El cibercrimien y la explotación sexual infantil en Misiones no son un problema aislado ni local, sino una amenaza que atraviesa fronteras y obliga a una respuesta en todo el país y la región.
La explotación sexual infantil en internet no es un problema aislado ni local, sino una amenaza que atraviesa fronteras y obliga a una respuesta en todo el país y la región. Así lo afirmó María Pilar Ramírez Argueta, vicepresidente global del International Centre for Missing & Exploited Children (ICMEC), tras las 37.ª Jornadas Nacionales e Internacionales de Ministerios Públicos que se realizaron en Puerto Iguazú días atrás.
María Pilar Ramírez Argueta sobre el cibercrimen en Misiones
“Si no capacitamos a todos los fiscales de Argentina, nunca vamos a poder avanzar con la persecución penal necesaria ni con el intercambio de buenas prácticas con otros países”, advirtió. Para ella, el desafío principal es entender que la lucha contra el abuso y la explotación sexual infantil en línea exige “trabajo conjunto y constante” entre las provincias y a nivel internacional.
En sus declaraciones, la especialista contrastó el esfuerzo que realiza Misiones para abordar el cibercrimen desde todos los ángulos, especialmente en lo que tiene que ver con la protección de niños y adolescentes. “Nos dio mucha alegría ver la importancia con la que se toma el tema en esta provincia”, dijo.
Ramírez Argueta también puso en foco la creciente utilización de inteligencia artificial para crear material de explotación sexual infantil, un fenómeno que requiere herramientas y capacitación actualizadas. “Lo importante es que aprendamos juntos para rescatar a más víctimas”, sostuvo.
El encuentro en Iguazú reunió a fiscales, procuradores y expertos de todo el país, con un programa que incluyó análisis sobre género, derecho ambiental, inteligencia artificial y, sobre todo, cibercrimen.
La elección de Misiones como sede no fue casual: el Ministerio Público provincial está activo en la construcción de redes y estrategias para enfrentar estos delitos complejos. El la explotación sexual infantil en internet no conoce límites territoriales; y la manera de avanzar es con coordinación, capacitación y un sistema judicial que entienda los nuevos métodos de los delincuentes.
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