
La cocina latina se presentó como un lenguaje universal durante la primera edición de Latino Gastronomic, un congreso y festival celebrado en Puebla, México, que reunió a chefs internacionales, productores y entusiastas de la gastronomía de toda la región. Del 4 al 7 de septiembre de 2025, el Auditorio Metropolitano y su explanada se convirtieron en el centro de un diálogo culinario que superó fronteras, donde la cocina se vivió como un puente de hermandad y una celebración de la identidad compartida. Según reportó Latino Gastronomic, figuras reconocidas como Edgar Núñez, Antonio Bachour, Álvaro Clavijo, José Andrés, Carmen “Titita” Ramírez, Alex Ruiz, Ángel Vázquez y Tatiana Mora, junto a moderadores y anfitriones como Cecilia Núñez, Shadia Asencio y Pep Nogué, protagonizaron jornadas marcadas por la colaboración, la memoria y la innovación.
El congreso abrió espacio a reflexiones sobre el papel de la cocina como lenguaje común en América Latina. Chefs de renombre internacional compartieron sus perspectivas sobre la importancia de reinterpretar las tradiciones sin perder el arraigo. Alex Ruiz, uno de los ponentes destacados, expresó: “El reto es reinterpretar sin desarraigar: encontrar convergencias entre cocinas, sin olvidar que detrás de cada receta hay una historia y un territorio”, en declaraciones recogidas por Latino Gastronomic.
Las ponencias y mesas redondas abordaron la relevancia de los ingredientes ancestrales, la transmisión de saberes entre generaciones y la necesidad de tender puentes entre lo local y lo global. En cada intervención se reafirmó que la gastronomía es arte, comunidad, trabajo compartido y un reflejo de la sociedad latinoamericana.
Durante los cuatro días del evento, la programación incluyó conferencias magistrales, mesas de diálogo y demostraciones culinarias en vivo. La barra gastronómica y la zona de expositores se transformaron en puntos de encuentro donde productores, marcas y cocineros establecieron nuevas alianzas y compartieron sabores auténticos. Latino Gastronomic detalló que estas actividades permitieron a los asistentes experimentar la cocina como un espacio de intercambio y construcción colectiva, donde cada propuesta culinaria narraba una historia y proyectaba un futuro común.
Uno de los momentos más emotivos del congreso fue la entrega de reconocimientos a figuras emblemáticas de la gastronomía latinoamericana. El chef José Andrés recibió el Premio Embajador de la Cocina Latina, destacando su labor solidaria y su capacidad para inspirar esperanza a través de la cocina. Por su parte, Carmen “Titita” Ramírez fue galardonada con el Premio Alma Latina, en reconocimiento a su papel como guardiana de la tradición mexicana y símbolo de una herencia culinaria que trasciende generaciones. Además, se rindió homenaje a una amplia lista de chefs y colaboradores que, con su talento y dedicación, dieron vida a esta primera edición.

El festival gastronómico, celebrado los días 6 y 7 de septiembre, ofreció una experiencia sensorial única. El Pabellón Oficial del Chile en Nogada rindió tributo a uno de los platillos más representativos de Puebla, permitiendo a los asistentes redescubrir su significado como emblema de identidad y orgullo local. Restaurantes de Puebla y otras regiones, como El Mural de los Poblanos, Comal Cocina de Antojo, Valiente y Casa Morales, entre otros, participaron con degustaciones que abarcaron desde la tradición hasta la innovación. Los visitantes recorrieron los stands con entusiasmo, disfrutando de creaciones que fusionaban historia y creatividad en cada bocado.
Entre los momentos más destacados del festival figuró el Concurso Universitario de Mixología “Sabores Ancestrales: Cacao, Maíz y Mezcal”, que celebró la creatividad de los jóvenes y la riqueza de los ingredientes originarios. La Universidad del Valle de Puebla (UVP) obtuvo el primer lugar, seguida por la IEU Universidad y la ISU Universidad, cada una respaldada por reconocidas casas de mezcal. Tatiana Mora, chef participante, subrayó la importancia de estos ingredientes al afirmar: “El cacao, el maíz y el mezcal son la memoria líquida de nuestros pueblos. Los jóvenes hoy los transforman en futuro”, según recogió Latino Gastronomic. Otro momento memorable fue el ronqueo presentado por el restaurante Kampai, que mostró la maestría del corte japonés en diálogo con la cocina latina, cautivando al público con una exhibición de técnica y tradición.

La atmósfera festiva se completó con música en vivo, DJ’s y la participación entusiasta del público, que convirtió el festival en una celebración colectiva. Ángel Vázquez, uno de los chefs presentes, resumió el espíritu del encuentro al señalar: “Cada plato, cada bebida compartida, fue un recordatorio de que la cocina no solo se come: también se celebra, se baila y se canta”, en palabras recogidas por Latino Gastronomic. La presencia de restaurantes de distintas latitudes y la generosidad de quienes compartieron sus tradiciones consolidaron el evento como una gran mesa común, donde cada sabor representó una historia y una identidad.
Latino Gastronomic dejó una huella profunda en la memoria de Puebla y de la comunidad gastronómica latinoamericana. Más allá de los sabores y los reconocimientos, el evento sembró una semilla de diálogo, colaboración y esperanza, proyectando la cocina como un símbolo de resistencia y futuro compartido para toda la región.