El avance autoritario y el periodismo bajo asedio en América Latina
En el segundo día de la 81ª Asamblea General de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), se celebró el panel titulado “Anatomía del avance autoritario: manual de tácticas y su efecto en los medios”, en el que se expusieron las estrategias de los regímenes autoritarios para debilitar la libertad de prensa en la región.
Moderado por Martha Ramos, directora de la Organización Editorial Mexicana (OEM) y presidenta de la Comisión de Libertad de Prensa e Información de la SIP, el foro contó con la participación de Pedro Vaca Villareal, relator especial para la Libertad de Expresión de la CIDH; Andrés Mompotes, director de El Tiempo (Colombia); y Daniel Dessein, presidente de La Gaceta de Tucumán (Argentina).
La anatomía del autoritarismo
Pedro Vaca abrió el debate con una imagen poderosa: “La anatomía del autoritarismo es como un monstruo con muchas secciones, que se manifiesta de forma distinta en cada país”. Señaló que los estados están fallando deliberadamente en sus obligaciones de respeto y garantía hacia la libertad de expresión, y que la impunidad ante asesinatos y amenazas a periodistas se ha convertido en una constante. “Algunos líderes incluso capitalizan la violencia contra la prensa como parte de su propaganda”, denunció.
Vaca también alertó sobre el uso de herramientas estatales, como inspecciones, registros, frecuencias y tributación, para premiar a medios afines y castigar a los críticos. “La concentración de poder y la tolerancia social hacia ella son el caldo de cultivo perfecto para el autoritarismo”, afirmó.
El caso argentino: entre el kirchnerismo y Milei
Daniel Dessein trazó un paralelismo entre los gobiernos de Cristina Kirchner y Javier Milei en Argentina, pues aunque el actual presidente argentino se presenta como el “antídoto” al kirchnerismo, “usa las mismas herramientas discursivas para atacar a la prensa”. Dessein advirtió que Milei ha llegado a extremos retóricos que ni siquiera Kirchner alcanzó, como su frase “no odiamos lo suficiente a los periodistas”, que circula en redes como una consigna.
Aunque aún no se han concretado medidas judiciales contra la prensa, Dessein alertó sobre el riesgo latente: “Si Milei alcanza niveles de poder similares a los que tuvo Kirchner, no sabemos hasta dónde puede llegar”.
Colombia y la normalización del discurso de odio
Andrés Mompotes describió el contexto colombiano, donde el presidente Gustavo Petro ha adoptado una narrativa de victimización frente a los medios. “La democracia está enferma, y uno de sus síntomas más graves es el ataque sistemático a la prensa”, afirmó. Mompotes subrayó que la ciudadanía no es plenamente consciente del deterioro democrático y de la importancia de defender a los medios libres.
“La estrategia autoritaria busca anestesiar a las democracias con discursos de odio que se normalizan”, explicó. En Colombia, los medios han comenzado a documentar cada agresión verbal desde el poder, como forma de resistencia.
Bloqueo informativo y desinformación: nuevas armas del poder
El foro también abordó el creciente bloqueo informativo, desde la desaparición de órganos de transparencia hasta la censura previa. Vaca mencionó que en países como El Salvador, las resoluciones de negación de acceso a la información superan a las que lo permiten, convirtiendo la opacidad en norma.
La desinformación fue otro eje central. Dessein relató cómo un video falso sobre Mauricio Macri, difundido el día de las elecciones en Buenos Aires, alcanzó 14 millones de vistas, con posible impacto en los resultados. “La justicia y el periodismo reaccionan tarde, mientras la propaganda avanza con rapidez y recursos”, advirtió.
Periodismo en el exilio y la esperanza regional
Durante el foro, se destacó la gran cantidad de periodistas que han tenido que salir de sus países debido al avance autoritario. Pedro Vaca habló de El Salvador, desde donde este año ha habido un éxodo importante de periodistas debido a la persecución por parte del gobierno de Nayib Bukele. Para casos como El Salvador y Nicaragua, se sigue haciendo buen periodismo, pero “desde fuera”, como acotó Martha Ramos.
En sus palabras de conclusión, Vaca llamó a fortalecer las alianzas regionales entre medios para enfrentar el avance autoritario. “La estigmatización tiene efectos reales: se puede hacer buen periodismo, pero si la sociedad no cree en él, el daño está hecho”, dijo.
La conversación cerró con un llamado urgente: reconocer los síntomas del autoritarismo, movilizar a la sociedad y defender el periodismo como pilar de la democracia.