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El dato surgió luego del triple crimen de Florencio Varela. Los cuerpos de las chicas fueron hallados en una casa que era utilizada para la venta de drogas y otras actividades. Los narcos tienen una red amplia de espacios.
El lugar donde fueron hallados los cadáveres de Brenda, Lara y Morena ya fue bautizado por los vecinos de Florencio Varela como «La Casa del Horror». Se trataba de un espacio alquilado por narcos para realizar diversas actividades. Desde cometer los aberrantes crímenes, hasta organizar fiestas y realizar la logística de las dosis de sustancias a la venta. Lo cierto es que en la Ciudad de Buenos Aires y el Conurbano los grupos del narcotráfico manejan unos 1.200 aguantaderos o bunkers.
El dato surge de un nuevo Reporte sobre Delitos, Inseguridad y Violencia desarrollado por la ONG Defendamos Buenos Aires con la asistencia de la Consultora Javier Miglino y Asociados. A partir de los datos brindados por la justicia Nacional de Instrucción con jurisdicción en CABA, más la información de los tribunales de Lomas de Zamora, Quilmes, San Isidro, Morón, Moreno, La Matanza, San Martín y La Plata, junto con los miles de hechos que se registran y la gente prefiere no denunciarlos pero resultan vox populi, «quedó acreditado que funcionan unos 1.200 aguantaderos narco en casas y departamentos usurpados en el ámbito de la Capital Federal y el Conurbano bonaerense».
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La búsqueda de las tres chicas finalizó con la confirmación del hallazgo de sus cuerpos en una vivienda de Florencio Varela.
La búsqueda de las tres chicas finalizó días atrás con la confirmación del hallazgo de sus cuerpos en una vivienda de Florencio Varela.
«El triple crimen de Lara, Brenda y Morena no se podría haber perpetrado sin un aguantadero en Florencio Varela. Así como la Argentina asiste azorada a un nivel de tortura, de brutalidad femicida y de descuartizamiento con miras a eliminar los cuerpos que no se ha visto en años; no llama tanto la atención que tanto en la Capital Federal como en el Conurbano se usurpen cada día unas 50 propiedades, entre casas y departamos, locales y galpones. Son 1.500 al mes y 18.000 al año. Ya no se usurpa porque se busca un techo como en los ‘70 y ‘80. Hoy las mafias usurpan para crear aguantaderos dobles: de venta de drogas y de alquiler de habitaciones a criminales que necesitan un lugar donde vivir impunemente», dijo Javier Miglino, abogado experto en Criminología y Director de Defendamos Buenos Aires.
«Cada día se agregan más aguantaderos. Puede ser en la coqueta calle Uruguay al 450, a una cuadra de Tribunales, en Palermo, Recoleta o en el centro de Lomas de Zamora, San Isidro, San Martín, Morón, Moreno, Quilmes o en el tristemente célebre Florencio Varela. Cada aguantadero trae consigo a una mafia, esa mafia puede robar o traficar drogas o ambas. En el camino habrá un sinfín de situaciones límite y como colofón llegará la muerte», subrayó el letrado.
Y concluyó: «Isaías José Suárez, de 31 años, mató en Palermo al ingeniero Mariano Barbieri, de 32. Candela Santa María tenía 24 cuando fue asesinada por un delincuente que se suicidó al momento de llegar a buscarlo la Policía. Tanto Suárez, condenado a 19 años de prisión por el crimen del ingeniero como R.A.L., asesino de Candela, vivían en aguantaderos a pocos metros de los homicidios, lo que demuestra que en la medida que siga habiendo aguantaderos seguiremos lamentando muertes inocentes».