Mark y Nicole Rowe, residentes del sur de Gran Bretaña, ofrecían ayuda a las personas que deseaban vender sus propiedades, pero luego las engañaban y se quedaban con su dinero.
Con esta operatoria, se hicieron con millones de dólares, que gastaron en propiedades, vehículos y obras de arte, entre otras inversiones.
Sin embargo, fueron detectados por la justicia y ahora deberán afrontar severas penas.
«Créditos Monstruosos», la operación por la que los Rowe obtuvieron millones de dólares
En Reino Unido y en otras partes de Europa suelen alquilarse propiedades a «tiempo compartido«. Se trata de un sistema mediante el que varias personas comparten el derecho de uso de una misma vivienda vacacional —como un departamento, casa o resort— durante un período determinado del año, normalmente una o dos semanas.
Los clientes pagan un monto inicial y luego cuotas de mantenimiento, independientemente de si utilizan o no las semanas que les corresponden. Muchos, cuando no aprovechan los días y se les hace difícil costear los pagos, intentan revender estas semanas o directamente el contrato completo. Sin embargo, suele haber poca demanda, y entonces aparecen las empresas que prometen conseguir compradores.

Una de estas compañías era Sell My Timeshare (SMT), cuyos directores, Mark y Nicola Rowe, ambos de 54 años, vivían en el condado de Dorset, Reino Unido.
El matrimonio atraía a clientes que estaban desesperados por vender sus propiedades de tiempo compartido y organizaba extensas reuniones en algunas de sus oficinas, distribuidas entre Bournemouth, York, Stratford-upon-Avon y Tenerife.
En estos encuentros, las personas eran seducidas para comprar «Monster Credits («Créditos Monstruosos»), a cambio de lo que la empresa se hiciera cargo de sus contratos de tiempos compartidos.
En muchos casos, los clientes pidieron préstamos para conseguir estos créditos, invirtiendo normalmente alrededor de £8.000 (unos 10 mil dólares), según dijo el Servicio de Fiscalía de la Corona (CPS), organismo responsable del procesamiento penal en Inglaterra y Gales.
Sin embargo, con el tiempo, los compradores descubrieron que los créditos no sólo no valían nada, sino que en la mayoría de los casos, todavía eran dueños de sus tiempos compartidos y asumían los costos de los mismos.
En tanto, la pareja Rowe gastaba el dinero de los inversores en diversos lujos, entre ellos una obra de arte de LS Lowry, de más de 41 mil de dólares, una casa en Hampshire valorada en alrededor de 3,2 millones de dólares y un viaje en jet privado a Tenerife, que les costó casi 35 mil.
En total, según la justicia, las víctimas fueron 3583, mientras que, en total, el dinero que estas perdieron se estimó en 37,6 millones de dólares, siendo la pérdida individual más alta de 107.000 dólares.

Los investigadores agregaron que casi 500 víctimas perdieron más de 13.000 dólares y que la “gran mayoría” de ellas tenían entre 60 y 95 años.
Una larga investigación y múltiples condenas
La investigación acerca de la estafa de los Rowe duró seis años y fue llevada a a cabo por Unidad contra el Crimen Organizado de la Región Suroeste.
Un total de 14 personas fueron condenadas luego de cuatro juicios celebrados durante dos años en el Tribunal de la Corona de Southwark.
Tras el primero de ellos, que empezó en octubre de 2023 y se prolongó por un año, varias personas colaboradoras de la pareja fueron declaradas culpables de conspiración para defraudar.
Mark, en tanto, fue condenado en enero a siete años y medio de prisión tras ser declarado culpable del mismo delito, mientras que su esposa Nicole será sentenciada el viernes en el Tribunal de la Corona de Southwark, luego de asumir su responsabilidad en actos de lavado de dinero.
En una declaración que se leyó en el tribunal durante uno de los juicios, una víctima dijo: “Ahora se supone que debería estar jubilado y disfrutando de la vida, pero como resultado de ser víctima del fraude de Mark Rowe, mi calidad de vida se ha reducido a una lucha; no puedo ni siquiera pagar mi propio alquiler».
Por su parte, el titular de la Unidad contra el Crimen Organizado, Sr. Highway, sostuvo que «el hecho de que tanta gente fuera defraudada en este caso refleja hasta qué punto llegó Mark Rowe para atraer a las víctimas a reuniones con su equipo de ventas criminales e inventar continuamente nuevos métodos para engañarlas».
“Pagó anuncios en televisión y revistas, alojó a las víctimas en hoteles e incluso creó oficinas virtuales falsas y personajes falsos”, agregó. Varias de las propagandas televisivas de la empresa, por ejemplo, fueron realizadas por la actriz Julie Peasgood.
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Enorme estafa de 28 millones de libras
La fiscal especializada del CPS, Gayle Ramsey, dijo que había sido “una pesadilla viviente” para las víctimas y agregó que la Fiscalía intentaría recuperar cualquier dinero o activo obtenido por los acusados a través de sus delitos.