El Trastorno del Desarrollo del Lenguaje (TDL) afecta al 7,4% de los niños, según expertos. La condición, que suele pasar desapercibida, puede generar dificultades de aprendizaje, atención y socialización. Verónica Maggio, especialista de la Universidad Austral, destaca la importancia de la detección temprana y estrategias de acompañamiento en el hogar y la escuela.
El Trastorno del Desarrollo del Lenguaje (TDL) es más común de lo que se cree, pero a menudo no se detecta a tiempo. Según la investigadora británica C. Norbury (University College London, 2018), alcanza al 7,4% de la población infantil, lo que implica que en un aula de 30 chicos al menos dos pueden estar atravesando dificultades para adquirir el lenguaje.
Manifestaciones del TDL
“El TDL se suele manifestar como la aparición tardía del lenguaje, generalmente después de los tres años, cuando lo esperado es que entre los 18 y 24 meses los niños comiencen a producir sus primeras palabras”, explica Verónica Maggio, directora de la Diplomatura en Trastornos del Lenguaje Infantil de la Universidad Austral.
El trastorno no se limita a hablar tarde. Algunos niños presentan problemas de comprensión y expresión, mientras que otros entienden bastante bien pero tienen dificultades para expresarse. En el desarrollo típico, el lenguaje se internaliza y se convierte en herramienta de pensamiento entre los 0 y 6 años, y cualquier alteración en este proceso puede ser señal de TDL.
Señales de alerta según la edad
De acuerdo con la investigadora D. Bishop (Universidad de Oxford, 2017), algunos síntomas en niños de 3 años incluyen:
- Dificultad para comprender órdenes simples.
- Uso limitado de palabras.
- Imposibilidad de combinar términos en frases cortas.
- Alteraciones en la pronunciación.
- Problemas para sostener conversaciones simples.
En niños de 4 y 5 años, pueden sumarse:
- Frases sin artículos ni conectores (agramaticales).
- Olvido de palabras aunque reconocen su significado.
- Dificultades para relatar eventos cotidianos.
Impacto en aprendizaje y socialización
El TDL puede afectar el aprendizaje y la socialización. Estudios muestran que los niños con TDL tienen cinco veces más riesgo de trastornos atencionales (Andreu Barrachina, 2022) y entre un 50% y 70% desarrolla dificultades en lectoescritura y matemáticas. En el plano social, muchos tienden al aislamiento o se convierten en blanco de burlas debido a sus dificultades de comunicación.
Detección temprana y acompañamiento
“El TDL es un trastorno invisible que a veces se confunde con timidez o problemas de conducta, pero no lo es. Requiere detección temprana y estrategias de acompañamiento”, subraya Maggio. La especialista enfatiza que visibilizar el TDL permite que padres y docentes ayuden a los niños a desarrollar su potencial tanto en el aula como en el hogar.