José Palazzo sonríe al hablar de Los Mentidores. Se nota que el proyecto lo corre del vértigo cotidiano de la producción masiva y lo instala en otro terreno: el del disfrute, la amistad y la música sin presiones. En la previa al show del jueves 25 en Studio Theater (Rosario de Sta. Fe 272), el productor de Cosquín Rock y bajista del grupo adelanta que será una noche especial: “Hemos preparado un show que incluye todas las canciones del disco Blend, también de Tipos Serios y del primero, Los Mentidores, más algunos clásicos que nunca pueden faltar”, cuenta. La fecha, asegura, viene con el plus de invitados sorpresa: “Algunos de los que participaron del disco van a estar tocando ese día. No quiero decir quiénes, pero hay varios confirmados”.
La banda, integrada por Franco Ronchetti (guitarra y voz), Claudio Grimau (batería), Fer Ormeño (armónica y voz), Diego Mari (guitarra), Iván Singh (guitarra y voz) y el propio Palazzo en bajo, nació en El Mentidero de Güemes. Allí, los martes se transformaban en sesiones improvisadas de blues hasta que el grupo cobró forma. “Durante cuatro martes seguidos nos juntamos ahí. Entonces decidí hacerlo más crónico y me acompañaron los chicos. Cuando tocamos en vivo tres veces seguidas, le pusimos el nombre Los Mentidores porque veníamos de El Mentidero”, recuerda.

Clásicos y terapia en forma de blues
A la hora de elegir canciones infaltables, Palazzo no duda: “Los Mentidores tienen tres clásicos: Te fuiste, Tengo todo y Quién se ha tomado todo el vino. Esa última, claro, es de la Mona Jiménez y de Jorge ‘El Gordo’ Cueto, pero ya se volvió parte de nuestra identidad”.
Más allá de los temas, el bajista subraya la importancia del espíritu que los une: “Esta es una banda de amigos y tiene mucho de terapia. Es un proyecto que hacemos en nuestros ratos libres y que, sinceramente, suena mucho mejor de lo que imaginábamos. Nos encanta, aunque podríamos tocar mucho más de lo que tocamos, porque nos llaman de todos lados. El desafío es justamente ese: encontrar tiempo. Pero cada show lo disfrutamos al máximo”.
En ese sentido, Palazzo contrasta su rol de productor de espectáculos multitudinarios con el espacio íntimo que le da el blues. “El blues es una música de nicho. Para mí, como productor de festivales masivos, me resulta tranquilizador tocar un género que no tiene masividad. Lo hago sin presiones, de manera relajada. Siempre le digo a mis amigos que cuando toco con Los Mentidores, esa hora y media en el escenario me frena la cabeza más que el yoga”, confiesa.
Invitados y colaboraciones que amplían el universo
Los Mentidores siempre se caracterizaron por abrir sus discos a invitados de distintas escenas. Palazzo lo cuenta casi como un sello de identidad: “En el segundo disco estuvieron Ulises Bueno y Facundo Soto de Guasones. En el tercero participaron Eugenia Quevedo, Ricardo Tapia de La Mississippi (quien, además, ofició de productor) Joaquín Levinton de Turf, Juanse de los Ratones Paranoicos y hasta el Mystic Soul Choir, un coro cordobés de gospel impresionante”.
La participación de Eugenia Quevedo tuvo una chispa particular: “La canción tenía un aire country tipo Dolly Parton. Entonces les dije: ‘Che, ¿por qué no llamamos a la Euge?’ Y todos nos la imaginamos cantando eso. Más allá del gran momento que vive ella, fue muy bueno tenerla. Le dio una frescura increíble”.
La Casita del Blues, un refugio en Cosquín Rock
Hablar con Palazzo sin mencionar el Cosquín Rock es imposible. Pero dentro del festival, él mismo reconoce un espacio que siente como propio: La Casita del Blues. La idea surgió tras un viaje a Chicago, en Estados Unidos, en el que quedó impactado con un homenaje a Alan Lomax, mítico historiador de la música popular estadounidense. “En el Festival de Blues de Chicago había un porche que recreaba el Delta del Mississippi, donde tocaban bandas de country y folk. Me volví loco y cuando regresé, propuse hacer algo parecido. Le pusimos la Casita de Blues y empezamos con ese espíritu más rural, adaptado a la Argentina”, cuenta.
Ese rincón del Cosquín cumple en 2026 su décima edición. Para Palazzo, se volvió un lugar fundamental dentro del mapa del festival: “Hoy la gente lo tiene identificado y es parte del motor de divulgación de una música que está en franca extinción. Para mí es muy importante que siga creciendo y atrayendo público”.

Cosquín Rock 2026: diversidad y orgullo
El productor se entusiasma al hablar de la próxima edición del festival, que ya tiene su grilla definida. “Estoy totalmente fascinado. Empezamos a programar en febrero del año pasado y logramos tener a Franz Ferdinand, los Hermanos Gutiérrez, Marky Ramone, The Chemical Brothers… Fue un trabajo enorme y estoy muy orgulloso de cómo quedó la propuesta”, destaca.
Entre los nombres que más lo alegran está el de Abel Pintos, un artista que llevaba una década buscando sumar. “Hace como diez años que quería que toque. Abel me contó una vez que se había comprado una Gibson, que estaba escuchando ZZ Top… Charlamos mucho. Varios años seguidos lo intenté sin éxito. Este año se nos dio y estoy muy contento. Creo que es un artista muy completo, aunque no tenga que ver con la línea tradicional del festival. Para mí es un galardón que Abel acompañe al Cosquín”, subraya.
Entre el productor y el músico
La dualidad entre el Palazzo productor y el Palazzo bajista parece complementaria. Por un lado, el vértigo de programar uno de los festivales más grandes de Latinoamérica; por el otro, la calma del blues. “Con Los Mentidores encuentro una libertad que no tengo en mi trabajo habitual. Ahí soy uno más, disfruto de tocar con amigos y me despejo completamente. Es un cable a tierra”, resume.
Ese cable se encenderá este jueves en Studio Theater, cuando Los Mentidores repasen su historia discográfica y confirmen que, más allá de ser una banda de nicho, encontraron un lugar vital en la escena cordobesa. “No buscamos masividad, buscamos disfrute. Y eso, en estos tiempos, vale muchísimo”, concluye Palazzo.