La última sesión en Diputados mostró la peor cara del PRO en la interna que viene atravesando desde hace meses y que trasciende al propio bloque en la Cámara baja. La discusión entre Silvia Lospennato y Cristian Ritondo expuso una crisis que parece no tener retorno y que se profundizó después de la sonora derrota amarilla en mayo en los comicios porteños y de que el partido quedara absorbido dentro de La Libertad Avanza de cara a las próximas elecciones.
El sólido bloque que había conformado Ritondo a principios de 2024, que adhería a todas las iniciativas libertarias a nivel parlamentario, se diluyó en los últimos meses y en cada una de las votaciones que se dieron en temas que motivaron vetos de Milei, hubo libertad de acción de los diputados PRO.
Tal vez ese fue el motivo central por el que Ritondo y Lospennato protagonizaron un cruce muy picante en el recinto, en plena sesión, después del tratamiento del financiamiento universitario, y ante la mirada del resto de los integrantes del bloque.
Cómo se dispara la discusión
La discusión se disparó después de una chicana de Alejandro Finocchiaro, diputado cercano a Ritondo, que les espetó a Lospennato y a María Eugenia Vidal no haber apoyado el veto de Milei a la ley que incrementa los fondos para las universidades.
Fue en el momento en el que el ex ministro de Educación de Mauricio Macri interrumpió el discurso de la diputada mileísta Juliana Santillán y recordó que en el parlamento británico hay una grada para legisladores de la oposición y otra para los del oficialismo. Fue ahí cuando les sugirió a sus colegas que se pasaran «al kirchnerismo, al club del helicóptero».

Lospennato reaccionó, Vidal fue indiferente, y ahí se generó el escandalete que desde los dos lados, aseguran, fue más exagerado por los medios que lo que realmente fue. Si bien no hablaron después de la discusión, Ritondo y Lospennato quedaron sin resquemores, aseguran.
Eso no implica que desde el ritondismo y también desde espacios libertarios ya consideren como una dirigente opositora a la diputada, que fue electa legisladora porteña a partir de diciembre, pero tendría decidido mantener su banca nacional.
«Lo más llamativo es la incoherencia que tiene Silvia: pasó de ser la defensora número uno del equilibrio fiscal a pararse del otro lado. El año pasado, incluso, sostuvo el veto al mismo proyecto de financiamiento universitario que ahora vota en contra. ¿Qué cambió en un año? Nadie lo sabe, ni siquiera ella lo explicó», dice una fuente del PRO duro, de los actuales halcones del partido.
Lospennato y otros referentes del espacio, en cambio, son críticos de la decisión del ala dura del PRO de mantenerse pegado al Gobierno en «patriadas» que tienen como destino seguro derrotas legislativas. «Si no tenés el número, si no llegás al tercio, no vetés, es un capricho lo que hicieron. Al Presidente se lo cuida, no se lo expone», es la reflexión que sueltan.
Un armado diverso a nivel nacional

La situación actual del PRO a nivel nacional es la que genera que el cortocircuito en el Congreso agregue todavía mayor tensión. El miércoles Mauricio Macri recibirá en la sede del partido a todos los candidatos del espacio que competirán en los próximos comicios.
El abanico es muy amplio y diverso si se tiene en cuenta que en la mitad de las provincias el PRO competirá sólo, por afuera del sello de La Libertad Avanza, con el que cerró una alianza especialmente en la ciudad y en la provincia de Buenos Aires.
Ritondo fue el artífice central del doble acuerdo bonaerense. Eso es lo que le achacan desde el otro sector del partido. «Él tomó un camino personal, pero no tenemos por qué seguirlo», dicen, graficando por qué un bloque que se mantuvo aliado hasta principios de este año hoy está prácticamente desintegrado.