El pasado 14 de septiembre, en la Catedral Metropolitana de Guatemala se realizó un Tedeum en conmemoración de los 204 años de aniversario de Independencia. El acto litúrgico fue presidido por monseñor Eddy René Calvillo Díaz, arzobispo auxiliar de Guatemala, acompañado del clero de la arquidiócesis.
A la ceremonia asistieron el jefe de Estado Bernardo Arévalo, la vicepresidenta Karin Herrera, así como representantes del cuerpo diplomático, fuerzas públicas y funcionarios de gobierno, quienes se unieron a la acción de gracias escuchando un himno cristiano antiguo.
Tras la proclamación de las lecturas, monseñor Calvillo pasó a dirigir una reflexión donde destacó que, dos siglos después de vida independiente, el pueblo guatemalteco sigue en la lucha por buscar la libertad, la justicia, la fraternidad y la paz.
Transformaciones profundas para la nación
El prelado exhortó a generar reformas sustanciales que lleven a consolidar un verdadero Estado de derecho, donde cada habitante sea reconocido en su dignidad y derechos. También se refirió a la obligación que tienen los niños de recibir una educación de calidad y entornos seguros, mientras que los jóvenes no deberían verse obligados a migrar por cuenta de la pobreza y la violencia.
En este sentido, el líder religioso insistió en que la independencia ha de concretarse en oportunidades de desarrollo y en una vida plena para todos los ciudadanos
Corrupción e impunidad bajo la lupa
En su predicación, el obispo auxiliar se refirió además a aspectos de la realidad política y social del país, señalando que existen múltiples realidades que oprimen al pueblo. “Celebramos nuestra independencia política, pero no podemos celebrar nuestra total libertad, porque persisten muchos factores opresores en nuestra sociedad”, afirmó.
De igual forma, denunció la corrupción arraigada que sigue permeando con mayor fuerza en las instituciones y la amenaza que representa para el sistema democrático. Además, afirmó que los ciudadanos deben poder expresarse libremente y exigir el cumplimiento del orden constitucional sin ser perseguidos o criminalizados.
Llamado a la responsabilidad de los gobernantes
Monseñor Calvillo hizo un llamado urgente a quienes tiene en sus manos el poder de ejercer autoridad para que asuman el papel del padre familia de la parábola evangélica: responsables, cercanos y atentos a los más pobres, excluidos y marginados.
El prelado cerró su reflexión, instando a las autoridades para que actúen con seriedad, inspiradas por la verdad, la transparencia y la coherencia, con el fin de cimentar una sociedad más justa y libre de corrupción.
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