La vedette protagonizó un fuerte cruce con su colega Mónica Farro en «LAM» y amenazó con abandonar el programa en vivo. «No soporto que no me dejes hablar», le dijo.

Foto: captura
Redacción El País
Pasaron 16 años del espectáculo que enfrentó para siempre a Adabel Guerrero con Mónica Farro, pero el conflicto está más vivo que nunca. Aquella guerra de vedettes que se inició en el verano 2009 nunca encontró la paz y el pasado martes ofreció un nuevo capítulo al aire en el programa LAM (América), donde ambas están compartiendo panel. Allí recordaron viejas trifulcas, se pasaron varias facturas y la tensión creció al punto que Adabel amenazó con dejar el programa en vivo.
El conflicto se desató cuando Adabel quiso contestar las declaraciones que había hecho Mónica con respecto a su salida de la compañía de Gerardo Sofovich. «Mónica dice que Gerardo me echó, y estás muy equivocada», le lanzó. La respuesta de su contrincante no se hizo esperar: «Te sacó del departamento». A partir de allí, el intercambio se volvió cada vez más tenso. «Yo me fui de la obra… Déjame hablar», insistió Adabel, mientras Mónica la interrumpía: «Yo también puedo hablar». «¿Terminaste?», le preguntó, y la uruguaya le dio paso con una nueva ironía: «Que no se ponga nerviosa que acá nadie la está atacando». Y remarcó: «Yo te digo lo que dijo Gerardo. ‘Yo la eché’. Me quedo con su palabra, que era mi jefe».
El cruce siguió con Adabel narrando su versión sobre la ruptura con Sofovich: «Cuando terminó la temporada, me junté con Gerardo en un café en Villa Carlos Paz y me preguntó si quería seguir o no. Le dije que seguía por respeto y con las condiciones de mi contrato, que era tener mi propio cuadro. Si no me iba, porque tenía otra propuesta». Adabel había sido convocada en aquel entonces para protagonizar la comedia musical Doña Flor y sus dos maridos. «Eso es encabezar», le dijo a Farro a modo de chicana. Ella respondió con firmeza, recordando su recorrido profesional: «No sabés los espectáculos que yo hice para decir que no encabecé. Yo encabecé tres espectáculos. Que vos no los hayas visto no quiere decir que no los haya hecho».
Farro, visiblemente molesta, insistió: «No está bueno ningunear, yo no te digo que sos horrible en lo que hacés». Lejos de calmar las aguas, Adabel contraatacó: «Decís ‘yo encabecé’ como elevándote. Flaca, bajá un toque, tenés un ego increíble». «Yo hablo de mí, ¿te molesta? Si yo lo hice, ¿por qué voy a decir que no?», se preguntó la vedette. Y explicó: «A mí me encanta hablar de mí. Soy la mejor en todo lo que hago. Yo siempre hablo de mí, no ninguneo a las demás. Tengo 25 espectáculos y fui la primera figura en casi todos. ¿Por qué me voy a rebajar?».
“A mí siempre me tiran mierda por no ser bailarina”, lanzó Farro, abriendo la puerta a un recuerdo que Adabel no dudó en traer al presente: “Aprovechemos este momento para hablar. Es verdad que siempre existió esta guerra de ‘vos no bailás y yo bailo’. Se generó en el verano de 2009, cuando no me dieron mi cuadro, pero yo no te conocía”. La conversación se volvió más incómoda cuando Adabel notó que Farro acotaba por lo bajo y exigió poder expresarse sin interrupciones: “¿Puedo hablar? ¡La puta madre! ¿Puedo hablar sin que me cortes un segundo?”.

La reacción de Farro fue a las risas, lo que provocó aún más molestia en Adabel: “Te lo digo en serio porque ya me molesta. ¡No me cortes!”. Con tono desafiante, Mónica respondió: “Tratalo en terapia, Adabel. Yo voy a hablar cuando quiera”. Cansada, Guerrero amagó con retirarse: “Me voy a parar y me voy a ir porque no soporto que no me dejes hablar”, a lo que Farro respondió con frialdad: “Andá tranquila”.
Adabel entonces pareció rendirse: “Bueno, ya está, no voy a hablar”. Pero Farro volvió a intervenir: “Me causa gracia. Perdón, hablá”. Finalmente, Adabel cerró con una declaración que resumió el conflicto de fondo: “A mí me chupa un huevo si ella baila o no, pero en ese momento estaba enojada porque tenía que compartir un cuadro con ella y yo debía bajar, justamente porque no era bailarina”. Lo único que quedó claro fue que, pese al paso del tiempo y a la ausencia de Gerardo Sofovich, la rivalidad entre ambas sigue latente.
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