Lara Gutiérrez, la víctima de 15 años del triple crimen, y Pequeño J, como se conoce a Tony Janzen Valverde Victoriano, el teórico autor intelectual de los homicidios, se conocían. Una cámara de seguridad los captó cuando caminaban por el barrio porteño de Flores dos semanas antes de los brutales asesinatos.
La imagen de la víctima y el presunto victimario pertenecen a una cámara de seguridad de un local de comida rápida que los filmó cuando el 6 de setiembre pasado caminaban por la avenida Rivadavia.
Gutiérrez y las otras dos víctimas, Morena Verdi y Brenda del Castillo fueron vistas por última vez el viernes 19 de setiembre pasado a las 21.30 cuando, en la rotonda de La Tablada, en La Matanza, se subieron a una camioneta Chevrolet Tracker blanca. Sus cuerpos aparecieron mutilados y enterrados en el fondo de una casa de Florencio Varela.
Además de la imagen, en los últimos días, se sumó la declaración de una testigo que también afirmó que Pequeño J y Lara se conocían. Los vio interactuar en una fiesta.

Foto: La Nación/GDA.
La testigo, cuya identidad se mantiene en reserva, declaró el jueves pasado en la Delegación Departamental de Investigaciones (DDI) La Matanza de la Policía de la Provincia de Buenos Aires. Contó que conoció a Lara y a Brenda en una escuela de Ciudad Evita, La Matanza, donde estudiaban.
La adolescente contó que el año pasado, en junio o julio, Brenda y otra chica, la invitaron a una “fiesta privada” en una quinta, que no recuerda dónde era y que por su asistencia le pagaron $300.000.
La fiesta, en la que también habrían estado Brenda y Lara, según la testigo, duró 24 horas. Ella mantuvo relaciones sexuales con dos ciudadanos peruanos. Fueron convocados por una persona conocida con el apodo de Freddy, también de nacionalidad peruana. Dijo que había “estupefacientes” y que a ella le ofrecieron Tusi, droga también conocida como cocaína rosa.
Recordó que en agosto pasado, se encontró con Freddy, quien le dio un teléfono celular como pago por mantener relaciones sexuales con él.
Respecto al triple crimen, explicó que en su grupo de conocidos de la escuela comenzaron a circular las imágenes y videos que salían en los medios de comunicación de los sospechosos de los homicidios.
“La testigo dijo que por apodo y de verlo solo una vez en esa misma fiesta [la que se hizo en una quinta y duró 24 horas] vio a J [el presunto autor intelectual del triple crimen], pero que no interactuó con él, solo estaban en el mismo lugar mientras ella se relacionaba con otros hombres. Sí, dijo que Lara se conocía con este sujeto, o al menos eso parecía en esa fiesta. Que se decía que Lara en los momentos que atendía a clientes, a veces, les robaba, pero no sabía si eso era cierto, pero sí que era un rumor muy fuerte”, según la declaración a la que tuvo acceso La Nación.
También dijo que en la fiesta a la que asistió el año pasado había estado Matías Agustín Ozorio, el sindicado lugarteniente de Pequeño J, detenido en Perú la semana pasada y expulsado a la Argentina. El sospechoso se negó a declarar el viernes pasado cuando fue indagado por el fiscal Adrián Arribas, funcionario a cargo de la investigación del triple crimen.
En su relato dijo que, según creían, Ozorio y Pequeño J se conocían y que Lara interactuaba con ellos.

Foto: La Nación/GDA.
“Brenda, si bien estaba, hablaba con todos, pero también puede ser por ‘trabajo’, que luego cada una hizo lo suyo, no prestándoles más atención”, afirmó la testigo.
Matías Ozorio llegó a la Argentina después de ser expulsado de Perú
Antes de finalizar su declaración, la testigo afirmó que decidió declarar después de ver lo que le había pasado a Brenda y a Lara. Aseguró tener miedo porque, en los círculos que ella frecuentaba, empezó a haber rumores de amenazas por parte de ciudadanos peruanos que habían sido sus clientes.
La Nación/GDA