La confirmación del romance entre Katy Perry y Justin Trudeau ya no parece una mera especulación: en las últimas horas, una serie de hechos concretos comenzaron a perfilar lo que sería una de las parejas más inesperadas y comentadas del año.
Ella, una de las mujeres más influyentes del pop global; él, el carismático ex primer ministro canadiense que marcó un estilo propio dentro de la política internacional. Dos mundos distintos que, según todo indica, encontraron un punto en común.
La historia comenzó a tomar forma así: ambos atravesaron recientes separaciones mediatizadas. Katy Perry anunció en julio de 2025 el final de su relación con Orlando Bloom tras casi ocho años juntos y una hija en común, Daisy Dove. Aunque la separación fue definida como «amistosa», allegados a la artista confirmaron que el matrimonio llevaba tiempo en crisis debido a diferencias de estilo de vida y proyectos personales.

Por su parte, Justin Trudeau sorprendió al mundo político y mediático cuando en agosto de 2023 anunció su separación de Sophie Grégoire, su esposa durante 18 años y madre de sus tres hijos. El comunicado fue frío e institucional. Sin embargo, en Canadá fue noticia que la ruptura ya llevaba meses gestándose en privado. Cercanos al ex mandatario afirmaron que su vida pública y el desgaste de la exposición política habían afectado profundamente el vínculo.

Los acontecimientos que confirmarían el noviazgo de Katy Perry con Justin Trudeau
La primera señal llegó a mediados de 2025, cuando ambos compartieron una cena privada en Montreal que fue captada por los paparazzi. En aquel momento, sus voceros minimizaron el encuentro, asegurando que se trataba sólo de una “reunión social entre amigos en común”. Sin embargo, para la prensa internacional se trató del primer gran indicio: había química, confianza y una conexión evidente.
Hoy, meses después, nuevas apariciones y gestos públicos alimentan la versión de un romance ya instalado. Es que todo cambió en la última semana, cuando la pareja fue captada a bordo del yate de Perry, navegando frente a las costas italianas mientras compartían risas, miradas cómplices y gestos de evidente cercanía. Las imágenes dieron la vuelta al mundo y marcaron un antes y un después: ya no se trataba solo de “amigos con buena química”.

En pleno tramo internacional de su «Lifetimes Tour», la artista norteamericana parece atravesar una etapa de gran plenitud personal. Y como si el marco fuera poco cinematográfico, Katy Perry pareció romper el silencio sobre su situación sentimental durante su reciente show en el O2 Arena de Londres.
En medio de su interacción con el público, lanzó una frase que muchos interpretaron como una indirecta, clara y contundente: “No me extraña que me enamore de los ingleses todo el tiempo… pero ya no”, dijo entre risas, según consignó The Sun, despertando ovaciones y especulaciones inmediatas.

Instantes después, un fanático intentó proponerle matrimonio desde la platea. La cantante, rápida e irónica, respondió: “Ojalá me lo hubieras preguntado hace 48 horas”, bromeó.
La frase desató una ola de interpretaciones: ¿Había oficializado, sin decirlo, su relación? Aunque algunos lo tomaron como humor, para la prensa internacional fue otra señal. El flechazo, según parece, ya habría ocurrido.