como disparador un relato del periodista norteamericano Karl Decker y despliega una trama en tres tiempos en la que se constituye su singular mirada sobre el histrico cuadro; yLa invasin silenciosa: El desembarco chino en Amrica del Sur —editorial Debate en 2013— un ensayo de geopoltica que abre con una reflexin sobre los orgenes remotos de los vnculos entre Asia y Amrica Latina.

La unidad nacional aparece una y otra vez. Para Guelar, los pases vecinos de Argentina —con diferencias ideolgicas agudas— alternan derechas e izquierdas con riesgo pas bajo y crecen de modo persistente. «Aqu, en cambio, el pndulo y la grieta bloquearon la integracin de un ‘nosotros’ por encima de las facciones», seala Guelar. Su receta: coalicin para gobernar y acuerdo de convivencia con la principal oposicin.

—Asegura que Alfonsn y Menem son los dos ltimos grandes polticos de Argentina. Qu hara falta para que vuelva a emerger un «gran dirigente» como los expresidentes?

—Un perodo de reencuentro y sanacin. El prximo presidente no tendr partido hegemnico; deber armar una coalicin y firmar un pacto de convivencia pacfica con quien quede enfrente. Eso es unidad nacional.

Si es elegido senador nacional en las prximas elecciones del 26 de octubre, promete donar un tercio del sueldo y toma como vara el salario de Alberto Crescenti, titular del SAME: «Cmo un senador va a ganar $10 millones y tener 20 asesores? Eso es corrupcin institucional. Ser senador es un honor, no un negocio».

Est casado con Viviana Marcela Fontanini, florista de renombre y dedicada al rubro. Y tiene un hijo, Alejo, de 51 aos. Su corazn, adems de la poltica, est en la vida familiar.

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Su corazn, adems de la poltica, est en la vida familiar.

Cuando se le pregunta dnde se siente en casa no duda: la Argentina. «Soy profundamente nacionalista. Y sufro el destino argentino. Hoy lo vivo con angustia.Estamos otra vez al borde de una crisis muy fuerte. Espero que podamos resolverla, aunque no veo voluntad poltica de hacerlo».

Sobre el tiempo presente, Guelar cuestiona la deriva del PRO y sostiene que la «centroderecha liberal» volver a tener un espacio «enorme». Cita con aprecio a Ramn Puerta —expresidente interino en 2001 y dirigente peronista misionero— y al diputado nacional Miguel ngel Pichetto. Valora a los gobernadores Nacho Torres y a Rogelio Frigerio, y diagnostica un vaco generacional que obliga a los «viejos» a sostener la guardia.

El cierre vuelve a su tesis matriz. La Argentina —dice— no puede sostener por s sola un sistema de salvatajes sucesivos: China, el FMI, el Tesoro de Estados Unidos.La salida no vendr en un cheque sino en una arquitectura poltica nueva.

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La salida no vendr en un cheque sino en una arquitectura poltica nueva.

—Qu actores polticos considera indispensables en la mesa de unidad nacional de los argentinos?

—Razonablemente en esta coyuntura debera incluir a la derecha «dura», aglutinada en La Libertad Avanza, y a la alianza de centro-derecha —que incluso contiene sectores de centro-izquierda— de Juntos por el Cambio. Esa coalicin tena que gobernar, y quien ganara la eleccin deba presidirla.En este caso fue Javier Milei, pero la coalicin representaba al 65% de los argentinos.

—En agosto haba sealado que el acuerdo con La Libertad Avanza implicaba la desaparicin del PRO. Actualmente, tras aquellacrtica fuerte a Mauricio Macri, sigue pensando lo mismo?

—S. No voy a repetir el trmino que us, pero creo que hubo una abdicacin enorme.El PRO se disolvi por esa combinacin: falta de conduccin y de cuadros polticos que comprendieran la necesidad de defender una identidad de centro-derecha liberal diferenciada de la derecha dura.

—Confirma que esa rendicin ya es un hecho en el PRO?

—S, en la prctica ya se materializ. Dos millones de simpatizantes se quedaron en sus casas y no votaron en la provincia en la eleccin bonaerense del 7 de septiembre pasado. La abdicacin de Mauricio fue acompaada por supuestos dirigentes del PRO que no dieron ninguna batalla, ni siquiera un debate. Yo intent impulsarlo, ped desde comienzos de ao una interna abierta, convocando a los aliados, aunque no hubo eco. Ni en Mauricio ni en el resto.El PRO perdi su identidad.

Incluso, en algn momento, el propio Macri me dijo que estaba de acuerdo con mi diagnstico. Qu le pas? No lo s. Se encerr con un grupo muy pequeo de alcahuetes y termin tomando una decisin funesta. Y la supuesta dirigencia del PRO consinti.

—Qu rol le asigna en la actualidad a Mauricio Macri?

—Rif un rol importantsimo. De la crisis del 2001 surgieron dos emergentes: los Kirchner y Mauricio Macri. Los Kirchner gobernaron veinte aos y todava siguen presentes.Mauricio lleg a la presidencia, complet su mandato, garantiz la transicin, pero no logr trascender su administracin por falta de definicin poltica e ideolgica. Fue perdiendo terreno hasta abdicar. Y hoy ya no cumple un rol activo.

—Usted interpreta que l se arrepiente de algunas de sus decisiones?

—l es muy ingeniero. Tiene poca comprensin de los fenmenos histricos, polticos, de la partidocracia y de la historia en general. Su rol era fundamental. En parte lo cumpli: arm primero un partido local, luego nacional, y presidi y encabez una coalicin. Recorri un camino importantsimo yno termino de entender por qu se destruy a s mismo.

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Guelar: «Macri es muy ingeniero. Tiene poca comprensin de los fenmenos histricos, polticos, de la partidocracia y de la historia en general»

—En 2015 se lo mencionaba como futuro canciller. Cmo recuerda ese episodio?

—Se supona que iba a ser canciller. Yo era el secretario de Relaciones Internacionales del PRO. Mauricio Macri me dijo que no poda ser su canciller porque no era obediente. Le respond: «No puedo ser su canciller no por no ser obediente, sino por no ser obsecuente».

Me mir y termin siendo embajador en China. Algo que fue extraordinario y se lo agradezco. Fue en su despacho, en la municipalidad, en Uspallata.

—Y cul es su mirada hoy sobre el vnculo entre Macri y Milei?

—El sbado pasado se haban reunido en Olivos; Mauricio lo reconoce el lunes. Y el martes, el presidente lo omite. Como si no hubiera existido. El presidente Milei nunca mencion ese encuentro. Despus de haber dado varias entrevistas en televisin y radio, no lo menciona. Nunca.Es un ninguneo absoluto.

—A quin estima actualmente en la poltica?

—Mantengo dos relaciones histricas: Ramn Puerta y Miguel ngel Pichetto, que son de mi generacin. Algunos jvenes me han desengaado. Quines son los jvenes del PRO?

El espacio va a resurgir. El nombre no importa.La centroderecha liberal en la Argentina va a tener un espacio enorme. Voy a dar la batalla hasta el ltimo da. Soy un combatiente.

—Sostiene la importancia de una interna amplia con radicales, peronistas, la Coalicin Cvica. De cara a 2027, es posible el armado de esa mesa opositora?

—S. No s cmo se llamar, aunque ese espacio existe. En Argentina, el concepto de una coalicin de centro-derecha en dilogo con parte de la centro-izquierda, el centro poltico, es enorme.En octubre de 2023 esa coalicin gan 10 gobernaciones y 500 intendencias. Hoy, de modo inorgnico, porque no hay partidos nacionales, se intenta recuperar ese espectro.Las Provincias Unidas son un ejemplo.

—Cul debera ser la prioridad de la oposicin en 2026 para llegar competitiva a la presidencial?

—Estamos en un momento crtico. No hay un camino lineal al 2027.Vamos a vivir traumas, porque el modelo de «pintar la Argentina de violeta» ya fracas. Va a fracasar en la eleccin de octubre.Como gobierno pueden sumar ms diputados, aunque van a ser derrotados polticamente. Van a mejorar su representacin parlamentaria, pero estarn lejos de alcanzar un esquema hegemnico y autoritario. Ganarn y sern derrotados al mismo tiempo.

—Hoy el centro aparece fragmentado.

—Tengo dudas de que exista un «centro» como tal. Lo que haca falta era que Macri forzara una coalicin de gobierno. Era ms importante el PRO que La Libertad Avanza. Lo que logr en trminos de gobernabilidad fue extraordinario, pero no lo capitaliz. La diferencia entre ser de centro derecha liberal o «derecha dura» est en poner a la educacin y la salud pblica como prioridades del Estado.

—Qu lectura hace de Axel Kicillof como dirigente poltico?

—No me gusta. No tengo afinidad con l. Soy republicano, soy demcrata. Pero reconozco que resolvi una interna con Cristina y quehoy es el mximo representante de ese espacio que se puede llamar kirchnerismo peronista.La figura ms importante de ese sector es Kicillof.

Pero mi opinin personal no importa. Tiene base social y liderazgo. Por eso creo que es fundamental que el presidente acepte la oferta de encuentro que el propio Kicillof hizo. Porque eso forma parte de unacuerdo de gobernabilidad —con los que acompaan al gobierno— y de unacuerdo de convivencia —con los que estn en la oposicin—.

No se trata de que guste o no. Eso lo define la gente. El dato es quela figura ms importante del peronismo kirchnerista hoy es Axel Kicillof.

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«La figura ms importante del peronismo kirchnerista hoy es Axel Kicillof», asegura Diego Guelar.

—Esta semana en el Senado se rechazaron los vetos a la ley de financiamiento universitario y a la ley de emergencia peditrica. Se confirma que al Gobierno le cuesta construir consensos?

—No slo le cuesta: ni siquiera est buscndolo. En lugar de abrir los nmeros, el Presidente suspende la promulgacin de leyes de forma ilegal y dice: «que me digan de dnde sacan los gastos». Cmo va a poder hacerlo el Congreso si no hay presupuesto? No puede. Y sin presupuesto, tampoco puede ordenar la anulacin de partidas. Eso es competencia del Ejecutivo.Lo que hizo es totalmente ilegal.

Es cierto: por cada gasto debe haber un origen de fondos. Pero si no hay presupuesto, el Congreso no tiene de dnde recortar ni reasignar. Ese mecanismo no est disponible.

—Y respecto a Rafael Grossi, director de la agencia nuclear de la ONU (OIEA), considera que tiene chances de ser el prximo secretario general de las Naciones Unidas?

—Ojal. Creo que tiene todas las cualidades y sera un gran secretario general.

El tema es que Inglaterra tiene derecho a veto, y l es argentino. La duda es hasta qu punto aceptaran un secretario general con la carga de Malvinas a cuestas. Quisiera que lo logre.Sera un paso muy importante en la consolidacin de la relacin de la Argentina con el mundo.

—Actualmente, Milei parece subordinar la poltica exterior casi exclusivamente a Estados Unidos, cmo evala esa estrategia en comparacin con las de otros presidentes como Menem?

Menem hizo una geopoltica abierta. Le dio mucha importancia a la relacin con Brasil y a su vnculo personal con el expresidente Fernando Henrique Cardoso, lo que se conoca como «diplomacia presidencial», que fue muy til en esa etapa.

Aunque su discurso privilegiaba a Washington,tambin cultiv una gran relacin con China. En ese sentido,la poltica de Menem fue mucho ms equilibrada de lo que se deca. Por ejemplo,yo mismo fui el autor de una doctrina que consisti en el doble repudio a la poltica norteamericana de embargo a Cuba y, al mismo tiempo, a la violacin de derechos humanos en la isla.

—Cuando fue embajador en Estados Unidos, cmo vivi la puja respecto a las retenciones?

—Es un dato estructural de la relacin con Estados Unidos. No somos una economa complementaria con ellos: somos una economa que compite.Complementarios somos con China. Esto no es ideolgico, es objetivo.

Los chinos compran alimentos y nosotros los vendemos; Estados Unidos, en cambio, tambin exporta carne y cereales.

Esto explica que los agricultores estadounidenses presionen para que la Argentina pague retenciones: al hacerlo, nos volvemos menos competitivos frente a ellos.

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Guelar: «No somos una economa complementaria con Estados Unidos: somos una economa que compite. Complementarios somos con China»

—Por qu en Brasil no existen las retenciones al agro?

—Porqueen Brasil hay casi 300 diputados integrados a la bancada agropecuaria sobre un total de 513. Es imposible que el Congreso apruebe retenciones con ese peso poltico del sector agrcola; su poder en Brasil es muy fuerte.

—EnLa invasin silenciosa usted analiz en 2013 el avance de China en Amrica Latina, situacin que contina en escalada. El propio secretario del Tesoro de Estados Unidos, Scott Bessent, asegura querer apoyar a la Argentina para, segn distintos analistas, debilitar esa influencia. Cmo interpreta este movimiento de Washington?

—Milei jug ideolgicamente muy fuerte. Se pronunci a favor de Trump cuando an era candidato. Ideolgicamente Milei es un hijo de Trump, libertario, de derecha, yhoy es el presidente del club de admiradores de Trump en el mundo.

Y digo en el mundo, no slo en la regin.Trump tiene pocos amigos en el mundo y muchos enemigos.

Milei construy una personalizacin fuerte frente a un lder con el estilo de Trump. De ah el gesto de apoyo del estadounidense, aunque sin dinero directo: el secretario del Tesoro, Scott Bessent, aclar hasta el momento que no habr fondos frescos, s una lnea de swap.

El martes 14 de octubre, Trump recibir a Milei en la Casa Blanca en visita oficial —una semana despus de su encuentro en Nueva York durante la Asamblea General de la ONU—, enmarcado en el intento de la Casa Rosada por afianzar la ‘alianza estratgica’ con Washington.

Milei es alguien que gira alrededor de Trump.El gesto de apoyo del Tesoro norteamericano fue ms bien moral, porque todava no lleg un dlar ni se arm la cartera que defina cmo va a instrumentar Estados Unidos un swap para la Argentina.

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«Milei es un hijo de Trump, libertario, de derecha, yhoy es el presidente del club de admiradores de Trump en el mundo», seala Guelar.

—El aporte quedara condicionado a una victoria en las elecciones y no se otorgara si pierde?

—Es confuso. Primero dijeron «apoyo incondicional». Despus: «Vamos a trabajar tras las elecciones». Y esta semana, Bessent declar que para la Argentina no hay plata.

En el ltimo ao ya hubo tres salvatajes. Primero, el de China, que en 2024 prorrog por dos aos un crdito de corto plazo de US$ 5.500 millones que haba tomado Sergio Massa. Si no se prorrogaba, caamos en default. Luego, en mayo de este ao, fueron US$ 20.000 millones del Fondo Monetario. Y ahora, el Tesoro norteamericano.Ya no queda a quin recurrir.

El problema es que no tenemos consolidado un acuerdo de unidad nacional. Y eso requiere, a mi juicio, dos pasos. Primero, un acuerdo de gobernabilidad, que permita mayoras propias en el Parlamento, con gobernadores y sectores afines, entre ellos el PRO. Segundo, un acuerdo de convivencia con el jefe de la oposicin, hoy Axel Kicillof.

—Qu riesgos advierte para el pas si la relacin con China se transforma en un obstculo permanente para la Casa Blanca?

—Es que no puede transformarse en eso. No hay forma.China es nuestro principal mercado agroexportador: compra el 80% de nuestras carnes y el 70% de nuestros granos.Es imposible prescindir de China, porque es el ncleo del perfil exportador argentino.

Estados Unidos podra decir «lo compro yo», pero no lo hace. Entonces, no es viable que la Argentina prescinda de China.

—Qu debera hacer entonces la diplomacia argentina?

—Lo que hacen 140 pases del mundo: mantener muy buenas relaciones con Estados Unidos y, al mismo tiempo, tener a China como principal cliente. El problema es nuestro, por incapacidad. Por ejemplo, Europa es socia de Estados Unidos y, a la vez, de China.

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«Es imposible prescindir de China, porque es el ncleo del perfil exportador argentino», concluye Guelar.

Redacción

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