El último sábado por la noche, en plena tormenta de lluvia copiosa y fuertes ráfagas de viento, una escena de ficción tuvo lugar en algunas localidades de La Matanza: un avión sobrevoló Isidro Casanova, Rafael Castillo y Gregorio de Laferrere y causó temor entre los vecinos, quienes subieron videos a las redes sociales.
Fue una noche de sorpresa y tensión la que se vivió cuando el avión de Ethiopian Airlines que cubría la ruta San Pablo‑Buenos Aires fue visto y escuchado muy cerca del suelo en varios puntos de La Matanza. Por esta razón, los frentistas de Laferrere, Rafael Castillo e Isidro Casanova salieron a la calle alarmados mientras la aeronave, un Boeing 777‑260 (LR), sobrevolaba a baja altura, generando sustos y múltiples registros audiovisuales.

La tormenta, el avión y qué fue lo que pasó
El vuelo ET506 de Ethiopian Airlines partió del aeropuerto de Guarulhos, San Pablo, con destino a Ezeiza. En la aproximación final al aeropuerto, y en pleno diluvio en Buenos Aires, los pilotos reportaron un “mínimo de combustible”, declarando emergencia.
Para asegurar la llegada, el avión modificó su trayecto, tomó una ruta menos directa y descendió considerablemente en determinado tramo.
En La Matanza, se registró el punto más crítico: unos 213‑215 metros de altura sobre los techos de las casas, un vuelo demasiado cercano para lo habitual en vuelos comerciales.
Durante el episodio, en Ezeiza se aplicaron protocolos de emergencia: el aeropuerto cerró temporalmente operaciones entre aproximadamente las 20:55 y 21:15 para priorizar el aterrizaje seguro del aparato.
La reacción de los vecinos
Los matanceros manifestaron sentirse alarmados por el estruendo y la cercanía del avión durante la tormenta. Algunas personas pensaron que ocurriría un accidente. “Pasó por Casanova, pensé que se caía”, alertó, sorprendida, una vecina.
Varios videos circularon mostrando al avión desplazándose apenas por encima de construcciones, lo que alimentó la preocupación colectiva.
Protocolo de seguridad
La Administración Nacional de Aviación Civil (ANAC) activó sus protocolos de salvamento y control terrestre ante la emergencia. No se reportaron heridos, daños materiales ni incidentes mayores: el aterrizaje fue exitoso y los pasajeros y la tripulación resultaron ilesos. El vuelo sufrió una demora estimada de unos 30 minutos respecto a lo previsto.
Sin embargo, aunque la noche terminó sin pérdidas ni daños, el episodio dejó a muchos vecinos de La Matanza con una mezcla de miedo y preguntas: ¿qué tan seguro es vivir en zonas bajo rutas aéreas internacionales?, ¿cuáles son los márgenes de error o riesgo cuando un avión comercial declara emergencia?
Sucesos como este subrayan la importancia de contar con sistemas de vigilancia aérea efectivos, comunicación clara de parte de las autoridades, y protocolos que garanticen que estos eventos, aunque extraordinarios, se manejen con la máxima transparencia.