
El Gobierno de Guatemala rechazó la pretensión de Belice de ejercer soberanía sobre la isla Sarstún, tras nuevos señalamientos del país vecino por una supuesta violación a su integridad territorial.
La controversia se reavivó tras la denuncia guatemalteca de que unidades de las Fuerzas de Defensa de Belice ingresaron este mes al territorio nacional por el río Sarstún sin autorización, en incidentes registrados los días 10, 12 y 13 de septiembre según informó el Ministerio de Relaciones Exteriores (Minex).
De acuerdo con el comunicado oficial, estos hechos constituyen un riesgo para la población civil local y fueron condenados por la Cancillería guatemalteca, que reafirmó su postura de rechazo a cualquier señalamiento que atribuya intenciones ajenas al mandato constitucional de las fuerzas armadas de Guatemala.
La disputa territorial sobre la zona del Sarstún, que se extiende por más de un siglo, ha marcado persistentemente la relación entre estos dos Estados centroamericanos.
Desde su independencia en 1981, Belice fue objeto de un reclamo histórico por parte de Guatemala sobre aproximadamente 11.000 kilómetros cuadrados, casi la mitad del territorio beliceño. Las relaciones diplomáticas formales solo comenzaron en 1991, sin que ello pusiera fin a los desacuerdos limítrofes.

El Ejército de Guatemala, ante los ingresos irregulares de fuerzas beliceñas, actuó con prudencia para evitar una escalada del conflicto, siguiendo las directrices constitucionales. El presidente Bernardo Arévalo explicó que la recurrencia de estos incidentes se debe al diferendo territorial que aún no encuentra solución definitiva y resaltó que Guatemala y Belice decidieron, de común acuerdo, llevar la controversia ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ).
Además, las argumentaciones escritas de ambos países ya fueron presentadas en La Haya y se espera la programación de las audiencias orales en los próximos meses.
Según la Agencia Guatemalteca de Noticias, se centra en tres ejes principales: mantener el control para evitar una escalada, defender firmemente la soberanía en la zona y administrar con responsabilidad cualquier hecho que pudiera afectar la estabilidad fronteriza.
La raíz de este diferendo remonta a la época colonial y los posteriores arreglos territoriales, nunca reconocidos plenamente por Guatemala. El reclamo sobre parte del territorio beliceño, incluido el área del río Sarstún, ha sido fuente de tensión, esporádicos incidentes y negociación bilateral. La vía legal por medio de la Corte Internacional de Justicia fue adoptada tras una consulta popular en 2018, a la que Belice adhirió en 2019, como una solución definitiva y pacífica al desacuerdo.

El Gobierno continúa informando a la ciudadanía y a sus contrapartes sobre los pasos formales y las líneas de acción diplomática, enfatizando la importancia de la paz, el respeto mutuo y la solución jurídica de las controversias. Las autoridades recalcan que la transparencia y la rendición de cuentas forman parte de su estrategia para fortalecer la confianza pública y el respaldo institucional en torno al manejo del conflicto.
(Con información de EFE)