Frenar la deforestación en los países en vías de desarrollo y dejar de consumir productos (alimentos y recursos) ligados a esa destrucción forestal sigue siendo una asignatura pendiente para los consumidores. La Comisión Europea volverá a proponer que se retrase un año más (sería la segunda vez que lo hace) la entrada en vigor del reglamento europeo de deforestación importada. El reglamento persigue vetar la entrada de productos relacionados con la destrucción de ecosistemas forestales: soja, aceite de palma, madera, cacao, café o carne de vacuno. El retraso anunciado ha sido acogido de forma desigual en el mundo empresarial, una parte del cual ya se estaba preparando para adaptarse a la nueva legalidad. Nestlé afirma, por ejemplo, que los cambios en el calendario “pondrían en peligro los esfuerzos de los socios comprometidos” en la cadena de suministro.
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