El debate sobre las frecuentes reformas constitucionales latinoamericanas concentró la atención de académicos y dirigentes en la sede del Interamerican Institute for Democracy (IID) en Miami, donde se desarrolló la conferencia “El test del cu-co y el síndrome de la constitución perfecta en Latinoamérica”. La actividad contó con la organización conjunta de Infobae y el IID, y se realizó este jueves desde las 11:00 horas (EST), con transmisión en vivo a través de Infobae en YouTube.
El encuentro reunió a figuras de referencia como Tomás Regalado, director del IID y ex alcalde de Miami, quien inauguró la jornada con una reflexión sobre la urgencia de evaluar los ciclos de reformas institucionales en la región y su repercusión en la estabilidad democrática. Posteriormente, la consultora internacional Beatrice Rangel, ex ministra venezolana, expuso el marco conceptual y presenta el perfil de los oradores.
Tomás Regalado, presidente del IID, inauguró el encuentro y se refirió a los procesos constitucionales en regímenes autoritarios. Regalado sostuvo que en “la Cuba comunista se han hecho dos constituciones en las que se ha intentado legalizar las torturas, la violación de derechos humanos y los abusos del poder”.
El ex alcalde de Miami destacó la importancia de analizar críticamente los ciclos de reformas institucionales y sus efectos en la estabilidad democrática.

En la introducción, Beatrice Rangel, directora del IID, presentó el perfil y la trayectoria de Jamil Mahuad, resaltando su gestión como economista y político. Rangel afirmó que Mahuad comprendió la relevancia de fortalecer la clase media, tanto en su mandato como alcalde de Quito como durante su presidencia, cuando impulsó la dolarización de la moneda en Ecuador.
La ex ministra contextualizó que América Latina ha producido 1900 constituciones entre 1918 y 2015 y ninguna consolidó un sistema republicano fuerte en la región.
El eje del evento se centra en una ponencia de Jamil Mahuad, ex presidente de Ecuador, quien examina el fenómeno del “síndrome de la constitución perfecta”. Mahuad planteará los riesgos de orientar los esfuerzos políticos hacia la creación de cartas magnas ideales, de compleja ejecución y rápida obsolescencia.
Según el expresidente, la experiencia regional evidencia que las modificaciones constitucionales sucesivas agravan los problemas institucionales.
“La obsesión por reformar la constitución suele expresar una crisis más profunda de confianza social y política”, ha explicado en declaraciones recogidas por el medio.

En su exposición central, Jamil Mahuad abordó la inestabilidad política reciente y reveló que “entre 1999 y 2005, hubo nueve presidentes en América Latina que no pudieron culminar sus mandatos”.
El ex presidente detalló su análisis sobre los problemas de gobierno en la región, distinguiendo entre diagnóstico (pobreza, desigualdad, protestas), pronóstico (crecer, elegir mejor), principales síntomas (protestas) y tratamiento (mejor economía y mejor política). Según Mahuad, “las tres bases de una política de estado son un plan técnico, uno político y uno social”.
El ex mandatario explicó el significado del “Test del Cu-Co”, cuyo nombre proviene de la figura mitológica del Cu-Co, un personaje latinoamericano que simboliza un castigo para quien desobedece, y precisó que CU significa “culturalmente” y CO, “compatible”. Mahuad advirtió que “la crisis de la democracia se debe a la sobre oferta de promesas, pues cada aspiración termina convertida en derecho y luego no se puede financiar”.
Añadió que “los cambios de constituciones no son la solución” y que es fundamental resolver los problemas más sentidos de la sociedad. Siguiendo este argumento, indicó que “tenemos que desarrollar soluciones a partir de la aceptación social, es el test del CU-CO”. De acuerdo con Mahuad, las políticas deben ser culturalmente aceptadas y compatibles con la sociedad, un criterio implementado con éxito en ámbitos como el fútbol o la literatura.

Tras la ponencia, Juan Ariel Jiménez, ex ministro de Economía de República Dominicana, vinculó la exposición de Mahuad con las crisis económicas vividas en los años 90, asociadas a democracias vulnerables, crecimiento del Estado y volatilidad exportadora.
Sostuvo que “que la constitución diga que hay derechos no significa que el gobierno pueda garantizarlos” e insistió en que la institucionalidad y el desarrollo económico requieren un equilibrio entre lo escrito y la capacidad real del Estado.
El politólogo Eduardo Gamarra ejemplificó con el caso de Bolivia, donde la reforma constitucional suele aparecer como la respuesta a crisis políticas. Gamarra indicó que esa estrategia resulta ilusoria, porque los problemas estructurales, como la pobreza o la desigualdad, permanecen intactos. Señaló que “las constituciones no logran transformar la fragmentación entre partidos y poderes públicos”, y que las reformas muchas veces buscan consolidar el poder más que democratizar la vida política.
Para Gamarra, “el verdadero desafío de las democracias no es refundarse cada década sino aprender a trabajar dentro de las constituciones que ya existen”.

El jurista y escritor José Chalco Salgado aportó que Mahuad es también reconocido como gestor de paz. Sostuvo que la constitución debe funcionar como un límite para los abusos de poder y respaldó reformas que limiten excesos, oponiéndose a procesos constituyentes innecesarios.
Carlos Sánchez Berzaín, director del IID, propuso aplicar el test del Cu-Co al ámbito electoral para limitar promesas de campaña y repasó la historia política continental. Explicó que la apertura de los años 90, marcada por la caída del Muro de Berlín y la derrota del comunismo, permitió avances democráticos y en seguridad, como el Plan Colombia.
Según Sánchez Berzaín, ese proceso se modificó con la aparición del Foro de São Paulo, la extensión de la dictadura cubana y luego con el financiamiento de proyectos autoritarios desde Venezuela, lo que contribuyó al avance del autoritarismo y a la injerencia en países como Nicaragua y Bolivia.
Además, advirtió que el constitucionalismo y la búsqueda de la constitución perfecta ha sido también truncado por el narcotráfico, que busca garantizar impunidad para el crimen y el delito, y que Bolivia deberá enfrentar ese reto con el nuevo cambio de gobierno.
Francisco Endara Daza moderó el debate, coordinando el intercambio de ideas entre los especialistas y los asistentes. La conferencia reforzó el análisis sobre los límites y verdaderos alcances de las reformas constitucionales en la región y la necesidad de devolver el foco a la construcción de consensos viables desde la aceptación social y cultural.
El IID y los organizadores del evento señalaron que el objetivo principal sigue siendo impulsar un espacio plural para analizar la pertinencia de reformas constitucionales frecuentes en Latinoamérica y su impacto sobre la democracia y la estabilidad institucional.





