En medio del dolor por la despedida de Brenda del Castillo y Morena Verdi, la familia tomó una decisión cargada de simbolismo: antes de llegar al cementerio de Las Praderas, sobre el Camino de Cintura, el cortejo fúnebre recorrerá las calles del barrio donde las chicas crecieron. La intención, explicaron, es permitir que sus vecinos y amigos puedan darles el último adiós.
“La policía nos puede acompañar hasta cierto punto. Vamos a llegar a la rotonda de Tablada y vamos a entrar al barrio. Más que nada es porque muchos vecinos no pueden venir, pero todos quieren estar. Va a estar la hinchada de Chicago…”, señaló Antonio, abuelo de las jóvenes, minutos antes de salir de la casa velatoria en San Justo.

A su palabra se sumó el primo de Brenda y Morena, quien detalló: “No queremos que nos acompañe la policía. Simplemente queremos que las chicas pasasen por donde ellas se criaron y después seguiremos el trayecto. Para la gente que quiere saber van a haber micros para que nos puedan acompañar”.
La familia insistió en que el recorrido es una forma de agradecer el cariño de los vecinos, que desde el día del crimen expresaron su apoyo y acompañamiento. “Mucha gente tiene chicos y no pueden venir. Muchos nos pedían que pasáramos por ahí para despedirse. Nuestra intención era seguir de largo”, aclaró Antonio, al remarcar que se trataba de una decisión pensada para la comunidad.

Consultado sobre el motivo por el que no querían ser escoltados por la policía, el abuelo respondió con firmeza: “No es necesario. Esta mañana dije que no teníamos miedo…”. Luego, visiblemente conmovido, agregó: “Yo recuerdo bien a mis nietas… Quiero agradecerle a los medios por estar. Vamos a seguir pidiendo justicia por las chicas. Van a estar mis otras nietas… Ellas eran hinchas de Chicago y por eso los hinchas van a acompañar”.
El caso que conmociona al país
El crimen de Brenda del Castillo, Morena Verdi y Lara Gutiérrez es investigado como un triple femicidio vinculado al narcotráfico. Las jóvenes fueron vistas por última vez el 19 de septiembre en la rotonda de La Tablada, partido de La Matanza, cuando subieron a una camioneta blanca con patente adulterada.
Días más tarde, sus cuerpos fueron hallados con signos de tortura y mutilaciones, lo que reforzó la hipótesis de un ajuste de cuentas. Los forenses estimaron que fueron asesinadas entre las 3 y las 6 de la mañana del 20 de septiembre, pocas horas después de desaparecer.
Hasta el momento hay cuatro sospechosos detenidos y un presunto líder narco peruano permanece prófugo. La causa está a cargo del fiscal Gastón Duplaá, quien indaga si se trató de una venganza porque una de las jóvenes se habría quedado con un cargamento de cocaína.