En los paisajes áridos del sur de Chubut, un equipo de paleontólogos descubrió los restos de un dinosaurio carnívoro desconocido al que llamaron Joaquinraptor casali. La especie vivió hace unos 70 millones de años, cuando los últimos dinosaurios todavía dominaban la región.
El hallazgo se realizó cerca del Lago Colhué Huapi y fue liderado por investigadores del Conicet, universidades nacionales y el Museo Carnegie de Estados Unidos. Los científicos describieron la nueva especie a partir de un esqueleto parcial que incluye cráneo, vértebras, costillas y huesos de las patas.
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“Sus características lo ubican entre los megarratóridos patagónicos más grandes conocidos hasta hoy”, explicó Lucio Manuel Ibiricu, del Instituto Patagónico de Geología y Paleontología. El fémur medía 68,5 centímetros y se estima que el animal pesaba más de una tonelada.
El nombre Joaquinraptor honra al hijo de Ibiricu y al valle donde se encontró el fósil, mientras que el epíteto casali reconoce a Gabriel Andrés Casal por su aporte a la paleontología de la región. Los estudios de la tibia revelaron que el ejemplar tenía unos 19 años al morir.
Un dato impactante fue el hallazgo de un húmero de cocodrilo entre las mandíbulas del dinosaurio. “Lo más difícil de interpretar fue la presencia de ese hueso, pero luego confirmamos que era de otro vertebrado fósil contemporáneo”, contó Ibiricu. Este detalle confirma que el animal cazaba o se alimentaba de cocodrilos.
Hasta este descubrimiento, la información sobre los megarratóridos en la Patagonia era fragmentaria. El nuevo esqueleto permitió comparar por primera vez huesos del cráneo dentro de este grupo de depredadores, lo que amplía el conocimiento sobre su anatomía y su posición en la cadena alimenticia.
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Los investigadores concluyen que Joaquinraptor vivió en un ambiente cálido y húmedo, muy distinto a la Patagonia actual. Su presencia empuja el registro fósil de estos depredadores hasta los últimos millones de años antes de la gran extinción.
Fernando Novas, paleontólogo del Conicet, destacó que el hallazgo “complementa información sobre la anatomía de los megarratóridos y confirma que sobrevivieron casi hasta el final de la Era Mesozoica”.
El equipo anticipó que nuevas excavaciones permitirán saber si todos los megarratóridos formaban una sola familia y si el cocodrilo hallado en su boca era parte habitual de su dieta. Cada nuevo fósil abre una ventana para entender cómo cazaban y cómo se adaptaban estos gigantes de la Patagonia.
Fuente: Conicet Infobae