
Barcelona
Janet Sanz ha llegado a las 11.32 horas al cruce entre Consell de Cent y Comte Borrell, una de las nuevas plazas nacidas de la mano del proyecto de ejes verdes que Barcelona en Comú impulsó en el mandato anterior y que no ha tenido continuidad con el gobierno de Jaume Collboni. Con una puntualidad inusual en ella -bromeaba al respecto al finalizar el acto- la concejala, rodeada por todo su grupo municipal, ha anunciado su adiós de la política. “Ahora es el momento de cuidarme y de cerrar heridas para empezar, despacio, un nuevo camino”, ha compartido, conteniendo la emoción. Dejará el acta antes de que termine el año, con lo que se descarta como posible candidata del partido de cara a las elecciones de mayo del 2027.
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El adiós de Sanz abre todo tipo de lecturas. La más optimista habla de la oportunidad de tejer nuevos liderazgos y rostros, de la vertebración de una renovada generación de ediles que deberán mantener viva la llama prendida en 2015, cuando ganaron de manera inesperada la alcaldía de la mano de Ada Colau. La visión más agorera se acordará de que BComú ya ha perdido a los tres primeros concejales de la lista presentada en mayo del 2023. Primero se marchó Jordi Martí (ahora secretario de Estado de Cultura), luego dejó el Ayuntamiento la exalcaldesa (octubre del 2024) y ahora es el turno de la exteniente de alcalde de Urbanismo. Por orden numérico, el número 1 pasará a ser Guille López, el que fuera portavoz de la asociación vecinal Eixample Respira, fichado por los Comuns para muscular su cartel electoral. La silla vacía de Sanz debería ocuparla Lucía Morale, abogada penalista nacida en Argentina en 1986 que ya ocupó cargos de confianza durante el último mandato de Colau. En cualquier caso, fuentes del partido avanzan que habrá una reestructuración del grupo una vez se haya producido la marcha de la exteniente de alcalde.

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Nada ha avanzado Sanz sobre quién tomará las riendas del grupo municipal, pero qué duda cabe de que será un papel complicado, de tránsito, hasta que BComú elija, en la primarias que se celebrarán entre finales de 2025 y principio de 2026, al candidato para el 2027. La concejala saliente ha tenido palabras de agradecimiento para todos ellos y les ha recetado “honestidad y valentía”. También ha sacado pecho de la obra hecha, sobre todo, ha destacado, el proyecto de supermanzanas, “el símbolo de la transformación de la Barcelona del siglo XXI”. “Me siento profundamente orgullosa de haber podido liderar este proyecto”.
El legado
La concejala saca pecho por el plan de ejes verdes, la eléctrica pública o las reformas de Via Laietana, Meridiana o la Rambla
Sanz también se ha acordado del proyecto del tranvía por la Diagonal, de la transformación de la Meridiana, Rambla o Via Laietana; del parque de Glòries, de la empresa eléctrica pública, de la protección de los entornos escolares y de la reserva del 30% de vivienda pública en nuevas construcciones o grandes rehabilitaciones. También ha citado el plan urbanístico que puso fin al crecimiento de alojamientos turísticos; un modelo de ciudad, ha resumido, que ha “reequilibrado la balanza con una ciudad más justa”. Sobre su decisión de dejar el Ayuntamiento, la todavía concejala ha explicado que hacía mucho tiempo que lo tenía claro, pero el precipitado adiós de Colau le obligó a postergar su marcha.

Janet Sanz, junto a Ricard Gomà, durante la noche electoral de las elecciones de mayo del 2011
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Sanz se ha acordado “de las campañas de desinformación de los lobis, de las fake news y las estrategias de lawfare que han creado heridas”. “Nadie se atreverá a desmontar la supermanzana -ha aseverado, en referencia a las denuncias contra el proyecto de Consell de Cent- porque ya pertenece a la ciudadanía. Es la mejor victoria con la que me puedo despedir políticamente”. Sobre el futuro, ha asegurado que no tienen ninguna oferta sobre la mesa ni nada concreto. Solo piensa en “bajar revoluciones” y en poder empezar a pensar qué quiere hacer con su vida.
Janet Sanz entró en el Ayuntamiento en el 2011 con 26 años de la mano de Ricard Gomà, que ese año lideraba la apuesta electoral de ICV-EUiA. Entonces era la coordinador de Joves d’Esquerra Verda y ocupó el número cuatro de la lista. En 2015 dio el salto a BComú. De ahí que hoy se haya querido acordar de las personas que en estos 14 años la han aupado: “Políticamente tengo un padre que se llama Ricard Gomà, y una madre que se llama Ada Colau”.