La sociedad cada vez se encuentra más cansada del discurso climático, según explica el divulgador mexicano Pablo Montaño y siente una dificultad para combinar una realidad muy dura y cruda con las posibilidades reales de esperanza que existen y que no son solo frecuentes en el pensamiento de los estudiantes rojos de bachillerato.

No tenemos herramientas para procesar la información. Está pasando con la crisis de migración y la guerra en Gaza. Yo me pongo a soltar datos duros y la gente llega un momento que deja de escuchar. No es que seas un insensible o un cínico, sino que estas conversaciones te abren una alternativa y te cierran dos, explica el politólogo en entrevista.
Por ello, Montaño decidió hacer su ensayo El libro de la esperanza climática (Taurus), una obra en la que tuvo que soltar esa data dura de la que habla para aquellos que nunca les había entrado el tema, pero que saben que es un problema.
Hay una resistencia. Cuando alguien te escucha hablar del cambio climático o del medio ambiente cree que vienes a juzgarlos. ¿Y qué vas a juzgar? Si su camiseta es de algodón o no, qué tenis lleva, o si llegó en auto o en transporte público. Eso vale madres (no importa), no va por ahí, argumenta.
Para Montaño, lo importante en este mundo lleno de incongruencias es que se deje de ver la lucha contra el cambio climático como una acción individual de cada uno, y pasar a pensar más como un colectivo que no voltea a ver otra cosa o piensa en positivo sin entender el problema.
Capitalismo o planeta Tierra
En 2021, Montaño guioniza la serie documental El tema, coproducida y protagonizada por el actor mexicano Gael García Bernal, un referente del país que, a través de su productora La Corriente del Golfo, ha logrado concienciar sobre las implicaciones directas que tiene el sistema económico actual que nos hace elegir entre el capitalismo o la Tierra.

¿Vamos a criticar el capitalismo mientras tengamos un iPhone? Sí, en efecto, como los campesinos criticaban al señor feudal. Tenemos que abrir esa conversación, desarrolla Montaño.
Esta elección es necesaria, ya que el capitalismo no es compatible con un planeta vivo, algo que muchas personas, organizaciones gubernamentales y empresas todavía intentan demostrar de manera errónea como una combinación exitosa.
Ante la pregunta de: ¿Qué se puede hacer entonces para luchar contra multinacionales contaminantes o contra gobiernos como el de Donald Trump, poco preocupados por la huella de carbono? La respuesta es: Crear nuevas redes colectivas más complejas.
Hay que hablar de ello en universidades, marchas, radio, programas de televisión. Crear espacios precisos y con argumentos cuidados en lugares de colectividad que no estén centrados en maximizar el capital, desarrolla.
Procesos autonómicos
Redes universitarias o economías locales podrían ser algunos de estos lugares en los que poder desarrollar procesos autonómicos y de soberanía que permita poco a poco la restauración de suelos o la limpieza de ríos, en definitiva, nuevas formas económicas que no tienen que ver con la explotación y la extracción de recursos.

Casos como la reubicación de los ciudadanos de El Bosque en el estado de Tabasco, los primeros desplazados climáticos reconocidos por el Gobierno mexicano, son ejemplos que Montaño pone de cómo esta presión colectiva puede cambiar las tornas.
No nos damos cuenta muchas veces lo cerca que estamos de las victorias. Somos los buenos de la historia, (las empresas y gobiernos) ya no tienen argumentos de su lado, se las han ido cayendo y por lo tanto su posición es más débil, sentencia.
Con información de EFE.