El Salón Náutico Internacional de Barcelona vuelve a la ciudad tras un año de parón por coincidir en fechas y espacios con la Copa América de 2024. La feria náutica referente del país regresa cargada de novedades y cambios muy significativos: una nueva distribución de los expositores que, por primera vez, abarca desde el Port Vell hasta el emblemático Moll de Barcelona; un recorrido que puede hacerse a pie o en barco lanzadera; varios de los nominados al mejor yate y la mejor lancha fuera borda del año a nivel europeo; y las últimas innovaciones en el sector.
Son más de 200 expositores, repartidos en 13.000 m² de exhibición al aire libre, y más de 500 embarcaciones a lo largo de los 2,2 kilómetros de recorrido circular que ocupa el Salón Náutico. Un salón muy global, que abarca desde el lujo más exclusivo, que solo unos pocos selectos se pueden permitir, hasta las pequeñas embarcaciones deportivas, que incluso las instituciones públicas de salvamento marítimo y rescates emplean por su innovación tecnológica y sostenible. Todos ellos tienen un espacio en la que ya es la sexagésima segunda edición del Salón Náutico Internacional de Barcelona, unidos por una misma pasión por el mar y navegar, y con el objetivo claro de poner a la Ciudad Condal en el mapa de la náutica a nivel mundial.
Lujo a gran escala
El Salón Náutico de Barcelona sigue apostando por ofrecer tecnología puntera y lujo, esta edición con un despliegue de embarcaciones de alto estánding todavía más espectacular. La zona premium del evento, The Village, está ubicada en el Moll de Barcelona, en frente del World Trade Center. Aquí se apela a los deseos de los visitantes más selectos, que pueden ver los imponentes yates amarrados al Moll desde la zona de restauración gourmet del Salón, a la que solamente puede accederse con una entrada superior.
El área de grandes yates, The Grand Yacht Village, alberga precisamente a una de las embarcaciones estrella de esta edición: el Horizon FD100, que con sus 31 metros de eslora se convierte en el barco más grande jamás expuesto en la historia del Salón. Este exclusivo yate de tres cubiertas es el doceavo de su especie y se presenta en primicia europea en la Ciudad Condal, aunque se trata solamente de un modelo para exposición, ya que algo por lo que Horizon Yachts se caracteriza es por su customización total de sus yates, por lo que cada uno de ellos es único.
Un proyecto de esta envergadura, cuenta Tom Borgaard, de Horizon Yatchs, puede tardar hasta 18 meses en finalizarse. Es por ello que su producción ronda la veintena de embarcaciones anuales y no tienen intención de aumentarla. Todos los muebles, electrodomésticos y elementos decorativos están cuidados y personalizados hasta el más mínimo detalle, se diseñan a gusto y medida del cliente.
Menos también es más
Aunque los grandes yates de lujo son uno de los puntos fuertes del Salón Náutico, la oferta es mucho más amplia. Si nos dirigimos al Power Yachts Boulevard, que ocupa de punta a punta del Moll de la Fusta, descubrimos una infinidad de embarcaciones de todo tipo que presentan sus últimas innovaciones en tecnología, diseño y navegación sostenible. Pasamos del barco más grande que se expone, que mide 31 metros de largo, al más pequeño, que apenas llega a los seis. El Maxima 640 tiene capacidad para diez personas y aunque no tiene nada que ver, en cuanto a tamaño, con los grandes yates que ocupan el Moll de Barcelona, demuestra el compromiso del Salón con acercar la náutica a un público más amplio. En esta embarcación de motor fuera borda caben hasta diez personas y, aunque ostenta el récord en el tamaño de eslora más pequeño de esta edición del Salón, todo el espacio se aprovecha al máximo, con múltiples armarios ocultos por toda la nave.
Rumbo a un futuro más sostenible
La sostenibilidad es otra de las cuestiones que gana voz en el Salón. Luis Conde, director del evento, recuerda: “La realidad es que hoy, los barcos consumen mucho menos que hace diez años”. Y añade un recordatorio, y es que los hay, como los veleros, que tienen “un consumo cero”. Como el primer catamarán cien por cien eléctrico que se presenta en Barcelona, el Earthling E-40, que funciona solamente con la propulsión de las corrientes marinas y dos potentes generadores eléctricos. O las lanchas de Whaly, que ya utilizan instituciones como la Unidad Militar de Emergencias (UME) para sus rescates y están fabricadas íntegramente en polietileno, un material cien por cien reciclable.
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El sector de la náutica está en constante evolución y mejora para acercarse a un público cada vez más amplio, señalan desde la organización del Salón Náutico. Tanto si es para ofrecer las tecnologías más avanzadas en materia de motores, como para conseguir embarcaciones con diseños más ergonómicos y ligeros, el Salón Náutico Internacional de Barcelona se consolida como el referente del sector en el Mediterráneo y sigue empujando para serlo a nivel europeo.