La campaña “Talud Continental IV” culminó con un balance espectacular: científicos argentinos exploraron el cañón submarino Mar del Plata a casi 3.900 metros de profundidad utilizando el robot de alta tecnología ROV SuBastian. La misión del Conicet, en colaboración con el Schmidt Ocean Institute, no solo reveló una biodiversidad inesperada —incluyendo unas 40 posibles nuevas especies de corales, moluscos y peces—, sino que también se convirtió en un fenómeno de divulgación masiva.
La clave del éxito fue el streaming ininterrumpido por YouTube, que permitió al público presenciar cada inmersión y descubrimiento en tiempo real. La transmisión alcanzó millones de visualizaciones, emocionando a grandes y chicos y consolidando a la ciencia argentina como protagonista de la exploración del océano profundo.
Ahora, ese mismo espíritu de aventura y conexión directa con el público se traslada desde el fondo del mar hasta el corazón de la estepa patagónica, donde otro grupo de científicos del Conicet está transmitiendo en vivo una expedición para buscar fósiles de dinosaurios.
En busca de los dinosaurios
La nueva iniciativa, denominada “Expedición Cretácica I – 2025”, está encabezada por el paleontólogo Federico Agnolín (Conicet – Museo Argentino de Ciencias Naturales “Bernardino Rivadavia”) y cuenta con el respaldo de la Fundación Azara, National Geographic Society y la Secretaría de Cultura de Río Negro.
El equipo trabaja cerca de General Roca, en un yacimiento donde el año pasado se halló la garra de un dino. Por primera vez, una campaña paleontológica argentina podrá seguirse en tiempo real.
La travesía, iniciada el 28 de septiembre y con cierre previsto para el 15 de octubre, busca reanudar las excavaciones en un yacimiento cercano a General Roca, donde el año pasado el equipo halló la garra de un dinosaurio desconocido en Argentina: Bonapartenykus ultimus.
Esta temporada, los científicos intentarán recuperar el resto del esqueleto para reconstruir a este misterioso depredador que habitó la región hace unos 70 millones de años, poco antes del impacto del meteorito que marcó el fin de la era de los grandes reptiles.

“Queríamos mostrar cómo se hace ciencia en el terreno, en tiempo real, con todos los desafíos que implica trabajar en medio de la estepa”, explica Agnolín. Gracias a la instalación de internet satelital de alta velocidad, los espectadores pueden observar la delicada tarea de extracción de fósiles, participar con preguntas y acompañar a los investigadores durante la búsqueda. “A diferencia de una expedición submarina, nuestro viaje no es espacial sino temporal: cada hueso que encontramos es una ventana hacia el pasado”, reflexiona el paleontólogo.
¿Qué se transmite este martes y mañana?
Agnolín contó a Clarín que «este martes a la tarde llevamos todos los fósiles que hallamos en la primer parte del streaming al campamento y transmitiremos en vivo la parte de la clasificación, para que la gente vea cómo se estudian. Y mañana nos vamos a desplazar a otra área donde creemos que podríamos en encontrar fósiles de dinosaurios de gran tamaño«.
El equipo espera que la llamada “gran excavación” revele nuevos restos de dinosaurios y quizás el momento exacto en que emerge un fósil, algo que —como señala Agnolín— “nunca antes se filmó en vivo”. Las transmisiones mostrarán también las caminatas de prospección, cuando los científicos recorren el terreno para identificar posibles yacimientos.

Para los integrantes más jóvenes del grupo, como los becarios del Conicet Matías Motta y Sebastián Rozadilla, la experiencia representa tanto una oportunidad científica como una forma de acercar la paleontología al público. “El lugar es extraordinario: allí se han encontrado restos de mamíferos, reptiles, serpientes, anfibios y nidadas de dinosaurios. Es una de las ventanas más completas del continente para entender el ecosistema previo a la extinción”, comenta Rozadilla.

Con esta expedición, el equipo busca no solo ampliar el conocimiento sobre el pasado de la Tierra, sino también transformar la manera en que la ciencia se comunica. “La emoción del hallazgo, el esfuerzo de campo, la convivencia y el rigor del trabajo científico suelen quedar fuera de la mirada pública. Ahora cualquiera podrá vivirlo junto a nosotros”, concluye Agnolín, antes de volver al silencio ventoso de la Patagonia, donde el tiempo se mide en millones de años.
La campaña busca abrir una nueva etapa en la divulgación: hasta el 10 de octubre, el público puede seguir las tareas a través de transmisiones en vivo por YouTube (@paleocueva_lacev) e Instagram (@paleocueva.lacev), en dos franjas horarias (de 11 a 12.30 y de 17 a 18.30).
AS