Este fin de semana, Eugenia “La China” Suárez regresó a la Argentina tras su estadía en Turquía, donde estuvo acompañando a Mauro Icardi junto a sus hijos Rufina, Magnolia y Amancio. Y aunque evitó cualquier contacto con la prensa en el aeropuerto de Ezeiza —salió por un acceso alternativo para esquivar a los móviles que la esperaban—, fue ella misma quien luego confirmó su regreso con una publicación en Instagram.
La actriz compartió una imagen de su casa en Buenos Aires, específicamente del patio y la pileta, rodeados de verde y bajo un cielo parcialmente nublado. No hay personas en la foto, pero sí tres emojis que dicen mucho: un corazón rojo, una bandera argentina y una casa. Un gesto silencioso que transmite afecto, pertenencia y refugio.

La postal contrasta con los posteos que venía realizando desde Estambul, donde se mostraba en románticas escenas junto al jugador de fútbol o junto a sus hijos en escenas familiares y paseos turísticos. Esta vez, eligió la intimidad y el silencio como forma de expresión.
Según trascendió, La China llegó al país con sus hijos Magnolia y Amancio, fruto de su relación con Benjamín Vicuña, y los dejó personalmente en el edificio donde reside el actor chileno. Las cámaras captaron el momento, pero ella evitó hacer declaraciones. Amancio fue sostenido por Juanma Cativa, estilista y amigo de confianza de la actriz, mientras que Magnolia iba en brazos de su madre. La escena se dio en medio de un fuerte conflicto entre los ex, por la escolarización de los niños en Turquía.
Vicuña se habría enterado por redes sociales que sus hijos comenzaron el ciclo lectivo en Estambul, lo que generó su enojo. Según el periodista Guido Záffora, el actor analiza iniciar acciones legales por el uso de la imagen de los menores y por la decisión unilateral de la actriz.
La China, por su parte, defendió su postura en comunicación con el periodista Gustavo Méndez: “Hay muchos que estaban preocupados porque mis hijos no estaban escolarizados, ahora Benjamín no se tiene que molestar que sus hijos falten al colegio”.
Mientras tanto, la actriz se instaló en su casa de Buenos Aires y retomó contacto con sus afectos. Su primera parada fue el reencuentro con una de sus mejores amigas, madrina de una de sus hijas, según mostró en otra historia de Instagram.

La publicación del patio y la pileta, sin palabras pero con símbolos, parece marcar el inicio de una nueva etapa. Una China más reservada, que elige mostrar sin exponerse, y que vuelve a su hogar en medio de tensiones familiares y decisiones personales que siguen dando que hablar.