De Quito al mundo
Por las maanas, Jaime Durn Barba presta atencin a los descubrimientos del Hubble o el Webb, los grandes telescopios espaciales. Por las tardes, vuelve al tablero de Go, el juego oriental de estrategia que lleva a todas partes, en el que coloca piedras blancas y negras para pensar una jugada.Porque no hay da en el que no juegue o en el que no preste atencin al mundo que lo rodea.
Naci en Quito, en el corazn de una familia tradicional. Su padre fue empresario y su madre cumpla el rol indispensable en el sostn de la familia: Durn Barba es el mayor de cinco hermanos.
Creci entre dos mundos que no se tocaban: la escuela jesuita de la lite y las haciendas familiares en las que convivi con grupos quechuas y jbaros—»como los blancos llaman a los indgenas»—. «Unos y otros no podan entenderse, aunque a m ambos me parecan hermosos», comparte en conversacin conEl Economista.
Durante la adolescencia, la frondosa biblioteca paterna qued abierta de par en par. «Le lo que quieras. No les digas a los curas porque se asustan. Pero los libros son sagrados», le haba sealado su padre. Entre esos volmenes estabanCorazn, de Edmondo De Amicis; las obras de Emilio Salgari; yMiguel Strogoff, de Julio Verne. «Esa fue mi iniciacin en la lectura», recuerda. Ms tarde llegaran Arthur Rimbaud, poeta francs, y Bertrand Russell, filsofo britnico. Bertrand Russell, seala Durn Barba, cuestiona la inmutabilidad de la verdad y seala que todo es hiptesis.
Durn Barba sigui el camino jesuita en la primaria, secundaria y en la Universidad Catlica de Quito, en la cual estudi Ciencia Poltica y Derecho Cannico, y curs Filosofa Escolstica en el Filosofado San Gregorio. «Detesto los ttulos», admite, aunque complet ambas licenciaturas; ms tarde realiz estudios de posgrado en Sociologa en la Fundacin Bariloche y, posteriormente, un doctorado en Historia en Ecuador.
Su juventud qued atravesada por experiencias militantes e incesantes preguntas. El anarquismo y el trotskismo lo sedujeron. Fue dirigente estudiantil, se acerc al movimiento obrero y sus primeras investigaciones fueron sobre Jos Carlos Maritegui —intelectual peruano— y Anbal Ponce —intelectual argentino—.
En 1972 viaj a Mendoza para profundizar sus estudios. Vivi all dos aos mientras Argentina atravesaba una profunda convulsin poltica. Durn Barba, tambin imbuido en la poca, aprendi a cantar la marcha peronista.
Durn Barba, tambin imbuido en la poca, aprendi a cantar la marcha peronista.
Luego, la realidad social y poltica de la poca, junto con el consejo de un profesor, lo llevaron a mudarse a Bariloche en 1974. All, en la Fundacin Bariloche, descubri un enfoque cuantitativo —variables, muestras, hiptesis— que le cambi el modo de pensar y lo interpel.
—Qu le ense esa etapa?
—Era una institucin de centroderecha y propuse una tesis sobre un estudio sociolgico de la masacre del 15 de noviembre de 1922 y la fundacin del Partido Comunista en Ecuador. La propuse para molestar a mis profesores. Y me dijeron: «Perfecto, haga la tesis sobre eso. Estudie empricamente». Fui a Guayaquil y mi revisin de registros arroj 31 muertos. Ese choque entre mi conteo documental y la pica militante me marc: entend cmo un mtodo puede alterar por completo la comprensin de un hecho.
El hallazgo fue un parteaguas. De a poco, el militante que vena de leer a Maritegui y Ponce empez a desconfiar y a abrazar la comprobacin emprica. Lo ayud un maestro decisivo en la Fundacin Bariloche. «Manuel Mora y Araujo me influy muchsimo, un hombre de una cultura enorme, capaz de hablar con igual profundidad de teatro, religin o poltica. Era extraordinario. l me llev a interesarme por la opinin pblica. Me pareci curioso, y empec a transitar desde mi militancia de izquierda hacia esta otra forma de hacer Sociologa: cuantitativa, emprica», seala Durn Barba.
«Y as fue como termin en Bariloche, estudiando algo que, al principio, no me interesaba, pero que despus se volvi el objeto de mi vida«, recuerda. Aprendi a poner la oreja —y los nmeros— antes que la teora.
Entre 1981 y 1983 trabaj para el Servicio Universitario Mundial con base en Sri Lanka, y cubri Asia del Sur y frica Oriental. La inmersin en el budismo —y la lectura delTao Te King,de Lao Tse— dej una marca: mesura, estrategia, compasin. «Si alguien insulta, es que tiene una carencia; lo mejor es ayudar», repite.
En 1979, Ecuador regres a la democracia. Osvaldo Hurtado —ex profesor suyo y candidato a vice en la frmula con Jaime Rolds—le pidi la primera encuesta poltica de la historia del pas. La hizo. El resultado lo empuj a un oficio que ya no abandonara: laconsultora electoral. «Me convert en una especie de astro de la televisin. Todo el mundo me convocaba para que explicara cmo se haba hecho y qu resultados arrojaba. Esa visibilidad me hizo entusiasmarme an ms con las encuestas: tenan un rdito de fama curioso, casi cmico», explica Durn Barba.
En 1980 fund el Instituto Nacional de Formacin Obrera y Campesina (INFOC), un centro de formacin poltica y social destinado a capacitar a trabajadores y campesinos; con el tiempo, mantendra las siglas para rebautizarlo comoInforme Confidencial, su consultora de estudios de opinin y anlisis poltico.
—Cul fue el siguiente punto de inflexin? —le preguntaEl Economista a Durn Barba.
—Un congreso en Washington, a mediados de los ochenta. En ese congreso conoc a Ralph Murphy, quien haba sido presidente de la Asociacin Americana de Consultores Polticos (AAPC), y tambin a otro maestro que me marc profundamente: Joseph Napolitan, el fundador de la consultora poltica moderna. Cuando Bill Clinton fue elegido presidente por primera vez, se organiz esta actividad de la AAPC en Crystal City y coincidi con la inauguracin de su gobierno. All se realiz un anlisis de aquella eleccin, que haba sido rupturista para los paradigmas tradicionales de la poltica estadounidense:la campaa de Clinton fue la primera en segmentar el electorado en 90 grupos diferentes. Fue apasionante, un golpe conceptual. Adems,su principal asesor de campaa, James Carville, estaba casado con Mary Matalin, quien haba dirigido la campaa republicana. Es el nico caso en la historia de Estados Unidos en que los jefes de campaa de los dos partidos eran marido y mujer. Ellos haban hecho un pacto interno: durante un ao no hablaran de poltica en su casa. Ms tarde escribieron juntos un libro —que tengo dedicado por ambos—,All’s Fair: Love, War, and Running for President. Carville y Matalin eran miembros de la AAPC y haban prometido que su primera conversacin pblica sobre poltica sera justamente en ese Congreso, durante la inauguracin del gobierno de Clinton. Y lo genial fue que, en medio del aire solemne de la actividad, apareci Carville con zapatillas, jeans y una remera. Estaba relajado, casi irreverente. Fue una ruptura total. Yo estaba sentado junto a mi maestro Napolitan, quien me susurr: «Jaime, eso slo se puede hacer cuando uno gana las elecciones presidenciales en Estados Unidos«.
Ya de regreso en Quito, Jaime Durn Barba asumi la Secretara General de la Administracin, entre 1998 y 2000, en el entonces gobierno de Jamil Mahuad.
Su mandato tuvo un captulo decisivo: la negociacin de la paz con Per y el Acta de Brasilia en 1998, un acuerdo que consolid la paz definitiva entre ambos pases y puso fin a dcadas de tensiones fronterizas.

Escribir las estrategias polticas
A partir de 2003, su consultoraInforme Confidencial y el trabajo junto al estratega poltico Santiago Nieto se consolidaron con campaas y estudios que registraron el impacto inicial de Internet y el ascenso de valores «femeninos» en la agenda social, junto con profundas transformaciones sociales. De esa poca saldra, entre otros,Mujer, sexualidad, Internet y poltica, publicado porFondo de Cultura Econmica en 2006; y ms tarde, un volumen que discute mtodo y derriba supersticiones:La poltica en el siglo XXI. Arte, mito o ciencia, publicado porDebate en 2017.
En clave de ensayo prctico,La poltica en el siglo XXI baja a esta disciplina del altar y la coloca en el terreno de la evidencia. «La ciencia no conoce autoridades infalibles […] la observacin emprica realizada debidamente puede refutar cualquier teora e incluso destruir paradigmas.Mientras los brujos son infalibles, los cientficos conviven todo el tiempo con la posibilidad de equivocarse«, sostienen Durn Barba y Nieto. Ambos reivindican las encuestas como herramientas complejas —no bolas de cristal— y piden mesas estratgicas que piensen con datos y contradigan al lder cuando haga falta: «El buen candidato no se rodea de incondicionales, sino de personas capaces de pensar y discrepar», aseveran.
El texto abre la ventana a influencias poco habituales en manuales de campaa: el taosmo de Lao Ts como alegato contra la pompa y la guerra, y a favor del gobernante que sirve y casi pasa inadvertido —»el sabio ahorra las palabras»—.
En 2019, tambin junto a Santiago Nieto, se publicaY dnde est la gente?, con selloDebate. El libro abre con una pregunta que atraviesa toda su obra: si la conversacin pblica de las lites gira en torno alcrculo rojo, dnde estn, de verdad, los ciudadanos? La respuesta recorre un mapa de cambios sociotecnolgicos.Sostienen que la poltica ya no se define por lo que discuten dirigentes y analistas, sino por lo que la gente conversa a toda hora, de forma horizontal.
La nueva sociedad: Poder femenino, electores impredecibles y revolucin tecnolgica. De la transformacin al caoses su ltima obra conjunta y se public en 2022 tambin porDebate. «Si la relacin con las personas y las cosas que nos rodean es tan efmera, por qu los electores habran de mantener relaciones permanentes con una ideologa o con un partido? No sera lgico que en ese mbito tengan la misma liviandad con la que se desenvuelven en todo lo que hacen? El nuevo elector, socializado de esa manera, no tiende a buscar valores permanentes», escriben.

El estratega que supo escuchar a la Argentina
El punto de inflexin en la trayectoria de Jaime Durn Barba lleg en 2004, en un seminario de Washington. Dos argentinos se acercaron al final de la jornada: venan de perder en Buenos Aires, su lder quera seguir y buscaban gua. El nombre del candidato son a ftbol, lo que gener escepticismo en sus odos, poco adeptos al deporte. Santiago Nieto, en cambio, se entusiasm con la idea.
Aquella consultora que Durn Barba haba levantado en tiempos anticapitalistas arm valijas y, a fin de ao, aterriz en Buenos Aires. Con Manuel Mora y Araujo se hizo el primer estudio de opinin. Ah estaban Mauricio Macri y un equipo que pareca salido de otra gramtica, entre los que se destacaban Mara Eugenia Vidal y Marcos Pea.
El plan ideado apost por la paciencia. Exposicin controlada, campaas focalizadas. La de 2005, cuando fue candidato a diputado, «se dise ms para limpiar su imagen que para obtener la banca». En 2007 Mauricio Macri gan la Jefatura de Gobierno y en 2011 vino la reeleccin. En 2015, la Presidencia.se tramo convirti al PRO en el ensayo ms consistente de la regin para una fuerza nacida en la era digital. Durn Barba lo hizo.
—Qu diferencia a la dcada de 2000 del presente?
—Internet dej de ser una promesa para volverse cultura. Hoy todos opinan, todos producen, todos se organizan por su cuenta. El celular manda. La anarqua creativa de la red apenas ha empezado.

Contemplacin y adrenalina: gobernar en el siglo XXI
Al adaptar las herramientas de Estados Unidos a la cultura de la regin, Durn Barba es casi el fundador de la consultora poltica en Amrica Latina. Tiene un slo hijo y varios nietos a los que visita a menudo en Ecuador. Entre varios reconocimientos y lecturas del territorio, su nombre se volvi parte de la conversacin pblica: Brasil le otorg la Ordem Nacional do Cruzeiro do Sul, su mxima distincin para extranjeros; en la Argentina Durn Barba se integr al Club Poltico Argentino; y desde mediados de la dcada de 2010 firma una columna dominical en el diarioPerfil.
Durn Barba contribuy a fundar en la dcada de 1990 La Graduate School of Political Management. De ese gesto fundacional qued un espritu tajante: «Nuestra profesin no es ciencia poltica ni relaciones pblicas; es poltica aplicada». Aos despus, ya desde su ctedra en George Washington University, Durn Barba consolid en la dcada de 2010 y los primeros aos de 2020 una idea:la poltica se aprende haciendo. El programa ensea estrategia electoral y de gobierno, storytelling y tica del poder. Entre clases, public nuevos ensayos y contina asesorando campaas en la regin.
—Cuando era ms joven, se defina ms como anarquista, como persona de izquierda o como ambos? —le preguntaEl Economista.
—Anarcotrotskista. Fui presidente de la Federacin de Estudiantes Universitarios del Ecuador. Era unactivista muy importante, bastante conocido, adems, porque, si bien nac en una familia aristocrtica, me volv muy de izquierda, y eso llamaba la atencin.
—Y en la actualidad cmo se define?
—Consultor.Una persona curiosa hasta el final, como los gatos: la curiosidad me gua y puede matarme. Cuando aparece algo interesante o novedoso, me embarco enseguida. La maravilla es que pude tener experiencias en distintos pases, en los cuales hayuna etapa muy larga en la Argentina, que ha sido casi una segunda patria para m. Estudi all, y mi pareja de entonces era portea. Sigo siendo una persona inquieta, con la necesidad constante de aprender. Creo que se puede y se debe aprender de todos: de todas las culturas y de todas las generaciones. Hay que aprender de los jvenes, de las innovaciones que trae la tecnologa, y construir algo distinto.La aoranza del pasado me parece una forma de perversin —responde.
En una crnica magnfica publicada enGatopardo, el periodista Leonardo Blanco lo retrat cruzando Washington bajo el huracn Sandy con esa mezcla de arrojo y diversin que lo caracteriza. Al da siguiente —segn cuenta Blanco— se par dolorido frente a su clase en la George Washington University para bajarle el volumen a los dogmas y subrayar que los procesos electorales los protagonizan personas de carne y hueso, que suean, trabajan, se enojan y buscan entretenerse en un «mundo ldico«.
La escena funciona como metfora de su oficio: estudio meticuloso, s; aunque tambin arrojo ante el vendaval.Su advertencia favorita: el poder pavimenta el alma.
Su advertencia favorita: el poder pavimenta el alma.
—Qu evaluacin hace de los liderazgos actuales en la regin?
—El gran problema que tenemos en Amrica Latina es que la inmensa mayora de los lderes polticos no entienden el siglo en el que viven. La gente cambi, se emancip. Hoy todos quieren opinar, participar, incidir. Cuando era joven, el partido daba panfletos y la militancia los reparta con entusiasmo. Ahora, en cambio, todo el mundo quiere opinar sobre todo. El celular es el instrumento privilegiado de comunicacin de esta etapa de la historia.
—Qu vnculo encuentra entre la espiritualidad oriental y la estrategia electoral?
—Siempre llevo conmigo un pequeo tablero de Go, que uso para representar la situacin poltica que estoy viviendo.Dibujo los movimientos posibles y despus voy alLibro de los proverbios a ver qu habra hecho un jugador de hace dos mil aos en esa circunstancia.El Go y la cultura oriental, en general, son visiones estratgicas de la vida. Pensamientos de largo plazo, integrales. No viven del «saltito de conejo», del qu hacemos maana, que es lo habitual en la cultura occidental. Para escribir una estrategia —sea de campaa o de gobierno— trabajo con mi equipo durante un mes entero. Hay que pensar, analizar, superar los entusiasmos, dejar de lado las emociones, que mientras ms fuertes son, ms alejan de la realidad.Esa serenidad oriental me parece fundamental.
Contemplacin y adrenalina. «Amo el peligro. Cuando se mueve el avin me pongo contento, me divierte mucho», reflexiona tambin Durn Barba. Del Sangay —el volcn que veneraban los indgenas de su infancia— al asfalto porteo, arm una zona propia y viajera: aventura, curiosidad, datos, evidencia, escucha y pluralismo. Admite conmoverse ante las enseanzas de Lao Ts como otros se conmueven frente a una doctrina econmica. «Tengo la conviccin de que las cosas distintas son las ms interesantes, dentro de un pas, valoro las diferencias y no reniego de ellas». Con las mismas condiciones de cuna privilegiada podra haber elegido una vida ms cmoda y menos arriesgada. Todo lo contrario: Si su vida fuera un tablero de Go, no habra jugadas cerradas. Habra prueba y error, y muchos aciertos. Una partida que ha empezado en Quito, y todava hoy, no se da por concluida. Lo mejor an est por ser pensado.

—Qu lectura hace del acercamiento entre Milei y Macri? —le preguntaEl Economista a Durn Barba.
—Le advert a Mauricio, cuando empezaba a surgir Milei, que no eran lo mismo. Comparten algunas ideas, s, pero son fenmenos completamente distintos. Conoc a varias personas del entorno de Milei que haban trabajado conmigo en Buenos Aires. Gente muy cercana, amigos mos de muchos aos, pero con otra mentalidad. Yo conoca muy bien al PRO, aunque tambin a personas integrantes del gobierno nacional como Santiago Caputo, Rodrigo Lugones y Guillermo Garat, quienes trabajaron en mi oficina. Ellos pertenecen a otra lgica poltica. Mauricio crey que poda haber una confluencia, pero es un acercamiento peligroso. Le dije: «Si te acercs a esto, te van a devorar».El milesmo es la disrupcin del PRO elevada al cuadrado, un producto directo de la pandemia.
El milesmo es la disrupcin del PRO elevada al cuadrado, un producto directo de la pandemia
—»Los Milei, en vez de aliarse al PRO, cometieron el error de destruirlo», sostiene enComprender o romperse. Qu habra cambiado en la poltica argentina si Milei hubiese actuado de otro modo con el PRO?
—Es difcil decirlo. Conozco bien a Macri y poco a Milei, pero lo suficiente como para saber que era imposible que los dos se aliaran. Ms all de algunos puntos de coincidencia econmica,no tienen nada en comn. Y sus entornos son incompatibles.No me imagino a Mara Eugenia Vidal o a Esteban Bullrich —un caballero— compartiendo una mesa con Lilia Lemoine. El da que vea a Mara Eugenia Vidal tomando el t con Lilia Lemoine, me retiro de la poltica.
Son dos mundos completamente distintos. Mauricio crea que no, que en el fondo eran lo mismo. Pero no. Y lo digo con respeto por ambos. He conversado con Marra, que me parece un tipo inteligente; El Presto tambin me parece inteligente; y Santiago Caputo es un gran chico. Pero son otra cosa. No son lo mismo.

—En 2015, cuando a Macri le fue bien en la eleccin general, public un tuit en defensa del periodista Diego Brancatelli, pidiendo que lo dejaran en paz. Hoy estaramos lejos de aquella sensibilidad?
—Con Macri construimos una alternativa muy de centro, en la que trabajaban juntos —literalmente, en la misma mesa— personas muy distintas entre s. En la mesa de discurso estaban, por ejemplo, Pablo Avelluto y Alejandro Rozitchner, dos figuras completamente diferentes.
—Milei sigue siendo una figura novedosa y disruptiva?
—No. Es muy difcil mantener la disrupcin. Nosotros lo logramos con Mauricio entre 2005 y 2018, incluso cuando fue jefe de Gobierno de la Ciudad, pero cost muchsimo. El poder enferma y adormece. Siempre. Si se es disruptivo,el poder —como dice Mafalda en una de sus vietas— pavimenta el alma. Hace caer en manos de dirigentes como los Menem,el poder es una droga peligrosa que, si se pudiera, habra que prohibirla.
«El poder es una droga peligrosa que, si se pudiera, habra que prohibirla»
—«La reunin con Trump en octubre ser bien vista por los mercados y le quitar votos en Argentina», escribi en «Hubrys y elecciones«. Cambi algo en su anlisis?
—He estudiado a la Argentina con seriedad, haciendo encuestas quincenales durante veinte aos.No hay pas ms antinorteamericano que la Argentina. Es un pas donde, durante dcadas, los peronistas cantaron «combatiendo al capital».El apoyo de Estados Unidos no suma votos. Lo que tiene Milei, tras su primer ao de gobierno, es un desorden lgico enorme. Debera concentrarse en ganar estas elecciones, que para l son vitales.Si las pierde —como las va a perder— tendr un problema gravsimo. No es momento para andar paseando por el mundo: debera estar en Crdoba, en Santa Fe, no en Estados Unidos. Pero tiene esa visin mesinica de la poltica.Y la Argentina es profundamente antinorteamericana.

—Esta semana la Cmara Nacional Electoral rechaz reimprimir la Boleta nica de Papel en la provincia de Buenos Aires. Cmo impacta en el voto indeciso que la boleta conserve a un candidato que ya no compite?
—Va a tener un leve impacto en contra, pero en realidad la gente que vota esa lista, la gente que participa de esas elecciones —en la provincia y en el pas— est votando por Milei o contra Milei. Los nombres individuales importan poco.
—Si las condiciones polticas obligaran a Milei a cambiar, estara preparado para hacerlo?
—Da la impresin de que su psicologa no est hecha para eso. No es una persona de dilogo, ni alguien con predisposicin para sostener mesas de discusin o procesos de negociacin.
—Aunque Milei desconfa de los acuerdos, pueden volverse necesarios en un escenario electoral adverso?
—Est en una encrucijada muy complicada. Si no hace acuerdos, se convertir en un «pato rengo» el resto del perodo: no podr hacer nada. Pero l no es una persona de acuerdos. Lo que hizo con el PRO —destruirlo en lugar de aliarse— es una muestra de eso.
—»Combatir a la casta» y usar «la motosierra» siguen siendo consignas convocantes una vez en el poder?
—Desde luego que s, pero con una condicin: si realmente se combate a la casta. Milei prometi un gran ajuste que, segn deca, pagaran los polticos y los poderosos. Sin embargo, como advirti Kristalina Georgieva, el tipo de ajuste que est haciendo requiere que la gente vote para reducir a la mitad sus sueldos y las jubilaciones, cerrar universidades y quitar derechos a las personas con discapacidad.Eso no lo va a votar nadie jams. Es un proyecto que no tiene sentido.
—Cmo evala el nivel de abstencin en las elecciones de este ao?
—Refleja que la mayora de los argentinos estn hartos del pasado. En todo el mundo hay cansancio con el pasado. Por eso han ganado Javier Milei, Pedro Castillo en Per, Daniel Noboa en Ecuador, Donald Trump en Estados Unidos. Qu tienen en comn todos ellos? No una ideologa.Son distintos. Lo nico que los define es que no pertenecen a la clase poltica tradicional. Porque la gente comn percibe que naci una nueva sociedad y los polticos convencionales no entienden nada de eso. Quieren volver a escribir a mquina.
—Qu riesgo implica para la gobernabilidad un sistema donde basta con un 15 o 20% de apoyo radicalizado para alcanzar el poder, sin construir consensos amplios?
—El gran problema es queel mundo se est volviendo ingobernable. Y la falta de gobernabilidad tambin est relacionada con la tecnologa. Los algoritmos nos vinculan con personas que piensan igual y nos hacen creer que nuestros valores son universales. Eso destruye el dilogo y genera nuevas formas de autoritarismo. Hace poco hablaba con un amigo que aspira a la presidencia de su pas, y le deca: «Yo no lo hara jams. Ser presidente hoy tiene solo dos salidas: la crcel o el exilio».
«Ser presidente hoy tiene solo dos salidas: la crcel o el exilio»
—Hasta qu punto la polarizacin en la Argentina —a diferencia de Estados Unidos— resulta ms costosa por la fragilidad institucional y econmica del pas?
—El gran problema de la Argentina es su fragilidad institucional. Tiene una cultura ms italiana y lejos de la sajona. Hay poco apego por las instituciones, y eso hace que el pas sea particularmente inestable. Ms all de eso, los argentinos estn acostumbrados a vivir en aguas tormentosas. Yo viv el Rodrigazo cuando era estudiante, y esa experiencia dej huella. Todos, de algn modo, somos un poco chantas, un poco exagerados.Y Milei es eso: un chanta de clase media portea.

—En este escenario polarizado, existe todava espacio para una «avenida del medio»? Cmo observa al peronismo cordobs de Schiaretti, a Pullaro en Santa Fe y a otros gobernadores de ese perfil?
—Son parte de la antigedad. Creo que esa etapa se hundi. Ac, en Bolivia, el binomio que probablemente gane est compuesto por Tuto Quiroga —un poltico veterano— y un joven de treinta y pocos aos que es emprendedor de empresas tecnolgicas. En Ecuador, Daniel Noboa tiene treinta y siete aos, y hay diputados de diecinueve.
Hay que incorporar jvenes. No se puede seguir con la misma generacin, por la misma razn que no se puede seguir slo con hombres. Las mujeres tienen otra visin del mundo, y los jvenes tambin. Hay que incluirlos porque son los puntos de vista del futuro.
—Quin muestra ms eficacia en esta eleccin: los candidatos argentinos de Milei o el aparato econmico de Estados Unidos encabezado por Bessent?
—Ambos van a ser derrotados. La poltica no viene de arriba, viene de abajo. El problema es que hoy no hay en Argentina una alternativa joven, nueva, distinta, como en su momento represent Milei. Ms all de que se pueda disentir con sus ideas, Milei —junto con Marra, con El Presto y con otros— encabez un grupo que rompa con el sistema tradicional, y por eso tuvo xito. Ahora debera aparecer otra figura joven, ojal ms serena, que encabece un nuevo cambio. Se necesita un cambio profundo, entre otras cosas, porque dentro de diez aos, segn todos los estudios, desaparecer el 90% de las ocupaciones actuales.
—Si Cristina Kirchner lo invitara a conversar, qu consejo le dara?
—Cristina ya pas, ya cumpli su ciclo. Es una figura muy interesante: la primera mujer elegida presidenta de la Repblica —Isabel Martnez no fue elegida, reemplaz a su esposo—, elegida adems dos veces. Es una mujer que tuvo una importancia enorme en la poltica argentina. Siempre me interes la cuestin de gnero porque creo que las mujeres aportan mucho, y ella, sin duda, es un personaje histrico que va a marcar un hito en la historia de Amrica Latina. Pero su etapa termin. Esa versin del peronismo de izquierda que ella invent, el peronismo de La Cmpora, no es el peronismo tradicional. El peronismo original fue ms bien conservador, institucionalista. Cristina es una mujer respetable, una figura fundamental, pero lleg el momento del retiro.

—Qu mirada tiene de Horacio Rodrguez Larreta?
—Es mi amigo, lo conozco bien. Creo que fue un jefe de Gobierno extremadamente eficiente. Larreta es, ante todo, un hacedor. Siempre integr la mesa chica —el mejor invento estratgico del PRO—, y aunque no era de los que ms discutan los temas tericos, cuando se le encomendaba una tarea, la ejecutaba con precisin. Es muy eficiente y est profundamente vinculado a la gestin concreta.
—Considera que podra volver a ser jefe de Gobierno?
—Hizo una obra tan importante que, si logra reinventarse, tal vez s.Pero tendra que dejar de ser poltico. Larreta perdi la presidencia por hacer poltica: por tomarse fotos con gobernadores, con intendentes, con dirigentes. Cuando fue jefe de Gobierno y se concentr en comunicarse directamente con los porteos, fue el nico que logr ganar su reeleccin en primera vuelta.
Larreta tendra que dejar de ser poltico
—En su columna «Viene Tiririca» seala que los estudios siguen registrando que la mayora de los argentinos reclama un cambio radical que no se logra volviendo al pasado. Qu tipo de liderazgo podra encarnarlo en 2027?
—Algn joven emprendedor, y hay varios en la Argentina, que proponga un futuro distinto para el pas. Alguien que no haya sido ni radical, ni peronista, ni del PRO, ni de ningn partido tradicional. Un liderazgo nuevo, sin herencias ni tutelas.
—Qu figuras observa hoy con capacidad real de representar ese mandato social de cambio sin caer en un regreso al pasado?
—Por el momento no veo ninguna. Esa figura todava tiene que formarse. En Amrica Latina, en general, ocurre lo mismo. En Ecuador, adems del presidente Noboa, no hay nadie ms: los dems liderazgos caducaron, como productos de supermercado vencidos. En Per es impresionante: no queda nadie. En Venezuela, tampoco. Incluso en Mxico, si no fuera porque Andrs Manuel Lpez Obrador reconstruy todo a travs de Morena, no quedara nada del PRI, del PAN o del PRD.Estamos viviendo una poca de tsunami: se estn barriendo los liderazgos antiguos, los partidos tradicionales y nos encontramos ante la expectativa de que surja algo nuevo.No sabemos todava cmo ser, pero est claro que lo viejo se est desmoronando.
