
A través del impulsó de la eficiencia, la autonomía de las operaciones y la modificación de prioridades en las empresas del sector, la inteligencia artificial transforma la minería en América Latina. El porcentaje de adopción y la profundidad de los avances reflejan una transición que reconfigura procesos industriales, la gestión de recursos humanos y la relación con el entorno. En este escenario, los especialistas coinciden en que los retos humanos y culturales superan a los tecnológicos.
Según un reporte publicado por MIT Technology Review, el 31% de las empresas mineras de la región considera que la integración de la inteligencia artificial fortalece la eficiencia. De esta manera desplaza la tradicional prioridad de la reducción de costos. En referencia a los principales desafíos, Jaime Rebolledo, responsable estratégico en NTT DATA indicó que “el principal obstáculo no es técnico, sino humano: la resistencia al cambio y la escasez de talento. Estos factores pueden frenar la adopción y el impacto de las iniciativas, diluyendo su valor antes de alcanzar todo su potencial”.
El informe, que analiza los testimonios de 25 líderes de 14 empresas de Chile, Brasil, Perú y México, subraya que la eficiencia operativa, la resiliencia y la sostenibilidad se consolidan como los objetivos más relevantes para la transformación digital en la industria. En este sentido, Rebolledo sostuvo que el desafío ya no consiste en experimentar con tecnologías puntuales, sino en coordinar la automatización, el análisis avanzado de datos y la inteligencia artificial con un enfoque transversal.
De acuerdo con el estudio elaborado junto a NTT DATA, los procesos mineros avanzan hacia la mínima intervención humana a través de automatización, sistemas de analítica y soluciones basadas en inteligencia artificial. Estas tecnologías logran que actividades que antes requerían control y acción constante de los operarios se realicen ahora con escasa supervisión. Las áreas de perforación, acarreo y procesamiento presentan los mayores niveles de automatización. Alcanzan hasta un 32%, gracias a soluciones avanzadas de integración tecnológica.

Según Nelson Wilson, socio responsable de minería y recursos naturales en NTT DATA, la tecnología cumple la función de transformar los modelos de negocio frente a las exigencias regulatorias, sociales y de competencia. Wilson describe un sector que ya no prioriza únicamente la reducción de gastos, sino que se orienta hacia la estabilidad operativa y la capacidad de adaptación frente a crisis o cambios del entorno. Esta mirada apunta a que la autonomía tecnológica aporte no solo a la eficiencia, sino también a una gestión más resiliente de los recursos.
Los resultados del estudio evidenciaron que las empresas superaron la etapa de pilotos o pruebas de concepto, lo que permitió obtener beneficios concretos. Sin embargo, aún existe una brecha significativa entre las expectativas y los resultados. El 72% de los consultados admite que sus proyectos cumplen solo parcialmente con los beneficios que buscaban, mientras que apenas un 28% logró concretar mejoras en toda la cadena operativa. Esta diferencia exhibe la complejidad de escalar las iniciativas desde el ensayo aislado hacia una adopción integral.
Un obstáculo importante surge de la falta de integración entre los proyectos de automatización. Muchas compañías implementan soluciones por separado, en vez de construir ecosistemas tecnológicos coherentes y conectados. Esta fragmentación frena el avance hacia un mayor nivel de autonomía. Otros factores incluyen la tendencia a prolongar evaluaciones previas y la insuficiencia de recursos para escalar las soluciones, lo que se traduce en riesgos financieros y estratégicos.

Según el documento, el 27,54% de los líderes identificó la resistencia al cambio como la barrera principal frente a la innovación tecnológica. Además, el 14,49% señaló la falta de personal cualificado como otro impedimento. Ante este panorama, la recomendación de los analistas apunta a invertir en la capacitación y a fomentar una cultura organizacional que promueva la experimentación y la colaboración entre áreas, requisitos indispensables para aprovechar el pleno potencial tecnológico.
El informe destaca que algunos sectores dentro de las empresas mineras avanzaron más, gracias a procesos bien definidos y a la disponibilidad de datos en tiempo real. Por ejemplo, las áreas de planta y de planificación llegaron a un nivel avanzado de automatización, mientras que funciones relacionadas con exploración, logística y sostenibilidad mantienen un enfoque tradicional, debido a la baja digitalización de sus entornos.
Existe además un factor emergente que, aunque no se presenta como el motor central de la inversión tecnológica, incrementa su influencia: la sostenibilidad. Las compañías señaladas reportan efectos positivos en el consumo energético, la reducción de emisiones y la menor exposición del personal a entornos de alto riesgo tras el despliegue de soluciones autónomas. Estos avances permiten reforzar la estrategia ambiental y social de las empresas que buscan mantener su licencia social para operar ante la comunidad y los reguladores.