El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, lanzó una advertencia sobre los riesgos que representan las intervenciones extranjeras en América Latina y el Caribe, asegurando que tales acciones pueden generar consecuencias “más destructivas de lo esperado”. El mandatario brasileño reafirmó su compromiso con la defensa de la paz regional y la resolución pacífica de conflictos en un contexto de creciente tensión entre Estados Unidos y Venezuela en el mar Caribe.

Desde el Palacio de Itamaraty en Brasilia, sede del Ministerio de Relaciones Exteriores, Lula declaró que mantener a América Latina como una zona de paz es una “prioridad absoluta” de la política exterior brasileña. “En América Latina y el Caribe también vivimos un momento de creciente polarización e inestabilidad. Mantener la región como una zona de paz es nuestra prioridad”, señaló el mandatario, según declaraciones recogidas por el medio brasileño G1.

Lula advirtió que “las intervenciones extranjeras pueden causar un daño mayor del previsto”, subrayando que la región debe evitar repetir los errores del pasado. El líder brasileño hizo hincapié en que América Latina es un continente “libre de armas de destrucción masiva, sin conflictos étnicos ni religiosos”, y que su fortaleza radica precisamente en la estabilidad y el diálogo político.
Para Lula, la paz es prioridad en la política exterior de Brasil
En su mensaje, el presidente también destacó la necesidad de fortalecer el multilateralismo y los mecanismos internacionales de cooperación como vía para prevenir crisis. “Debemos mostrar al mundo que queremos y necesitamos fortalecer el multilateralismo, y el multilateralismo se basa en relaciones buenas, cordiales, comerciales, económicas y, sobre todo, pacíficas”, afirmó Lula, en una clara defensa de la diplomacia frente al intervencionismo.

El mandatario concluyó su intervención con un llamado a la defensa de la democracia, los derechos humanos y la convivencia pacífica: “Sin odio, sin negacionismo y sin violar los principios básicos de la democracia y los derechos humanos.” Su mensaje se enmarca en un contexto regional complejo, en el que varios gobiernos latinoamericanos —incluido Brasil— buscan posicionarse como mediadores ante la creciente rivalidad geopolítica entre Washington y Caracas.
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