Los expresidentes del FC Barcelona, Sandro Rosell y Josep Maria Bartomeu, han defendido la legalidad de los pagos que efectuaron al entonces vicepresidente del Comité Técnico de Árbitros (CTA), José María Enríquez Negreira y a su hijo, Javier Enríquez. Respondiendo solo a sus abogados han explicado que los pagos estaban justificados y que eran por un asesoramiento deportivo-arbitral que era de utilidad para el club. Rosell, que ha llegado a la Ciudad de la Justicia todavía renqueante por una reciente operación quirúrgica, ha ironizado diciendo que en aquella época no hacía falta comprar árbitros porque tenían un equipazo con Messi, Xavi, Iniesta y Piqué. Y ha enfatizado añadiendo que en Europa Negreira no tenía ninguna influencia y también ganaban. El expresidente ha rebatido que con el precio que pagaban y que, según sus cuentas salía a 250 euros por informe, era imposible comprar a nadie.
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