La combinación de vitamina B12 con omega-3 puede contribuir al buen funcionamiento cognitivo, indican los expertos y promueven la inclusión de este pescado en la dieta.

Foto: Freepik.
Redacción El País
Existen más de 300 especies que pueden medir desde apenas unos centímetros hasta superar los diez metros, pero, a pesar de su aspecto, no representa una amenaza: el calamar destaca por su importancia en la cultura gastronómica de múltiples regiones y su aporte nutricional.
La primera ventaja es que es fuente de proteínas de alta calidad. Cada 100 gramos de calamar hay alrededor de 15 gramos de proteína con todos los aminoácidos esenciales. Su aporte de grasas saturadas es muy bajo y contiene omega-3, aunque en menor proporción que pescados como el salmón o las anchoas.
La desventaja es que su nivel de colesterol es superior al de otros mariscos, por lo que quienes tengan hipercolesterolemia deberían moderar su consumo.
Además, este molusco es rico en vitaminas del grupo B, en especial B12, fundamental para el sistema nervioso y la producción de glóbulos rojos. También contiene B2 (riboflavina), vinculada al metabolismo energético y a la reducción de migrañas, y B3 (niacina), clave para la función cerebral. La combinación de vitamina B12 con omega-3 puede contribuir al buen funcionamiento cognitivo.

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También tiene taurina, un aminoácido con acción antioxidante que favorece la salud cardiovascular, muscular, cerebral y ocular. Ayuda a proteger las células del estrés oxidativo, algo especialmente relevante en poblaciones con dietas bajas en productos de origen animal.
El calamar puede disfrutarse en preparaciones sencillas como la plancha o la cocción breve en agua. Conviene evitar la fritura para aprovechar mejor sus nutrientes. Al comprarlo, es importante asegurarse de que esté fresco: ojos claros, cuerpo brillante y sin olores desagradables. También es recomendable congelarlo previamente para reducir riesgos por parásitos.

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Los expertos sugieren no superar un kilo de consumo mensual y acompañarlo con vegetales, legumbres, granos o aceites saludables como el de oliva. El uso de condimentos frescos como ajo, limón, perejil o cilantro potencia tanto el sabor como el valor nutritivo.
Como otros productos del mar, el calamar puede contener metales pesados. Además, quienes presenten alergias deben consultar previamente, ya que las reacciones pueden variar desde leves irritaciones hasta cuadros graves que requieren atención médica urgente.
En base a La Nación/GDA
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