Buenos Aires se vistió de fiesta el domingo 21 de septiembre cuando más de 15.000 atletas desafiaron la persistente llovizna que marcó el inicio de la primavera. Desde las primeras horas del día, corredores de todo el mundo se concentraron en el punto de partida ubicado entre Figueroa Alcorta y Dorrego para protagonizar la edición 41 de la Maratón de Buenos Aires. El clima húmedo y los primeros aromas primaverales crearon una atmósfera única que, lejos de intimidar a los participantes, alimentó sus ganas de conquistar los 42.195 metros del recorrido homologado por World Athletics.
Con una organización por tandas que arrancó a las 7 de la mañana, primero tomaron la pista los atletas con discapacidad, luego la élite internacional y finalmente los grupos recreativos según sus expectativas de tiempo. Buenos Aires desplegó sus mejores postales durante el recorrido: el verde de Palermo y su famoso rosedal, la imponencia de Ciudad Universitaria, los barrios históricos de Recoleta y Retiro, y el corazón porteño con sus monumentos emblemáticos. La tradicional vuelta por La Boca, incluyendo el paso frente a la Bombonera, antecedió al tramo por Puerto Madero y la Reserva Ecológica, antes del regreso triunfal al lugar de largada entre música, banderas y celebraciones.
Habtamu Birlew Denekew escribió su nombre en la historia de la prueba masculina al quebrar la resistencia del pelotón líder en los últimos siete kilómetros y cruzar la meta con un registro de 2:09:24. Detrás suyo, los kenianos Esphond Cheruiyot y Dickson Kiptoo sellaron un podio africano, mientras que la representación local tuvo su momento de gloria con Joaquín Emanuel Arbe ubicándose sexto en la clasificación absoluta (2:19:21). La lucha sudamericana se definió por segundos, con David Rodríguez y Ezequiel Chavarría completando un trio argentino que emocionó a las tribunas callejeras y generó furor en las plataformas digitales.
El poderío africano se manifestó con mayor contundencia en la competencia femenina, donde Etiopía monopolizó el podio de la mano de Elfinesh Demise Amare (2:28:12), Maritu Ketema Gutema y Alemitu Tariku Olana. Aunque los récords del circuito resistieron otro año más, el nivel internacional quedó demostrado una vez más. En el plano regional, Luján Urrutia portó con orgullo los colores argentinos al finalizar como mejor sudamericana en 2:42:50, seguida de cerca por Anahí Castaño y Agustina Chretien en una actuación que destacó el crecimiento del atletismo femenino nacional.
Una nueva marca de inscripción, con 4.500 corredores internacionales entre los participantes, confirmó el magnetismo global del evento porteño. La infraestructura montada incluyó desde estaciones de hidratación distribuidas inteligentemente hasta un operativo sanitario que mantuvo cinco hospitales en máxima alerta, complementado con transmisión en vivo y seguimiento satelital. Detalles como la exhibición tanguera junto al Cabildo le sumaron sabor local a una celebración que consolida año tras año el liderazgo de Buenos Aires como capital sudamericana del running.