«Palermo Soho y Hollywood eran antes casas de abuelas. Ahora es cool al estar reformado con cafés de especialidad y restaurantes. Es como Chamberí«. La comparación no puede ser más acertada.
Quien la hace es un argentino que vive en dicho distrito madrileño y conoce bien ambas realidades: la transformación del barrio porteño de moda y la evolución de esta zona de Madrid, que cada vez se parece más a un ‘little Buenos Aires’ en la capital española.
El corazón de Chamberí se ha convertido en el epicentro de los emprendedores del Río de la Plata.
Agus y Lali, de Beik Beik, son vecinas de negocio de Agustín, Insurgente. Nieves Díaz El Español
Los nombres de negocios hosteleros regentados por argentinos se suceden como en un mapa de Buenos Aires: Picsa, Öss Kaffé, Cuadra, Dantte, Olea, Beik Beik, Masa Vins, Insurgente, Toma Café 2, Gurisa, etc.
La expansión continúa con novedades como Biri Biri, la nueva apuesta de Manuela Lorenzo, la hostelera tras el éxito de Bocado. Con este segundo restaurante promete consolidar su presencia en el mapa gastronómico argentino de la capital.
En cambio, otros negocios del barrio rompen el patrón culinario, como Casa Kavi, un espacio dedicado al yoga, el movimiento y la conciencia, regentado por Kathi Rüd, una deportista y ejecutiva argentina con raíces alemanas.
Esta concentración de negocios argentinos no es casualidad. Responde tanto a la gran inversión del mercado latinoamericano en Madrid como a pequeños proyectos personales de argentinos que han encontrado en Chamberí su lugar ideal para emprender.
Agustina Vela y Lucas Bustos, propietarios de Gurisa. Nieves Díaz El Español
«El tipo de restaurante que nosotros queríamos montar no era para cualquier lado. Nos recomendaron que buscásemos por Almagro o Recoletos, pero cuando empezamos a caminar este barrio, encontramos lugares que para nosotros son maravillosos», recuerda el conocido chef mendocino Lucas Bustos, que abrió «la noche de San Juan» (23 de junio) el restaurante Gurisa, en Zurbano, junto a su pareja Agustina Vela, también argentina.
Para Bustos, la elección de la ubicación de su restaurante número 27 (el primero de España), fue casi mística: «Yo digo que el barrio nos eligió a nosotros porque encontrar este sitio que ha sido un sitio icónico para la gastronomía de España —estuvo el restaurante dos estrellas Michelin Arola Gastro, de Sergi Arola—, y que haya estado 12-13 años cerrado… fue una serie de situaciones muy casuales que yo creo que no lo son tanto».
Una característica que atrae a los empresarios argentinos es que «el barrio es super residencial y familiar. Eso nos permite que vamos conociendo a los clientes que vuelven. Sabemos sus nombres, nos vamos involucrando con sus vidas, y eso está bueno», cuenta Aldana Dibilio, conocida como Lali, desde el mostrador de su café de especialidad Beik Beik (calle Ponce de León, 6).
La idea de este obrador nació a más de 10.000 kilómetros de Chamberí, en Buenos Aires. Cuando Lali (arquitecta de profesión) y su socia, Agustina Sánchez (gestora) decidieron dar un nuevo rumbo a sus vidas formándose en el Instituto Argentino de Gastronomía.
Agustina Sánchez y Aldana Dibilio, conocida como Lali, en su obrador Beik Beik. Nieves Díaz El Español
Después de aterrizar en Madrid, Lali y Agus tenían claro desde el principio que su pastelería estaría en Chamberí: «Estaba dentro de nuestros barrios preferenciales».
Su explicación sobre la cantidad de negocios argentinos, especialmente de restauración, en el barrio, es cultural: «Al tener ascendencia italiana, estamos muy relacionados con el tema de la comida. Disfrutamos mucho agasajando al otro, cocinando, invitando al otro a nuestra casa», desarrollan las reposteras.
Agustín Mikielievich, cofundador de Insurgente. Nieves Díaz El Español
A menos de un minuto andando de Beik Beik encontrarás a Agustín Mikielievich, copropietario del puesto de cocina latina-asiática Insurgente, que abrió hace un año y medio en el Mercado de Chamberí.
El cocinero argentino confirma la tendencia en el distrito: «Siempre ha estado la presencia de argentinos, pero sí se ve que cada vez somos más. En los últimos tiempos ha habido un boom importante y abrieron bastantes restaurantes argentinos».
Los mendocinos Agustina y Lucas en la barra de su restaurante Gurisa, en Chamberí. Nieves Díaz El Español
Para él, las razones están claras: «El barrio está de moda, aunque siempre lo estuvo. Y también hay una comunidad argentina importante acá, por la oferta gastronómica que da Chamberí».
Los números no engañan: «Somos cuatro en tres cuadras«, enumera Bustos al contabilizar los negocios argentinos de su zona. Y la tendencia «sí continuará», augura Mikielievich.
Lali y Agus en Beik Beik. Nieves Díaz El Español
Lo que comenzó como una supuesta coincidencia se ha convertido en un fenómeno urbano: Chamberí no solo acoge a los argentinos, los abraza. Y ellos, como buenos porteños, han sabido hacer de este rincón de Madrid su propio barrio.