En un giro inesperado en el panorama comercial, China se ha posicionado como el principal socio comercial de Argentina, superando a Brasil durante el mes de septiembre. Este fenómeno económico ocurre en un contexto de fuerte acercamiento político del Gobierno argentino a la esfera de Donald Trump en Estados Unidos.
La consolidación de China como el principal proveedor de bienes y servicios a la Argentina se explica por dos factores principales:
- Exportación récord de Soja: Los envíos al gigante asiático se triplicaron, impulsados principalmente por las ventas de poroto de soja. Este aumento se vio favorecido por la guerra arancelaria entre EE. UU. y China, que colocó a la oleaginosa argentina en una posición ventajosa, sumado al incentivo de la eliminación temporal de retenciones para este producto en Argentina.
- Récord de Importaciones: Las compras provenientes de China alcanzaron los 1.816 millones de dólares, el nivel más alto de la serie histórica, según datos de la consultora Abeceb basados en el INDEC. Este incremento fue impulsado por la decisión de empresas argentinas de adelantar compras ante la incertidumbre de un posible cambio en el régimen cambiario local tras las elecciones.
El aumento de las importaciones chinas se reflejó en compras de Bienes de Consumo, tanto semi-duraderos como duraderos. Se destacó particularmente el crecimiento del 68,6% interanual en la compra de automóviles de pasajeros, que absorbieron gran parte del cupo de vehículos eléctricos híbridos que podían ingresar al país sin aranceles.
Este panorama comercial, donde China se consolida como el principal socio, genera una paradoja geopolítica para el gobierno argentino, que ha mostrado una clara inclinación ideológica y política hacia Washington, en particular a la figura de Donald Trump, mientras su economía mantiene un profundo vínculo de dependencia con Beijing.