La primera Ley 4.349 de Jubilación, sancionada el 20 de septiembre de 1904 garantizó a funcionarios, empleados y agentes civiles del Estado el beneficio previsional para los empleados públicos de la Nación. Se trató de la primera normativa que garantizó un retiro formal a los empleados públicos que alcanzaban cierta edad, y en conmemoración de este avance se estableció el 20 de septiembre como el Día del Jubilado en Argentina.
A través de la ley se creó la Caja Nacional de Jubilaciones y Pensiones Civiles, encargada de administrar los fondos y garantizar el pago a los trabajadores que cumplían con los requisitos. Es así como la normativa sentó las bases para el sistema de seguridad social del país.
Como resultado, se estableció el primer sistema formal de jubilaciones en Argentina, sentando las bases del régimen previsional estatal. Y eventualmente, el Estado nacional comenzó a otorgar seguros a la vejez a los trabajadores estatales, maestros, empleados del Banco Nación y del Banco Hipotecario, personal judicial y de los Ferrocarriles Nacionales.
En 1954, se efectuó un cambio en el sistema jubilatorio. Durante el gobierno de Juan Domingo Perón, se pasó de un sistema de capitalización individual a uno de reparto. Esta mecánica funcionó hasta 1994, cuando se implementó el Sistema Integrado de Jubilaciones y Pensiones (SIJP), que dio lugar a la creación de las Administradoras de Fondos de Jubilaciones y Pensiones (AFJP).
Para 2008, se unificaron los regímenes del SIJP en uno solo, denominado Sistema Integrado Previsional Argentino (SIPA), así establecido en la Ley 24.241.


Requisitos para acceder a la jubilación
El sistema previsional actual establece requisitos básicos para que todos los ciudadanos puedan acceder a la jubilación. Por un lado, fijó la edad mínima de 65 años para los hombres y 60 para las mujeres. En tanto, es necesario haber contribuido durante al menos 30 años.
No obstante, según el tipo de empleo y las características de los trabajadores, existen algunas variaciones y excepciones. Por ejemplo, la jubilación para trabajadores con discapacidad física o intelectual notable, pudiendo jubilarse a los 45 años con 20 años de aportes.
Por otra parte, también se contempla la jubilación por edad avanzada, en este caso para hombres y mujeres de 70 años, con al menos diez años de aportes. En tanto, el retiro por invalidez se otorga a personas con una incapacidad física o intelectual mayor al 66 por ciento, sin depender ni de la edad ni de los años de aportes.

Día del Jubilado: cómo iniciar el trámite
Para comenzar el trámite en la Administración Nacional de la Seguridad Social (ANSES), los solicitantes deben completar ciertos formularios y verificar sus aportes en la web Mi ANSES ingresando el CUIL y la Clave de Seguridad Social. Se pueden corroborar que todos los aportes estén registrados eligiendo la opción “Trabajo” y luego “Consultar historia Laboral”.
Una vez verificados los aportes registrados, se solicita un turno en una oficina de ANSES llevando la documentación correspondiente.