
Barcelona
Los Mossos d’Esquadra han detenido este miércoles a un hombre de 78 años tras presuntamente matar a tiros a su yerno, en plena calle, en el barrio de Cappont de Lleida. La víctima era un policía catalán de 47 años destinado a la oficina de atención a la víctima de la comisaría de Mollerussa. Víctor Sanz Cañelles estaba casado y era padre de dos niñas de 14 y 9 años. Sus compañeros, abatidos y consternados, le definieron ayer como “una excelente persona y un policía vocacional y ejemplar”.
Tras el crimen, para el que el se utilizó un arma corta, el homicida cubrió el cadáver con una sábana estampada que traía consigo y que llevaba guardada en una bolsa de un supermercado. Seguidamente, telefoneó al 112 y relató sin titubeos lo que acababa de hacer.
El detenido estaba enfrentado con toda su familia, que lo definía como un déspota y un autoritario
Un vecino de la calle Doctora Castells grabó desde su balcón un minuto y medio de imágenes en el que se ve al presunto asesino cómo atiende al teléfono y, sin perder la compostura, espera junto al cadáver la llegada de cinco patrullas de seguridad ciudadana de los Mossos d’Esquadra con las sirenas encendidas.
El grupo de homicidios se hizo cargo de la investigación del crimen de su compañero, al que conocían tras 21 años de servicio en la policía, con varios destinos, como la sala regional de Lleida. Este jueves por la mañana han iniciado los interrogatorios al entorno familiar de la víctima y a los testigos del crimen.
La relación de la víctima con su suegro nunca fue buena. Ya no lo era entre el hombre y su hija, que años atrás decidió abandonar en cuanto pudo la casa familiar para mantenerse alejada de su padre. La siguiente en hacerlo fue su propia mujer, que se había separado de él. En una de las conversaciones de la abuela en la puerta del colegio un día que fue a recoger a sus nietas, compartió con otro abuelo que esperaba a la suya la “mala vida” que había soportado al lado del hombre del que había decidido finalmente separarse.

El presunto asesino, ayer junto al cuerpo sin vida de su yerno
REDACCIÓN / Otras Fuentes
Aunque Víctor era especialmente discreto, sus compañeros estaban al corriente de las subidas de tono de su suegro, al que definió en alguna ocasión como un hombre muy intolerante, un déspota, problemático y violento. El presunto asesino, cuyas siglas son A.P.S., vivía en la Pobla de Segur (Pallars Jussà, Lleida). No tenía antecedentes y trabajó toda su vida en Telefónica. Tenía permiso de armas.
El vídeo y las fotografías que circularon durante el día de ayer tras el crimen ponían la piel de gallina. El hombre en ningún momento se aparta del cadáver de Víctor, e incluso hay una imagen, una de las que ilustra esta información, en la que parece que está tomando una fotografía del cuerpo sin vida del que fue su yerno.

Minuto de silencio en la comisaría de Mollerussa en homenaje al agente fallecido presuntamente a manos de su suegro
La Vanguardia
El crimen se produjo a pocos metros del domicilio de la víctima. El hombre se dirigía a buscar a sus dos hijas al colegio cuando fue abatido sin mediar palabra y rematado en el suelo, según el relato de varios testigos. En la tarde de ayer, un equipo de atención psicológica se desplazó a la vivienda para atender a la mujer y a las menores.
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El hombre estaba especialmente implicado en el día a día de sus hijas, especialmente de una, diagnosticada con una enfermedad de las denominadas raras y que requieren especial cuidado. Formaba parte de un montón de asociaciones y entidades dedicadas a recoger fondos para avanzar en la investigación de esa enfermedad, recordaban ayer sus compañeros.
“Era muy buena persona”, resumió ayer tarde otro de sus compañeros, patrullero de seguridad ciudadana de la capital de la Paeria con el que también coincidió en las calles.
Los Mossos deberán determinar ahora de dónde sacó la pistola el presunto asesino.