El caso del triple crimen narco de Florencio Varela, que sacudió al país por la brutalidad de los asesinatos y el entramado narco detrás, sumó este lunes una revelación que podría cambiar la lectura de los hechos: Pequeño J, cuyo verdadero nombre es Tony Janzen Valverde Victoriano, habría mantenido una relación sentimental con Lara Gutiérrez, la menor de las tres víctimas.
La información fue confirmada luego de que se conociera públicamente la primera imagen que los muestra juntos, difundida al aire de Desayuno Americano (América TV). El registro, que forma parte de los videos que ya están en manos de la Justicia, fue presentado como prueba del vínculo entre ambos.
El periodista Carlos Salerno fue quien reveló el material en el programa: “Documento exclusivo y por primera vez en la causa. Esta foto del noviazgo entre Lara y Pequeño J. Este que ves acá de pantalón blanco es Pequeño J, Tony Valverde, Tony Janzen Valverde. Este es un prófugo de la justicia —dijo Salerno señalando a otro hombre que aparece en esa imagen—. Hay cuatro prófugos. Este está prófugo, por eso tapamos la cara. Esta es Lara Gutiérrez. Esto es un video y acá, tapadísima, una de las principales testigos de la causa. Esta chica dio fe del noviazgo que había entre Pequeño J y Lara de manera encubierta, porque Pequeño J estaba de novio con una chica en La Matanza, de hecho vivía prácticamente en esa casa”, explicó el periodista.

Luego, Salerno agregó: “¿Por qué mostramos esta foto, que es un video? Porque el entramado empieza acá… Esta foto es de uno de los videos que tiene la Justicia, que son varios, y pudieron probar que había una relación entre Lara y Pequeño J. Había una relación de tiempo atrás”.
La imagen, según se supo, forma parte de un video que muestra a ambos caminando juntos por la calle, a la salida de una fiesta. En paralelo, el periodista Sebas Tempone amplió la información en su cuenta de X: “NOVIOS. La Justicia investiga la relación entre Pequeño J y Lara. Una testigo declaró ante la Justicia que entre Valverde y la menor de edad existía un vínculo sentimental. La imagen que presentó en exclusiva Desayuno Americano muestra a los dos jóvenes caminando de noche a la salida de una fiesta”.

La confirmación de ese lazo sentimental encaja con la hipótesis que surgió la semana pasada sobre el móvil del crimen. Según lo declarado por Guillermo Endi, abogado defensor de Lázaro Víctor Sotacuro y Florencia Ibáñez, el triple femicidio estaría vinculado al robo de 400 kilos de cocaína, un botín valuado en millones de dólares.
El periodista Paulo Kablan relató cómo ese robo habría desatado la tragedia: “El abogado contó que el móvil del crimen serían 400 kg de cocaína robada. Es un montón… La historia es así. Una de las chicas, la menor, Lara, de 15 años, tiene un noviecito fuera de la villa pero con vinculación delictiva con una banda de narcomenudeo y ella tiene relación también por su actividad con otro integrante de otra banda dentro de la villa”, explicó.
De acuerdo con esa reconstrucción, Lara habría sido el nexo involuntario entre dos bandas narco. “En uno de esos días que está con este segundo personaje, ve que en el lugar había un cargamento importante de cocaína y se lo cuenta a su noviecito de afuera y le dice: ‘ayúdame, marcame el lugar’. Él le dijo: ‘Dale alguna pastilla para que se duerma’”, detalló Kablan.
La información se filtró, el cargamento desapareció y la venganza no tardó en llegar. “Le dijo dónde estaba y de una forma u otra fueron y le robaron la droga y la droga desapareció y al jefe le llegó la noticia: falta droga y háganse cargo. El que estaba a cargo del lugar de la seguridad era Pequeño J y su gente”, concluyó el periodista especializado en policiales.
La foto que comprueba el vínculo secreto
El hallazgo de la foto entre Lara y Pequeño J ahora refuerza la teoría de que la relación entre ambos pudo ser el punto de partida de una cadena de traiciones, celos y represalias que terminó con la vida de las tres jóvenes: Brenda del Castillo (20), Morena Verdi (20) y Lara Gutiérrez (15).

La brutalidad del crimen —las víctimas fueron secuestradas, torturadas, descuartizadas y enterradas en bolsas negras en un pozo— se enmarca en la lógica de un ajuste mafioso, pero también en una historia personal donde el amor, la manipulación y el narcotráfico se cruzaron de manera fatal.
Con el avance de la causa, los investigadores analizan nuevos videos y testimonios que podrían confirmar cuánto tiempo duró la relación y qué papel jugó Lara en la red de contactos del joven narco peruano. Lo cierto es que la imagen que salió a la luz este lunes no solo muestra una conexión, sino que deja expuesto el costado más íntimo de una trama que aún sigue revelando su horror.