El reconocido boliche bailable «La Tropi», cono de la movida tropical en Orn, volvi a ser noticia, pero esta vez no por sus fiestas sino por un caso de estafa que sacudi al ambiente comercial local. El Tribunal de Juicio de Orn conden a Gustavo Astun, un comerciante de 66 aos, por haber engaado a dos compradores con la supuesta venta del mismo establecimiento.
Un trato de palabra que termin en fraude
El expediente judicial detalla que todo comenz en mayo de 2019, cuando un empresario local se contact con Astun para comprar la totalidad de las cuotas sociales del boliche. La operacin se pact de palabra, y el comprador -confiado por la reputacin del vendedor- entreg dos pagos: uno de 23.000 dlares y otro de 30.000 dlares.
Sin embargo, poco despus de concretar la transaccin, el comprador not movimientos sospechosos: el mismo boliche que acababa de adquirir volva a ofrecerse a otras personas.
Al investigar, descubri que Astun haba cerrado un segundo acuerdo con otro interesado, vendiendo nuevamente el local. Cuando intent comunicarse para exigir la llave o la devolucin del dinero, el comerciante desapareci y cort todo contacto.
En su denuncia, la vctima expres que nunca imagin que sera estafado, ya que consideraba a Astun «un hombre grande y millonario«, lo que le generaba plena confianza.
La condena: prisin condicional y reglas de conducta
Tras varios aos de trmite judicial, el caso lleg a juicio ante la Sala I del Tribunal de Juicio de Orn, integrada por los jueces Aldo Primucci, Norma Roxana Palomo y Ral Fernando Lpez.
Luego de analizar las pruebas y los testimonios, el tribunal declar culpable a Gustavo Astun por el delito de estafa y le impuso una pena de dos aos de prisin condicional, lo que significa que no ir a la crcel, pero deber cumplir estrictas reglas de conducta durante ese perodo.
Un caso que dej una marca en Orn
El episodio tuvo fuerte repercusin en la ciudad, donde «La Tropi» es un smbolo de la vida nocturna oranense. La doble venta del local exhibi un modus operandi frecuente en el comercio informal, basado en la confianza vecinal y los acuerdos sin respaldo legal.
La sentencia, segn fuentes judiciales, marca un precedente en la regin, donde las estafas de palabra suelen quedar impunes. En este caso, la vctima logr acreditar cada paso de la maniobra y consigui que la Justicia dictara condena.
«Es una seal para todos los que confan ciegamente en tratos sin papeles: los fraudes tambin dejan rastros y la Justicia puede actuar», sealaron allegados a la causa.