El Salvador enfrenta una crisis de agua potable tras el colapso de una tubería de 48 pulgadas del Sistema Zona Norte, que abastece cerca del 30% del Área Metropolitana de San Salvador (AMSS). El daño fue confirmado el 16 de septiembre, dejando sin agua a miles.
La falla ha afectado a comunidades de San Salvador, Santa Tecla y La Libertad, lo que ha generado cortes prolongados y un servicio irregular que las autoridades no han logrado restablecer completamente. Por eso, el gobierno de Nayib Bukele activó un plan de contingencia para mitigar el impacto.
Una flota de más de 100 pipas de agua nacionales ha estado distribuyendo agua en zonas críticas, hospitales y escuelas, pero la demanda superó la capacidad local. Fue necesario contratar y traer pipas desde Guatemala para reforzar el abastecimiento.
Los más de 40 camiones cisterna guatemaltecos, provenientes de Ciudad de Guatemala, Mixco y Asunción Mita, ingresaron por la aduana San Cristóbal y se movilizan en San Salvador, Soyapango, Mejicanos, Ilopango y Santa Tecla.
La reparación de la tubería ya finalizó, con la instalación de una estructura metálica que sostendrá la nueva tubería, pero el restablecimiento total puede tardar hasta 40 horas más después de las pruebas finales de presión.
Mientras tanto, los salvadoreños recurren a empresas privadas para contratar pipas, compartiendo costos o pagando individualmente, ya que el suministro público sigue siendo insuficiente ante la alta demanda.
Esta crisis muestra la urgencia de mejorar infraestructura y respuestas rápidas ante emergencias; las pipas de Guatemala fueron un alivio temporal en una situación que preocupó a muchas familias.