El aeropuerto ya no es solo un lugar de tránsito. A los clásicos salones VIP, antes percibidos como inalcanzables para el bolsillo común, ahora se suma la oferta de masajes, tratamientos faciales y hasta piscinas. Si uno está muy apresurado, puede utilizar un corredor especial para pasar a la puerta de embarque antes que nadie (con la tarjeta de crédito adecuada, sin pagar extra por hacerlo).
Todas buenas noticias en el Día Mundial del Turismo, que se celebra cada 27 de septiembre.
Además, una inteligencia artificial estará a cargo de integrar cada uno de los pasos principales de la agenda del turista: desde las reservas de hotel, el transporte y hasta internet provisto por una e-sim desde una aplicación.
Esta integración ya está disponible en algunos aeropuertos del mundo, pero en un futuro no tan lejano estará disponible en varios aeropuertos de América Latina. La experiencia aeroportuaria tal como se la conoce cambiará mediante el desarrollo de aplicaciones y plataformas que permiten el acceso a esos servicios.
El pasajero promedio de hoy valora mucho más el confort, la rapidez y las opciones gastronómicas en aeropuertos, espacios que hasta hace algunos años eran considerados lugares de paso e incluso se asociaban al estrés que había que atravesar antes de que realmente comenzara el relax.
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En este sentido el turista tradicional ha comenzado a incursionar en experiencias que se asociaban tradicionalmente a los viajeros corporativos o familias adineradas. Los bancos han invertido mucho en sus programas de fidelidad en los últimos años, logrando abarcar a un sector más amplio.
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Se trata de viajeros curiosos, quizás no tan frecuentes, pero que cuando se proponen vacacionar, quieren tener una experiencia completa desde el momento en que salen de sus casas. Son tendencias que ya están establecidas hace tiempo en otros continentes y que ahora llegan a América Latina.

Entre lo más conocido dentro de este “pack” de servicios está el salón VIP, aquel codiciado sitio con atmósfera de secretismo donde un pase funciona como la llave de acceso al lujo antes de subir al avión. Sin embargo, las preferencias han ido cambiando, y ahora ese mismo acceso puede ser canjeado por una comida completa para toda la familia, una sesión de yoga o un tratamiento facial. Si el viajero salió tarde o lo sorprendió un corte de calle, también puede optar por el corredor preferencial de seguridad y migraciones del que, por ejemplo, participa Ezeiza. Los jeques no hacen cola. El lujo se está democratizando.
Y si de jeques hablamos, es justamente en Medio Oriente donde encontramos algunos servicios curiosos, pero alineados a tendencias crecientes en los últimos años.
Según datos de la Agencia de Noticias Científicas de la UNQ, los eSports (deportes electrónicos) generan ganancias por US$ 200 mil millones y tienen alrededor de 400 millones de usuarios en todo el mundo. Entonces, no ha de extrañarnos que algún gamer que se encuentre de paso por el Aeropuerto de Dubái decida utilizar su acceso de salón VIP en el “Game Space” de la terminal 3, abierto las 24 horas del día y que incluye una bebida de cortesía. A veces, la definición de “relax” toma diferentes formas.
El pasajero de hoy ya no se pregunta si va a usar el acceso al VIP que le da su tarjeta bancaria. Ahora, simplemente escoge en qué utilizarlo según su necesidad (si es un aficionado al ejercicio, seguro lo canjeará en el gimnasio del Aeropuerto Changi en Singapur para no cortar su rutina).
Estas tendencias suenan extravagantes, pero ya son parte de la vida cotidiana de gran parte de los viajeros globales. Aún faltan entre 3 y 5 años para que lleguen a América Latina. Sin embargo, mientras la tecnología siga avanzando con la rapidez que la caracteriza, no sería extraño que esos plazos se reduzcan para estar disfrutando de un centro de videojuegos en Ezeiza, a tan solo un acceso VIP de distancia.