La forestoindustria de Misiones y de la región encendió todas las señales de alarma. Una nueva plaga, la avispa de la madera Sirex obesus, fue detectada recientemente en plantaciones de pino de Brasil con efectos devastadores: en rodales específicos se reportaron mortalidades de hasta el 50%, lo que deja la madera sin posibilidad de uso productivo. El caso, dado a conocer en el 12º Seminario de Sanidad Forestal del Cono Sur, desató un trabajo contrarreloj del Senasa y el INTA, que buscan impedir su ingreso a la Argentina.
Se trata de una especie originaria de América del Norte, hasta ahora ausente en nuestro país, pero con un alto potencial de dispersión. El riesgo no es menor: puede expandirse naturalmente por el vuelo de los adultos entre 50 y 70 kilómetros por año, y sobre todo a través del movimiento de madera, ya sea en trozas, aserrada o en embalajes usados en el comercio internacional.
“Es una plaga muy reciente en la región y conocemos poco de su biología. Está emparentada con Sirex noctilio, que tuvo un fuerte impacto en los sistemas forestales del sur de América. Ambas especies son muy parecidas y pueden confundirse a simple vista”, explicó José Villacide, especialista del INTA y coordinador del Grupo de Sanidad Forestal del Cono Sur.
Mata árboles enteros
A diferencia de otras plagas, Sirex obesus no solo debilita al árbol: puede matarlo, lo que inutiliza por completo la madera para la industria. En Brasil, las imágenes de pinares devastados por esta avispa ya generan alarma entre productores y autoridades de países vecinos.
Los adultos presentan diferencias morfológicas sutiles con Sirex noctilio. En el caso de Sirex obesus, las hembras tienen un cuerpo negro con reflejos azul metálico y patas posteriores delgadas y oscuras. Los machos, en cambio, se distinguen por un abdomen anaranjado con una mancha dorsal oscura.
La detección temprana resulta clave. Para ello, los especialistas recomiendan reforzar controles en fronteras, puertos y rutas madereras, además de instalar trampas con atrayentes específicos y aplicar la técnica de “parcelas trampa”, que consiste en debilitar árboles de manera intencional para atraer a la plaga.
“Lo más probable es que llegue a través del movimiento de la madera. Por eso hay que ser estrictos en el control de cargas, embalajes y aserraderos. No podemos relajarnos”, advirtió Victoria Lantschner, investigadora del INTA-Conicet.
Desafío regional
La aparición de esta avispa en Sudamérica recuerda el caso de Sirex noctilio, que se expandió a gran velocidad en el Cono Sur y cuyo control resultó extremadamente complejo. “Estas plagas no conocen fronteras. La sanidad forestal debe pensarse a nivel regional. Una vez instalada, la erradicación es prácticamente imposible”, subrayó Villacide.
Por eso, tanto el Senasa como el INTA coordinan acciones conjuntas en el marco del Sistema Nacional de Vigilancia y Monitoreo de Plagas (Sinavimo). La prioridad es anticiparse con campañas de información, detección temprana y articulación con países vecinos, dado que Uruguay, Paraguay y Chile también están expuestos a la dispersión.
El riesgo es particularmente alto en el nordeste argentino, donde la forestoindustria depende del pino como materia prima central. Misiones, con más de 400 mil hectáreas forestadas y una cadena de valor que genera miles de empleos, observa con preocupación la situación en Brasil.
Advertencia a productores
El Senasa recordó que la Resolución 778/2004 establece la obligación de denunciar cualquier indicio de plagas cuarentenarias. Se recomienda a productores y técnicos estar atentos a síntomas como resinosis anómala, amarillamiento o secado rápido del follaje en pinos, y evitar el movimiento de madera sospechosa.
“Estamos en una etapa crítica: entender el problema y prevenirlo con rapidez. Si dejamos que ingrese, el costo será enorme para la región”, enfatizó Villacide.
Los canales de comunicación habilitados son [email protected] ; www.sinavimo.gob.ar ; [email protected] , además de las oficinas regionales de INTA y Senasa en Misiones.
La alerta está encendida. Y el desafío es claro: impedir que la nueva avispa de la madera cruce fronteras y ponga en jaque a uno de los pilares productivos de la provincia.