El fallo atribuyó responsabilidad compartida al médico y a la clínica donde se realizó la intervención.
Un fallo de primera instancia del fuero civil de Neuquén condenó a una clínica privada y a un oftalmólogo a indemnizar a una paciente por mala praxis médica, tras una cirugía de cataratas que derivó en la pérdida casi total de la visión.
La víctima, una mujer de 48 años con diagnóstico de diabetes, perdió completamente la visión de un ojo y el 70 por ciento del otro luego de ser intervenida quirúrgicamente.
La resolución, firmada por la jueza María Eugenia Grimau, se basó en un informe médico pericial que concluyó que, si bien la principal causa de la afección fue la diabetes mal controlada, el profesional actuó con negligencia en la preparación y control pre y postoperatorio.
Además, la magistrada subrayó que el oftalmólogo no cumplió con el consentimiento informado, un requisito establecido por normas provinciales y nacionales.
“Si bien la cirugía fue técnicamente correcta, el profesional no realizó los estudios prequirúrgicos adecuados ni el seguimiento pertinente al cuadro de la paciente”, señaló Grimau.
El fallo también cuestiona la decisión de operar ambos ojos en simultáneo, lo que —según la jueza— implicó “asumir riesgos innecesarios” sin que la paciente tuviera la oportunidad de decidir al respecto.
El informe forense determinó una incapacidad física del 80 por ciento, aunque la jueza atribuyó la mitad de esa incapacidad al acto médico, al considerar que la evolución de la enfermedad estuvo vinculada en parte al mal control de la diabetes.
Respecto de la clínica, Grimau sostuvo que es responsable de los daños por haber brindado el servicio médico en sus instalaciones, independientemente de la relación laboral con el profesional.
La sentencia ordena una indemnización por daño material y moral, al considerar probado el sufrimiento físico y emocional que atravesó la paciente. “La intervención, lejos de mejorar a la paciente, la empeoró fatalmente”, concluyó la jueza en su fallo.
