Desde hace ya un tiempo, Bad Bunny está en boca todos. La confirmación de que será el artista principal del próximo Super Bowl, su reciente participación en el programa Saturday Night Live! o su aclamada residencia musical en Puerto Rico, con 31 shows repletos, hicieron que el cantante se robe todos los flashes de la prensa mundial y sea uno de los preferidos a nivel global por parte de los fanáticos. Sin embargo, el rapero tiene un inicio humilde en la música y, aunque muchos lo haya olvidado, brindó una serie de shows en boliches bailables del conurbano bonaerense en 2017, entre ellos, una presentación en Pinar de Rocha, la histórica discoteca de Ramos Mejía, que quedó para la posteridad.
Benito Antonio Martínez Ocasio acaba de terminar una serie de 31 conciertos en su residencia musical llamada No me quiero ir de aquí en el Coliseo de Puerto Rico, que significó un hito en su carrera y en la historia artística de su país. Del 11 de julio al 20 de septiembre, el rapero convocó a casi medio millón de espectadores provenientes de todo el mundo, lo que resultó en un gran impacto económico en la economía local.

En los últimos años, Bad Bunny se convirtió en una figura fundamental para la representación de Puerto Rico en el mundo. En un principio, su carrera revolucionó la música urbana, en especial el trap y el reggaeton, pero en la actualidad, con su disco Debí Tirar Más Fotos (2025), decidió incursionar en ritmos como la salsa o la plena, fuertemente arraigados a la identidad cultural de la isla. De esta manera, el artista logró reforzar su vínculo con su tierra natal, convirtiéndose en un símbolo de orgullo para los puertorriqueños.
Una de las razones principales de su relevancia es la manera en que integra su identidad boricua en cada aspecto de su arte. Canta en español, mantiene su acento característico y utiliza referencias directas a la vida en Puerto Rico, desde su gente hasta sus paisajes y problemáticas sociales. De esta forma, logra que el mundo conozca y valore la cultura de su país sin perder autenticidad.
Además, Bad Bunny rompió las barreras del idioma al convertirse en uno de los artistas más escuchados del planeta sin necesidad de cantar en inglés. Su éxito demostró que la música latina pueden dominar el mercado global. Si la llegada de artistas como Daddy Yankee o Don Omar significaron la irrupción del reggaetón en el mundo de la música global, la obra de Benito significó la consolidación de este género como el mascarón de proa de la industria musical internacional.
El compromiso social y político del artista también reforzó su rol como representante de su país. Usó su influencia para denunciar injusticias, el coloniaje, apoyar causas sociales y defender los derechos de su pueblo. “Quieren quitarme el río y también la playa// Quieren al barrio mío y que abuelita se vaya// No, no suelte’ la bandera ni olvide’ el lelolai// Que no quiero que hagan contigo lo que le pasó a Hawái”, escribió en su canción “Lo que le pasó a Hawái” para denunciar el manejo de Estados Unidos en su país.
Además, en 2019, llevó adelante junto Ricky Martin y Residente las masivas protestas en Puerto Rico, donde se exigió la renuncia del gobernador Ricardo Rosselló tras la filtración de un chat con insultos sexistas y homofóbicos, y burlas hacia víctimas del huracán María.
Ahora, Bad Bunny encabezará el show del entretiempo del Super Bowl 2026 y, según confirmó, hará toda su presentación en español. El ganador de tres premios Grammy será el responsable del espectáculo musical del evento deportivo más importante de Estados Unidos y llevará este mensaje de resistencia al Levi’s Stadium de Santa Clara, California, el 8 de febrero. Este acto se llena de sentido en medio de la presidencia de Donald Trump y su cruzada contra los migrantes dentro del país, que incluyó hasta el momento deportaciones masivas y separaciones de familias.
“Lo que siento trasciende lo personal. Es por quienes abrieron el camino y corrieron incontables yardas para que hoy yo pueda anotar un touchdown… esto es para mi gente, mi cultura y nuestra historia. Dile a tu abuela que vamos a ser el half-time show del Super Bowl“, manifestó Bad Bunny en un comunicado difundido por la NFL.
Más allá de toda la fama que rodea al puertorriqueño en la actualidad, sus comienzos fueron humildes y no se salteó ningún escalón para poder llegar a donde está hoy. Al igual que muchos otros artistas que con el tiempo dejaron su huella, Bad Bunny hizo lo propio en distintos boliches emblemáticos de la provincia de Buenos Aires.
En 2017, cuando apenas empezaba a destacarse en la escena del trap y el reggaetón, brindó un show que pocos recuerdan en Pinar de Rocha, el histórico boliche de Ramos Mejía. Vestido con la camiseta de selección argentina y unas gafas de sol blancas hizo delirar a los asistentes con sus primeras canciones. Ya desde ese momento se lo veía distinto y con una gran vocación para dar todo un show; sin embargo, por entonces nadie esperaba que se volviera el rey del género urbano.

Esa actuación, concebida para un grupo limitado de asistentes en un ambiente de fiesta nocturna, fue un anticipo del éxito que se avecinaba. La demanda resultó tan alta que, además del espectáculo en el boliche, se vieron obligados a programar funciones extras.
El puertorriqueño hizo un auténtico tour por el conurbano bonaerense: tocó en el Teatro Colonial, de Avellaneda; en Enigma Club, de Quilmes; en Jesse James, de Isidro Casanova; en Ruta Bacalao de La Plata, y en El Bosque, de Quilmes, entre otros lugares bailables.
Pero las recorridas por boliches y espacios de pocos m² quedaron atrás. En 2025, presentó su disco Debí Tirar Más Fotos y lo convirtió en el álbum latino más reproducido en Spotify durante su primera semana, con un total de 235 millones de escuchas. Además, Bad Bunny tiene el récord de superar los 100 videos con más de 100 millones de visualizaciones en YouTube, por lo que su figura como uno de los artistas más influyentes de las últimas décadas es clara y su participación en el Super Bowl, sin lugar a dudas, viene refrendar eso.