Parecía, a priori, un juego de estrategias. El lunes, antes de la celebración de la ceremonia de entrega del Balón de Oro en París, el presidente del FC Barcelona, Joan Laporta, hablaba abiertamente de un Camp Nou acabado y con el Certificado Final de Obra (CFO) ya entregado. Y, esta misma mañana, incluso se explicaba ante los medios la posibilidad de jugar ya este domingo en caso de que el Ayuntamiento diera el sí. Pero eso no se ha producido. Todo lo contrario.
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