Milei le declaró su amor a Córdoba el viernes por ser la tierra natal de Conan y por darle el 74% de los votos en la segunda vuelta de 2023, lo que le permitió llegar al sillón de Rivadavia. Pero ese apoyo masivo hoy está visiblemente desgastado. Con una lista sin nombres fuertes, La Libertad Avanza apuesta a vincularla con su figura y a raspar a Juan Schiaretti, a riesgo de darle al exgobernador la visibilidad nacional que siempre le fue esquiva pero que tanto anhela. En el cordobesismo llaryorista algunos no ocultan que sonrieron. Cerca del gobernador, prefieren la cautela y dicen que “es una elección provincial”.
La comparación de las imágenes del acto libertario del viernes en las escalinatas del Parque Sarmiento con aquel de 2022 en el mismo lugar cuando llegó como diputado y figura de redes son lapidarias: la reducción de convocatoria es ostensible. Ni hablar si se compara con el cierre de campaña antes del ballotage presidencial, donde hubo un público al menos diez veces mayor. “Vivir es cambiar, en cualquier foto vieja lo verás”, reza el tango “Chau, no va más”.
Es cierto que los contextos son distintos pero distintos encuestadores advierten que la figura de Milei está decaída y ya no es aquel rockstar magnético para la mayoría del electorado mediterráneo. Según dicen, la lista que encabeza Schiaretti aventaja por “una diferencia sustancial de al menos diez puntos” a la lista libertaria, que lleva en el primer casillero a un desconocido Gonzalo Roca, hombre del riñón de Gabriel Bornoroni. “Si es conocido van a decir que es parte de la casta”, fue la narrativa que eligió Milei al presentar al candidato, al que ubicaron a su lado en las tres entrevistas que brindó el presidente a medios locales.
Sin embargo, las chances de Roca y compañía dependen casi por completo de la potencia que tenga la marca de la figura presidencial y de La Libertad Avanza como partido. Gustavo Córdoba, de la consultora Zuban-Córdoba, señaló a Página/12 que es precisamente eso es lo que “está dañándose en toda la Argentina” por el combo de la economía en terapia intensiva, los audios de Spagnuolo -Milei dijo en Córdoba que eran hechos con inteligencia artificial-, la derrota bonaerense y la contradicción del discurso que promete una autocrítica al mismo tiempo que anuncia que se va a mantener el rumbo económico y carga todos los errores en cuentas ajenas, nunca en la propia. “La marca queda desdibujada y por ende las proyecciones de los candidatos queda reducida a la nada”, disparó Córdoba.
El encuestador detalló que hubo un cambio de fórmula química en el voto violeta, ya que “el votante de Milei pasó a ser más bien el del PRO” y que “el votante núcleo duro de Milei en 2023 está desencantado o elige partidos provinciales”. Finalmente, resumió que aun cuando la visita de Milei haya generado un leve impacto positivo, “la perspectiva de que los libertarios ganen es totalmente irrazonable”.
El presidente decidió poner a Schiaretti como blanco principal de sus críticas por dichos del exgobernador en Río Cuarto hace una semana, cuando dijo que la Nación tiene equilibrio fiscal “a los hachazos”. Lo llamó “demagogo” y “mentiroso” por sus propuestas. En una de sus habituales exageraciones, dijo que implicarían un aumento del gasto público equivalente a un 7% del PBI. Se preguntó si pensaba financiarlo con deuda, cargando el peso sobre las generaciones futuras; con emisión, generando lo que el presidente llama “impuesto inflacionario”; o cobrando más impuestos a las empresas, haciendo que cierren y se afecte el empleo. Campaña del miedo económico contra una de las figuras provinciales de mayor peso y que fue amigable desde el comienzo de la gestión libertaria, a la que incluso aportó varios funcionarios.
Milei argumentó que para hacer lo que propone Schiaretti habría que llevar el IVA del 21% al 42%: “¡Nos quieren cagar de hambre!”, bramó ante las apenas tres mil personas que se congregaron en el Parque Sarmiento. El exgobernador contestó con dos tuits en los que explicaba su propuesta y dijo que “el presidente miente descaradamente”. En su entorno alegan que por ahora todo quedará ahí y que Schiaretti “no es un bravucón”.
Para Gustavo Córdoba, “las expectativas del gobierno nacional en Córdoba son inversamente proporcionales a los riesgos que han tomado” y sostuvo que el desafío a una figura potente como Schiaretti llega “en un contexto en el que el gobierno nacional no debería desafiar a ningún gobernador”. Los libertarios y el schiarettismo podrían disputarse una parte del electorado que se define por su rechazo al kirchnerismo. “El antikirchnerista original de Córdoba se llama Juan Schiaretti”, sentenció el encuestador.
En La Libertad Avanza todavía se niegan a hacer ese análisis. “Córdoba siempre vota distinto cuando son elecciones nacionales, provinciales o municipales. No me creo eso de que Schiaretti solo por ser conocido arrasa con todo. Milei le respondió a Schiaretti. Que lo oriente a Llaryora, porque el gobernador no hace lo que él propone”, le dijo a este diario Laura Rodríguez Machado, que ocupa el cuarto lugar de la lista mileísta.
Otras fuentes libertarias que eligen mayor anonimato admiten que al interior del oficialismo nacional no son ajenos a la fortaleza del cordobesismo y que la expectativa de máxima ya descendió a “no comerse la misma paliza que en Buenos Aires”. Esas mismas voces admiten incomodidades, hablan de una no-campaña y lo atribuyen a que “centralizaron todo en cuatro personas, así es imposible”. La referencia es al sector de Gabriel Bornoroni, en quien Karina delegó la campaña y acaparó los primeros tres lugares de la lista.
Luis Juez: ¿Heridas cicatrizadas?
El Frente Cívico, el partido de Juez, anunció que hará un acto hoy con los candidatos de La Libertad Avanza. El senador puede darle una estructura importante para la fiscalización y aseguran que ese compromiso se mantiene a pesar de los enojos de las últimas semanas.
El viernes, Milei y Juez se reencontraron en la Bolsa de Comercio de Córdoba. Fue la primera vez que se veían después del episodio generado tras las declaraciones del agitador digital Daniel Parisini, conocido como el Gordo Dan, sobre la hija del senador y su condición de persona con discapacidad. En las notas concedidas en sucesión y en un rincón gris y chato de la Bolsa de Comercio, Milei dijo: “¿Cuál fue mi agresión? ¿Por qué tengo que pedir perdón por lo que yo no hice? Yo no dije nada”. El presidente dijo tener 12 millones de seguidores en sus redes y arremetió: “¿Vos creés que me puedo hacer cargo de lo que dicen cada uno de mis seguidores?”. Sus palabras valían una aclaración y una repregunta. La aclaración: que es el único de los 12 millones de seguidores al que le dio una entrevista de seis horas. La repregunta: si no debe hacerse cargo ni excusarse por lo que dicen simples seguidores, ¿por qué Karina Milei llamó a Luis Juez para pedirle disculpas tal como contó públicamente el senador?
La duda es si las heridas ya cicatrizaron lo suficiente como para que ese esfuerzo fiscalizador sea potente.
Bronca por las listas libertarias “blue”
En La Libertad Avanza siguen mascullando bronca por el surgimiento de varias listas que podrían “comerle” pequeñas porciones del electorado, como las de Agustín Spaccesi del Partido Libertario o la de Stéfano López Chiodi, joven influencer liberal villamariense. “Quien les dio el sello a los competidores fue el PJ, con estrategias de mimetización para confundir”, disparó Rodríguez Machado. Es cierto que el menú para el voto de derecha es más que variopinto en Córdoba. En todas las entrevistas que dio Milei, el candidato Gonzalo Roca debió mostrar la boleta a cámara para explicar en qué lugar estará la lista oficial del presidente.