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sábado, octubre 11, 2025

Las Marull: de noteras de Cabak y el Pato Galván a ser fuertes referentes del teatro, con tres obras en cartel y una lluvia de elogios

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A diferencia de otras gemelas, ellas no se irritan con los comentarios acerca de ‘¿cuál es cuál?’ o si de jovencitas se cambiaban los novios y otras preguntas amparadas en el cliché del caso. No sólo están acostumbradas, sino que entienden que «es un tema del otro, nosotras nos vemos re diferentes, pero se ve que el asunto sigue dando para hacer chistes, no pasa nada», confiesa Paula Marull, la que pide limonada y recibe dos rodajas de limón cortadas por la mitad en un vaso y un poco de soda en otro. Puso la misma cara que cuando el mozo dijo «creo que estoy viendo doble». Media sonrisa.

Su hermana, María, había pedido café solo y llegó un vaso grande… pero con un cortado. Fue hasta la barra y volvió con otro vaso, pero con apenas un fondito de café, no daba ni para dos sorbos. Ahí si repitieron gesto como de ‘Bueno, nos arreglamos, no pasa nada. Lo importante es la charla y este lugar precioso». Las gobierna la simpleza.

La cita con Clarín, en un museo céntrico elegido por ellas, tiene un patio hermoso, azaleas de colores varios, banquitos con mayólicas y un coqueto restaurante que ofrece take away (llevarse la bebida a otro sitio, en este caso unos metros más allá), pero tal vez deberían ajustar el servicio de vasos descartables.

Pasado lo anecdótico, la charla, relajada, se da a un costado de las flores, como si una posible selfie entre las tres pudiera ser la postal de un paseo sevillano. O parisino, porque los dos estilos se cruzan. Ahí, con una Marull de cada lado -teniendo en claro que Paula, de pantalón beige, estaba a la izquierda, y María, de pantalón estampado, a la derecha- surgió como disparador la última entrevista de esta cronista con ellas, hace exactamente 10 años -en junio del 2015-, en la cafetería de la Biblioteca Nacional.

Arianas, María y Paula nacieron el 2 de abril de 1974, Arianas, María y Paula nacieron el 2 de abril de 1974, «aunque en Wikipedia figure que somos del ’73». Foto Fernando de la Orden

Ya eran la revelación teatral de esa época y bien atrás quedaban sus tiempos como «las melli de la TV». Sin embargo, a más de 25 años de su paso por Atorrantes (1998, por América, con el Pato Galván) y como coequipers de Horacio Cabak en 1, 2, 3 Out, producido por Nicolás Repetto en 1999 por Telefe, esa huella está indeleble.

-¿Les molesta que, a pesar de ser dos fuertes referentes del teatro, se les siga hablando de su viejo paso por la tele?

María: No, para nada. No renegamos de eso, al contrario. Fue un paso clave para llegar a donde estamos. Cuando vinimos de Rosario hicimos de todo un poco y la televisión nos abrió las puertas y logramos cosas re lindas… cómo olvidarlas. Y, además, no sabés lo que laburamos: cuando estábamos con el Pato viajamos al Mundial de Francia y hacíamos notas con los futbolistas, los seguíamos por todas partes. Nosotras que somos cero fútbol, nos estudiamos todo. Somos súper comprometidas con el trabajo: y para eso nos habíamos aprendido nombres, números de camiseta, teníamos una pila de datos».

Las Marull junto a Horacio Cabak, hace 26 años, en Las Marull junto a Horacio Cabak, hace 26 años, en «1, 2, 3 Out», producido por Nico Repetto.

-¿Cómo viven el hecho de que para público y la crítica se las vea tan consolidadas y prestigiosas en el ámbito teatral?

Paula: Yo siento que se valora nuestro trabajo, que se ve, no me siento como intelectual, siento que se respeta y que se consume en el buen sentido lo que hacemos y eso es gratificante. Las obras se van sosteniendo en el tiempo, entonces inevitablemente se van expandiendo y va creciendo el comentario y cada vez las ve mas gente.

-Pero en el boca a boca aparecen como primera o segunda opción de recomendación teatral. Y ni siquiera una puntual, sino “alguna de las de las Marull”.

María: Eso lo sentimos, sí, y hace bien. Y si nos ponemos a pensar en todo lo que hicimos en estos últimos años cobra otra dimensión, pero como estamos en el día a día tal vez no tenemos tanto registro de esto que para vos es un fenómeno. Estamos más en lo cotidiano de las funciones, en el flyer (un texto de promoción moderna, algo así como un volante callejero de los ’70), estamos en el hacer. Pero sí percibimos que con Lo que el río hace el boca en boca, que es finalmente lo que logra que el teatro sea masivo, funciona de maravillas. La gente ha venido a ver la obra más de una vez, ‘quiero ir con mi mamá’, ‘voy a ir con una amiga’, a la salida nos esperan y eso lo sentimos toda la funciones como una bendición.

Tres historias a la vez no puede ser casualidad

Tanto las tres que ahora tienen en cartel como los otros textos nacidos de su puño y letra tienen aroma a infancia, a relatos de pueblo chico, a sueños, a fantasía y a cruda realidad. Hay melancolía, hay sufrimiento, hay esperanza, hay mucho de eso que genera empatía o identificación en el que está en la butaca. Que puede reír y hasta dejar caer las lágrimas. Les llueven los elogios. Merecidos.

«Yo no duermo la siesta», de Paula Marull, protagonizada por María Marull.

Actualmente van por la cuarta temporada de Lo que el río hace (de jueves a sábado en el Astros, escrita, actuada y dirigida por las dos), por la séptima de Yo no duermo la siesta (los lunes en el Astros, escrita y dirgida por Paula, y protagonizada por María, entre otros), y por la 11a temporada de La Pilarcita (dos funciones los viernes en El camarín de las musas y también tiene funciones en el Astros, escrita y dirigida por María).

-Hubo épocas en las que te decían “no te pierdas las del San Martín o las del Cervantes”, por ejemplo, y ahora es “no te pierdas las de las Marull” (también pasaron por el San Martín).

Paula: Cando uno conversa sobre esto que nos pasa siempre recibe esa mirada, y la verdad es que nosotras no tenemos la distancia ni tampoco la costumbre de ser tan analíticas, estamos mas abocadas en el hacer teatro.

Y a modo de secreto de familia confiesa que “a veces, cuando estamos por estrenar algo, le decimos a (Jorge) Dubatti -crítico, académico, investigador de artes escénicas-, medio en broma, medio en serio, ‘vení a verla así nos decís de qué estamos hablando’. Por supuesto sí vemos que la sala está llena, que la gente viene, que se emociona, que algo sucede. Pero no nos quedamos en el analizar. Y te confieso en nombre de las dos que tampoco nos sentimos referentes.

«Lo que el rio hace», escrita, actuada y dirigida por la dos, estuvo en el San Martín. Ahora va de jueves a sábado en el Astros.

-Pero, para ustedes, ya es más lugar de pertenencia el teatro que la TV, ¿no?

María: Sí, pero igual cada tanto viene alguien y te dice ‘Yo te veía cuando era chiquita’. Es cierto que estamos paradas en un presente mas enfocado en nuestras obras. Invertimos mucho trabajo en esto. Disfrutamos mucho de lo que hacemos, del ritual del teatro, somos cuidadosas, detallistas, atentas a lo que pasa arriba y abajo del escenario, el teatro forma parte de nuestro cotidiano. No es solo ir a actuar.

La famila, la infancia, los lazos, la identidad

-Y ademas lo hacen en familia.

María: Claro, y son historias que tienen nuestra historia, son relatos con identidad, hablan de nuestro pasado, de nuestra mirada, de nuestros recuerdos. Son obras con mucha cosa personal y eso les aporta una particularidad.

Paula: Nosotras dos somos madres, y estamos acostumbradas a poner el cuerpo en la diaria. La maternidad implica acción también. Yo tengo tres nenas, y María dos. Las mías tienen 7, 11 y 15 y las suyas 11 y 16. Y te levantás, armás la lonchera, le sacás el piojo a una, de repente un día decís ‘Ay, cumple 15’ y reflexionás sobre el paso del tiempo, pero llegaste ahí resolviendo el día a día. Y en el teatro es un poco eso: se va haciendo función a función.

En las tres obras que tienen en cartel cumplen varios roles y se llevan muy trabajando (también trabajando). Foto Fernando de la OrdenEn las tres obras que tienen en cartel cumplen varios roles y se llevan muy trabajando (también trabajando). Foto Fernando de la Orden

María: Nosotras trabajamos sin parar, acompañamos la obra… no es estrenar y ya está. Es como una manera de vida, es como maternar las obras, te diría.

Entregadas a la charla, sin apuro y sin pisarse, hacen memoria, sacan cuentas y, más allá de algunas presentaciones aisladas, nunca antes habían tenido tres obras al mismo tiempo.

Pocas veces contestan en el mismo instante, pero a la pregunta de si están cansadas con ir de una obra a otra, de un personaje a otro, de un rol a otro (o escriben, o dirigen o actúan o dos o tres verbos a la vez) las dos tiran el “no” a la vez. Un no creíble y contundente.

-¿Qué hay de cierto en el mito de que lo que le pasa a una le pasa a la gemela?

Paula: En nuestro caso puede haber algo de cierto, pero claramente cada una tiene su vida, somos muy unidas, sí, pero no es una cuestión telepática. A mí me pasan cosas que a María no y al revés. Pero el otro día, curiosamente, nos pasó que las dos sentimos dolor en la espalda al mismo tiempo y en el mismo lugar. Pero en general no vivimos todo a la par”.

Cuando dejaron su Rosario natal, después de haberse probado como modelos y en algunos otros oficios, decidieron formarse en la actuación y en la dramaturgia. María recuerda que “fuimos a un colegio industrial técnico, con muy pocas materias humanísticas. Cuando terminamos sufrimos como una crisis”.

Y desde ese entonces, para ellas, la escritura volvió a cumplir un rol catártico, necesario y placentero, como cuando eran chicas y creaban relatos cortos. Después el juego se hizo cosa seria. También, de pequeñas, decían que de grandes querían ser «cantantes famosas» y jugaban con las coreografías de Los Parchís.

Se formaron en teatro con Raúl Serrano, fueron alumnas de Mauricio Kartun en dramaturgia, Paula estudió con Javier Daulte, y María, con Rubén Szuchmacher.

Madre de Luisa, Adela y Cora, Paula está casada con Diego, y María es la mamá de Eva y Rosa y la esposa del realizador de cine y TV Damián Szifron. Nacieron el 2 de abril de 1974, aunque en Wikipedia las hayan hecho nacer en el ‘73. No les preocupa que alguien crea que tienen 52 en vez de 51. No son del tipo de artistas que tengan la energía puesta ahí. La energía -juego de palabras mediante- la tienen en la puesta. En las puestas. Y a ese plural no se llega de casualidad.

Redacción

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