VIVE Global: Descubre el Mundo en Directo

22.2 C
La Plata
miércoles, septiembre 17, 2025

Arder en preguntas

Más Noticias

La década del 80 consumía sus últimos años y las promesas de su primavera desaparecían en el calor de una hoguera invisible. Calcinarse en ese fuego fatuo, cuando supimos que la democracia era todo y a su vez nada, se volvió costumbre.

Y en junio del ‘88, lejos de los placeres y lujos de las estrellas de rock, Luis Alberto Spinetta sintió, en esta Córdoba llena de bomberos, muy de cerca ese fuego gris que asfixia y quema sin precaución.

Arder en preguntas

Podría ser metáfora del poeta mayor del rock, pero no: fue la pura realidad. En un colectivo tan precario como el país, Spinetta y su banda viajaban a Córdoba capital para dar un show cuando las llamas interrumpieron el viaje. Pero no el epílogo.

Kilómetro 444, por la vieja ruta 9 y a la altura de Marcos Juárez. En Córdoba los esperaba un recital en Atenas. La bestia motorizada que los transportaba, casi una nave de fibra hecha en Haedo, no brindaba ninguna garantía. Repleta de equipos, instrumentos y personas, el frío de junio obligaba a calefaccionar. Una parada técnica en Marcos Juárez generó un efecto que sólo la física podría explicar. Una ventana abierta, el calor interior, el viento helado de la mañana y el asiento de Luis Alberto en llamas como inicio de un fuego que no se detendría.

Arder en preguntas

La mochila del violero, la garrafita para calentar el agua del mate y la gran hoguera que ya no pudo extinguirse. Varios de los equipos habían sido alquilados a Juan Carlos Baglietto. Perdía Spinetta y también perdió la trova rosarina. No quedó ni la triste estampita de un santo.

Los bomberos voluntarios intentaron salvar algún equipo del viejo colectivo ya sin vida. Dos de ellos, músicos y admiradores confesos de Spinetta,sentían que luchaban por la salvación de la patria y la música, que son más o menos lo mismo. Pero fue en vano. Todo ardía, incluidas las cortinas. ¿Habrá sido esa la indómita luz? ¿habrá pensado, Luis Alberto, que eso era encenderse de amor? Quizás sí.

Arder en preguntas

Para exorcizar el fuego, los músicos comenzaron a colgar de un cardo nacido al costado de la ruta los instrumentos quemados. El cardo fue, pronto, un árbol de navidad, un tótem, pero nunca el hombre de hielo que alguna vez imaginó el poeta.

Cómo seguir. O cómo volver. La certeza de tus ojos, pensó el líder de la banda, cree que me voy. Pero no. La disyuntiva se resolvió rápido. Carlos Jiménez, La Mona, envió colectivo y prestó equipo de sonido y otros músicos cordobeses, como los hermanos Ingaramo, se sumaron a la colecta. Y así, Atenas y su gente tuvieron un nuevo encuentro con él, con el hombre que volvía a confirmar, en este viaje a Córdoba, que vivir no es otra cosa que arder en preguntas.

Datos recopilados en los libros Luisito y Luisito Volumen 2, de Jorge Hugo Kasparián.

Redacción

Fuente: Leer artículo original

Desde Vive multimedio digital de comunicación y webs de ciudades claves de Argentina y el mundo; difundimos y potenciamos autores y otros medios indistintos de comunicación. Asimismo generamos nuestras propias creaciones e investigaciones periodísticas para el servicio de los lectores.

Sugerimos leer la fuente y ampliar con el link de arriba para acceder al origen de la nota.

 

- Advertisement -spot_img

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí

- Advertisement -spot_img

Te Puede Interesar...

Argentina celebra el Día del Profesor en homenaje a José Manuel Estrada

Hoy, 17 de septiembre, Argentina celebra el Día del Profesor en honor a José Manuel Estrada, destacado intelectual, político...
- Advertisement -spot_img

Más artículos como éste...

- Advertisement -spot_img